Hajoon hacia unas tareas mientras del otro lado del escritorio Ansel terminaba trabajo. Su padre Taehyung había ido a buscarlo al colegio, pero estaba tapado de labores y utilizaría la hora de su almuerzo para terminar. Por eso, le había pedido a Ansel que lo cuidara en lo que terminaba. Y ahí estaba él, en silencio y a solas con el novio de su padre en la oficina.
La puerta se abrió.
—Aquí esta lo que pidió. —dijo el empleado que acababa de entrar y dejó sobre el escritorio la bolsa del automac.
—Gracias. —dijo Ansel. Observó al joven frente a él en cuanto el secretario se fue.— Pedí comida de McDonal’s para ambos, ¿te gusta la idea?
—Si. —pues a quien iba a engañar, si le encantaba.
—No le digas a tu padre Taehyung que te compre esto de almuerzo o me dará el sermón de que debes comer sano.
—Ay, papá exagera todo. No le diré nada.
Ansel asintió.
Sacaron todos los papeles y trabajo que pudiera llegar a mancharse, para colocar las papas y las hamburguesas sobre las servilletas estilo picnic. El único sonido ahí dentro era el de ellos comiendo. Para Hajoon era algo incomodo porque nunca se había quedado a solas con Ansel y no sabía bien de qué hablar, aunque él parecía más ocupado en seguir pendiente de sus cosas a pesar de todo.
La charla que había tenido con Jaehwa llegó a su mente. Quizá era buen momento para tocar el tema, sin su padre Taehyung en medio.
—¿Es cierto que iremos de vacaciones contigo? —preguntó Hajoon.
—Creí que aún no era algo seguro. —dijo Ansel, volteando a verlo.
—Creo que a papá se le escapó. —se encogió de hombros.
Ansel suspiró pensando en que debía decirle. Eso era algo de lo que Taehyung se debía ocupar, no él. El tema de las vacaciones juntos aún se estaba planeando y no quería meter la pata, después de todo no tenía porqué tomarse esas obligaciones.
—Pues solo lo pensamos, es todo. ¿No te gusta la idea?
Hajoon dejó su hamburguesa mordida sobre el papel, como si fuera un tema muy importante el que iba a tratar: —Vamos a hablar de hombre a hombre. —dijo. Ansel alzó una ceja, apenas era un mocoso de 14 años.— Me caes bien... y me gusta que cuides de papá, pero todavía es raro.
—Entiendo. La idea del viaje es conocernos mejor. No quiero ocupar el lugar de su padre Jungkook, solo que tengamos una buena convivencia entre todos.
—Mmm... sí, pero extraño las vacaciones con mis padres juntos. —hizo un puchero.— No quiero que sea como el año pasado que se pelearon por ver con quien nos íbamos primero. Ya que el divorcio es definitivo, me gustaría un último viaje de vacaciones con ellos juntos.
—Eso es un poco difícil. Bueno... en realidad es tema de tu padre, no puedo meterme.
—¿Y si convences a papá Tae de que venga con nosotros y papá Jungkook? Queremos unas últimas vacaciones juntos como familia, los extraño mucho. —tapó su cara, fingiendo que iba a llorar.
Era todo un actor.
Ansel frunció el ceño, notablemente preocupado. Lo último que quería era que el niño llorara ahí. Sabía que a los hijos de Taehyung les afectaba todo lo sucedido, pero tampoco sabía que fuera a tal magnitud.
—Lo hablaré con tu padre, no pasa nada. —extendió una mano, apretando un poco el hombro de Hajoon en forma de consuelo.
—¿En serio? —destapó su rostro, con sus ojos algo vidriosos.
—Si, supongo que puedo intentarlo...
Hajoon sonrió. No dijo más nada, solo se dispuso a terminar su hamburguesa. Mientras tanto, Ansel comenzaba a pensar en la posibilidad de convencer a Taehyung sobre ese viaje. Bien sabía que podían pasar dos cosas: Que se diera cuenta de que en verdad ya no amaba a su ex esposo o que decidiera no terminar con él tras haber pasado tiempo juntos.
Estaba seguro de que la segunda era muy probable que pasara. Sería como echarse la soga al cuello, pero finalmente saldría de dudas sobre si Taehyung estaba con él porque en verdad le interesaba o si estaba con él para olvidar.
***
En la tarde, cuando Jungkook estuvo libre de todas sus obligaciones laborales, pasó a buscar a Jaehwa a lo de su mejor amiga.
En cuanto Jaehwa salió de la casa, sintió miedo al pensar que Jungkook podría llegar a regañarla. Era evidente que su padre ya sabía sobre su mentira, sobre todo con su postura de brazos cruzados, lo que lo hacía ver más intimidante.