Luego de una ducha relajante, Jungkook se dispuso a ver una película en la sala, solo y con las luces apagadas mientras sus hijos dormían plácidamente luego de un día lleno de actividad.
Escuchó la puerta del dormitorio contrario abrirse y vio a Taehyung ir en busca de un vaso con agua. Esta vez no vestía de forma provocativa como la ultima vez, lo que le hizo saber que no lo estaba buscando a propósito.
Sin siquiera mirarlo, Taehyung regresó al cuarto, quedando solo de nuevo frente al reflejo del televisor. Largó un suspiro lastimero y la apagó, quedando ahora a oscuras.
No tenia sueño y no quería estar allí, así que tomó su chaqueta, su móvil y salió a caminar un rato. Necesitaba aire.
Durante su recorrido por la zona cerca del hotel, había recibido una llamada de aquella rubia que tan insistente estaba en salir con él. Era bonita y sin duda podía tener una noche intensa con ella si quisiera, puesto que evidentemente eso buscaba, pero no estaba de ánimos, por lo que la rechazó.
Al volver al hotel, decidió quedarse en el bar a ver si tomaba algo que lo hiciera sentirse mejor.
Comenzaba a sospechar que haber ido a ese viaje era un completo error. Se sentida fatal de solo tener cerca a Taehyung y no poder hacer nada. Le dolía verlo con otro y no quería pensar en hacer una vida sin él, aunque pusiera todo su esfuerzo en aparentar que lo estaba superando.
Lo amaba demasiado como para dejarlo ir y era la razón por la que aun no firmaba aquel divorcio, con la esperanza de que todo se arreglara... pero que iluso era. Ahora se daba cuenta de que eso no iba a pasar y que probablemente las cosas seguirían el rumbo en el que estaban a pesar de notar a Taehyung un tanto extraño.
¿Era que gustaba de molestarlo? ¿Lo hacía sin darse cuenta al ser coqueto naturalmente? ¿O realmente estaba confundido?
No tenia idea. No sabía leer a Taehyung en ese momento.
Se quedó un buen rato en el bar, solo, pensando y lamentándose por lo que no era e intentando poner todo de si para sentirse mejor y ya no tener a Taehyung en la cabeza, mas no era posible. Siempre iba a ser su gran amor.
Ganas de beber hasta caer borracho con tal de olvidarlo no le faltaban, pero al día siguiente seguro irían con los niños a algún lado y no quería sentirse mal, por lo que pagó lo pedido y se levantó dispuesto a irse.
El alcohol pega peor cuando uno esta sentado, sin darse cuenta en que momento comenzó a pasarse de la línea. Se dio cuenta que era uno de esos casos cuando su vista se nubló un poco y tuvo que tomarse de la barra ante un repentino mareo.
***
—¿Papá? —escuchó la voz de Hajoon, sin embargo aun mantenía los ojos cerrados.— ¿Estas borracho?
—¿Por qué estás aquí? —preguntó Jaehwa.— Huele a alcohol.
—Mmm si, si huele.
—Vayan a hacerse el desayuno. —escuchó la voz de Taehyung, seguido de un par de pasos que se alejaron cuchicheando cosas.
Con su cabeza partiéndose en dos, Jungkook abrió un poco los ojos para darse cuenta de que había caído rendido en el sofá de la sala con chaqueta y zapatos puestos. Rayos, ¿cómo había pasado eso? No recordaba muy bien.
Alzó un poco la mirada para notar a Taehyung parado a su lado, mirándolo con el ceño fruncido y posando con sus manos en la cintura. Su gesto era la de un padre regañando a su hijo rebelde, y lejos de preocuparse por su enojo, se le hizo demasiado tierno.
—Extraño cuando me miras así... —murmuró Jungkook, con la voz ronca de dormir.
La mirada de Taehyung se suavizo ante sus palabras, olvidando todo el sermón que estaba por escapar de su boca. ¿Por qué tan solo unas palabras bastaban para bajar sus defensas de ese modo?
—No me digas eso... —suplicó por lo bajo, como si estuviera pidiendo un poco de piedad.
—Es la verdad. —se sentó, tirando su cabello hacia atrás.— Te extraño... y mucho.
Sabia bien que de ese modo no lograría olvidarlo como tanto deseaba, pero simplemente las palabras salían de su boca sin poder evitarlo. Lo tenia allí, siendo tan lindo, que no podía.
Era un completo fracaso.
Jungkook se puso de pie y caminó al dormitorio, seguido de Taehyung.
Sintió su mano en su brazo y volteo un poco a verlo, sabiendo que algo más deseaba decirle.
—Solo... sabes que los niños no pueden verte así.
—Lo sé, no lo haré de nuevo, al menos no delante de ellos.
—No lo hagas. Solo te haces daño.
—No lo haré, perdón...
—Y no me pidas perdón. —lo regañó, sin saber muy bien por qué lo hacía.
Le fastidiaba que Jungkook bajara su guardia de aquel modo tan fácil. Con solo unas palabras, con una simple mirada, Jungkook era capaz de destruir el gran muro que había puesto entre ambos y comenzaba a frustrarse de que las cosas no salieran como deseaba.
¿Realmente estaba huyendo? Se sentía tan confundido.
—No te pido perdón por esto, sino por todo. —clavó sus ojos oscuros y vidriosos en él, viéndose algo acabado, y Taehyung no supo si era porque deseaba llorar o por el alcohol.— Perdóname. —y sin más se metió al baño del dormitorio, en busca de una ducha que le quitara esa peste.
Taehyung cerró fuertemente sus ojos y tapó su rostro con ambas manos para no gritar de frustración. Ahora él también comenzaba a dudar de qué tan buena idea había sido ese viaje al ver a Jungkook así. Le daban ganas de protegerlo... quizás de intentarlo, pero Ansel había sido tan bueno con él. No lo merecía.
Sacudió su cabeza para alejar ese tipo de pensamientos y volvió a la cocina, donde sus pequeños lo miraban esperando el chisme, probablemente.
Ya eran grandes, no eran tontos y sabían que algo no andaba bien, pero también sabía que no preguntarían. Al menos no de forma directa.
—Ayer había unos chicos repartiendo volantes turísticos y quiero ir aquí. —dijo Hajoon, mostrando en el folleto que tenia sobre la mesa sobre una caminata turística en unos bosques y montes con ruinas a unos kilómetros de allí. Podían comer en algún lugar bonito, sacarle fotos al paisaje, ver aves exóticas.