¿que pasó?

XVI

Conseguí su número.
Es un logro más para Alex Stone.

Estaba festejando en mi habitación, lanzando el cojín al aire como si fuera un trofeo, cuando mi celular vibró. Lo tomé enseguida.
Evangeline.

Encendí la pantalla, mi sonrisa se amplió sin que pudiera evitarlo.

> Evangeline:
Hola, espero que tengas mi número agendado 😌

Obviamente. Si no, no hubiera tenido el valor de pedírtelo, pensé mientras escribía.

> Yo:
Hola 😄 Claro que sí, ya estás bien guardada.
¿Qué haces?

> Evangeline:
Además de acomodar algunas cosas en mi habitación… nada interesante.
¿Y tú?

> Yo:
Estaba haciendo algunos deberes, pero ya terminé.
Ahora oficialmente libre y con tiempo para hablar contigo 😏

> Evangeline:
Qué conveniente… justo cuando yo aparezco.

> Yo:
¿Coincidencia? No lo creo.
Capaz tu mensaje me motivó a acabar más rápido 😂

> Evangeline:
Jajaja me halaga tener ese efecto en ti.

> Yo:
Y eso que recién empezamos a hablar por mensaje.
Imagínate lo que pasará si seguimos...

> Evangeline:
¿Siempre tan confiado?

> Yo:
No con cualquiera… solo cuando siento que vale la pena.

> Evangeline:
Vas ganando puntos, Stone.

> Yo:
¿Y si junto suficientes puntos, hay cita?

> Evangeline:
Mmm… no sé. Aún no decido si eres encantador o solo peligroso 😏

> Yo:
¿Y si soy ambas?

> Evangeline:
Entonces mejor voy con cuidado.

> Yo:
Prometo no hacerte tropezar… al menos no mucho.

> Evangeline:
Jajaja, muy confiado… me gusta.
Seremos buenos amigos 😉

Sonreí.

> —Ojalá —le escribí rápido—, porque cuando agarro confianza soy más random de lo que parezco 😅

Aunque en realidad, eso era solo media verdad. Ni siquiera con Anara soy así... Con ella siempre mantengo una especie de barrera. En cambio, con Eva me siento diferente. Más suelto. Más yo. Es cómodo hablarle. Me gusta esa sensación.

> Evangeline:
Entonces será divertido, me intrigas, Alex Stone.

> Yo:
¿Eso es bueno o malo?

> Evangeline:
Aún no lo sé… pero por ahora, es bueno 😉

> Yo:
Perfecto, seguiré esforzándome.

> Evangeline:
Pero bueno… mañana tenemos clases, y yo necesito dormir 😴

> Yo:
Tienes razón.
Buenas noches, Eva.

> Evangeline:
Buenas noches, Alex.
Que sueñes bonito 😊

Y así nos despedimos por chat.

Cerré el celular, lo dejé en la mesa de noche y me recosté con una sonrisa tranquila.
Estaba feliz. El plan de mis padres, aunque no me gustara admitirlo, estaba funcionando.
Ella me ayudó en mi primer día de clases, sus padres eran amigos de los míos, y para ser sinceros… Eva y yo congeniamos bastante.
Quizás… solo quizás, esto no sea coincidencia.
Quizás es el destino.
| A la mañana siguiente |

Desperté de buen humor, y eso era raro en mí. Incluso el sol que entraba por la ventana no me molestó como siempre.

Bajé a la cocina y vi a mi mamá sirviendo el desayuno.

—Buenos días, mamita linda —dije con una sonrisa exagerada.

Ella me miró por encima del hombro, con una ceja levantada.

—¿Y ese humor tan extraño tan temprano? —preguntó, cruzándose de brazos.

—¿Uno ya no puede saludar con cariño o qué?

—A ver, dime la verdad… ¿Estuviste hablando con Anara? Ya te he dicho que esa chica no me inspira confianza.

Rodé los ojos.

—Mamá...

—Ya sé, ya sé —suspiró—, no me metas en tus cosas, pero es mi instinto.

Me reí por lo bajo y le respondí mientras tomaba asiento:

—En parte tienes razón... estuve hablando, pero no con Anara.

Mi madre se detuvo. Giró un poco con la taza en la mano y me miró con algo de sorpresa.

—¿Ah no? ¿Entonces con quién? —preguntó con interés.

—Con Evangeline —dije, fingiendo indiferencia mientras untaba mantequilla al pan.

—¿¡Evangeline!? —repitió con un tono entre sorpresa y entusiasmo— ¡Eso sí es nuevo! Qué bueno que hables con otras chicas. No es que me moleste Anara, pero... ya sabes lo que pienso.

—¿Y qué piensas?

—Que esa niña tiene una actitud rara, muy forzada, y a veces parece más interesada en controlarte que en conocerte.

—Mamá... —reí nervioso— no exageres.

—Lo digo porque te quiero. Pero volviendo a Evangeline… me parece una chica muy centrada. Educada. Tiene presencia.

—Ajá, ¿y tú cómo sabes todo eso?

—Una madre lo nota —dijo con orgullo—. Además, vi cómo te quedaste mirándola el otro día. Estabas embobado.

—¿Embobado yo? No seas exagerada...

—Ay, por favor, Álex —rió ella—. Que te gusta Anara ya lo sé, pero se te nota que con Evangeline es distinto.

—¿Y cómo sabes que me gusta Anara?

—Porque eres muy obvio —me dijo dándome un golpe suave en el hombro con el trapo de cocina—. Pero no te preocupes, todos tenemos nuestros tropiezos sentimentales.

—Gracias por llamarla tropiezo —solté, medio bromeando.

—Yo solo digo lo que veo. Me alegra que te abras con otras personas. Y si Evangeline te hace bien, bienvenido sea.

—Bueno, estuvo rico el desayuno… ya me voy antes de que empieces a darme consejos de amor —me levanté rápidamente y tomé mi mochila.

—¡No te olvides el almuerzo! —gritó desde la cocina.

—¡Gracias, mamita linda! —respondí saliendo por la puerta, con una sonrisa que todavía no se me borraba del rostro.
Apenas crucé la puerta del instituto, sentí que alguien se me acercaba rápidamente. Era Anara, como siempre puntual… o más bien, esperando.

—¡Alex! —dijo con tono entusiasta, tomándome del brazo—. Pensé que llegarías más temprano, ¿te quedaste dormido?

—No, solo desayuné tranquilo —respondí mientras intentaba disimular el poco entusiasmo en mi voz.

—Qué raro en ti, normalmente eres el primero en llegar. ¿Estás bien?



#1302 en Thriller
#620 en Misterio
#3388 en Otros
#765 en Humor

En el texto hay: rivalidad

Editado: 15.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.