6- Antes del viaje, parte 6.

Taehyung terminaba de lavar los platos sucios de la cena, completamente solo en la cocina. Ansel ya se había ido y Hajoon se encontraba en su cuarto, incluso Jaehwa que no había bajado a comer. Eso no le gustaba, ella debía alimentarse bien y no saltear las comidas importantes.

Secó sus manos y se quedó apoyado en la mesada, pensando en lo que había hablado sobre el vieja. ¿Realmente era buena idea? No quería ilusionar a sus hijos, ni a Jungkook, que bien sabia seguía sintiendo algo por él. ¿Por qué el azabache lo notaba justo en el peor momento? ¿Por qué no notó a tiempo que aún lo amaba?

Y como si pudiera leer su mente en la distancia, el nombre de Jungkook apareció en la pantalla de su móvil. Era una llamada. Debía de ser importante como para que se tomara la molestia de escucharlo, así que atendió.

—Qué casualidad, justo estaba pensando en ti. —dijo Taehyung.

—Mañana te visitará mi abogado, te llevará los papales firmados del divorcio. —habló Jungkook, sin siquiera prestar atención a lo anterior dicho o simplemente saludar.

Taehyung no esperaba que lo llamara para eso. Jungkook se había negado a firmar los papeles durante medio año, y ahora solo lo hacía, sin ganas de luchar contra la corriente. Una parte de él se sentía aliviado al saber que las cosas se habían tornado más fáciles respecto al divorcio, pero otra parte hacia un ruido que no sabía descifrar.

—Me parece bien, pero no iba a llamarte por ese tema.

—¿Para qué entonces?

—Que... lo he estado pensando y los chicos quieren ir de vacaciones los cuatro... ellos y nosotros. —cerró fuerte los ojos, escuchando la respiración del azabache mientras apretaba el móvil en su mano.— Lo pensé mucho y finalmente decidí darles el gusto, solo faltaría que aceptaras tú.

Hubo un pequeño silencio en donde Jungkook pareció pensarlo. ¿Un viaje en familia con las cosas como estaban? Olía a peligro por todas partes, pero si Taehyung estaba seguro de que ya no sentía nada, pues nada pasaría y solo pasarían cosas bonitas con sus hijos.

—Es algo que se merecen antes de definitivamente acabar con todo. Iré, sólo por ellos. —aclaró, como queriendo dar a entender que lo había superado.

—Si, también iré solo por ellos. —hizo lo mismo. No quería que confundiera las cosas.— Entonces mañana te pasare los detalles del viaje, ya tengo todo reservado.

—Está bien, adiós. —y sin más cortó.

Taehyung largó un suspiro al escucharlo así de frío y cortante. Ese no era el Jungkook que había conocido hacía años y no tenía idea de porque le frustraba tanto el hecho de que fueran así las cosas.

Se mentalizo que no debía llorar más por el tema y subió las escaleras, yendo directo al cuarto de Jaehwa. Abrió un poco la puerta. Ella estaba echada en su cama, notablemente afectada por la situación, pero se veía calmada comparado a cuando llegó a la casa.

Quizá la charla con Ansel había servido de algo.

—Jaehwa. —la llamó suavemente, haciendo que lo mirara.

La joven rodó los ojos y volvió a darle la espalda: —Si vienes a regañarme está bien, di todo lo que quieras que ya no voy a decirte nada. Sigue con Ansel y que mi papá Jungkook consiga una nueva pareja.

—Si, debería hacerlo, porque Ansel no se merece todo eso que le has dicho. —se cruzó de brazos.— Me alegra que por fin te des cuenta de eso, pero mañana hablaremos mejor sobre el tema, ahora hay otra cosa que debo decirte.

—Ya no quiero hablar de nada. Se encargaron bien de destruir esta familia, pero ya que. Al final resultó que hasta los propios padres le fallan a uno.

—Algún día lo entenderás. —se sentó al borde de la cama, sin importarle si su hija lo miraba o no, y acarició su cabello.— Y a pesar de que actúes de esta forma, sigues siendo mi bebé. Yo te amo mucho, aún recuerdo con detalle el primer día que te vi. —suspiró con una pequeña sonrisa.— Estaba tan feliz... eras una cosa tan chiquita y rosadita.

Jaehwa no dijo nada, solo se quedó escuchando, sintiendo las caricias de su padre en su cabello castaño. Le dolía recordar los buenos momentos con sus padres juntos cuando era pequeña, porque sabía que no iba a volver a eso.

Hajoon iba pasando por el pasillo cuando vio a su padre en el cuarto de su hermana, sin poder evitar acercarse a chusmear que pasaba.

—¿Y sabes que es lo más lindo? —volvió a hablar Taehyung.— Que tu padre y yo te planeamos, te hicimos con mucho amor y salió mi nena hermosa. Luego llegó mi otro nene hermoso, y aunque ya no estemos juntos, eso nadie lo va a cambiar. Siempre vamos a amarte y siempre vamos a estar ahí para escucharte, para ti y para tu hermano.

Jaehwa ya no fue capaz de ignorar a su padre tras aquellas palabras. Estaba enojada, pero no lo odiaba como le había dicho. Lo amaba demasiado y no podía imaginarse sin él al lado. Ahora se sentía tan mala persona por las palabras tan feas que había soltado sin pensar.

Sin dudarlo un segundo, se abrazó a Taehyung, con las lágrimas cayendo por sus mejillas. El llanto salía de su boca sin poder contenerlo, siendo apretada entre los brazos de su padre en forma de consuelo y cariño, como solo él sabía hacerlo. Parecía una niña pequeña que acababa de notar lo mal que se había portado.

Taehyung volteo su mirada a la puerta cuando notó algo por el rabillo del ojo, viendo a Hajoon allí parado. Extendió una mano hacía él, para que también fuera. El pequeño no tardó en ir a sus brazos también, abrazando así a sus dos retoños, a quienes amaba más que a sí mismo.

—Ay mis bebés, están tan grandes. —dijo Taehyung, intentando no llorar también, mientras mimaba a ambos.— Decidí ir de viaje con ustedes y Jungkook, tal como querían, ¿qué les parece eso? —preguntó, cambiando de tema para no seguir de sentimentales.

—¿En serio? —preguntó Hajoon, sorprendido de que su plan funcionara.

—¿Sólo los cuatro? —dijo Jaehwa.

—Si, solo los cuatro, sin Ansel. Pero prométanme que al regresar no lo trataran mal, de hecho, él me convenció de esto y eso habla mucho de su persona.