Al día siguiente despierto poco a poco, acostumbrándome a la luz, lo primero que veo es al hombre de mi vida junto a mí, durmiendo. Muerdo mi labio inferior con una sonrisa, recordando la increíble noche que pasamos. No puedo creer todo lo que sucedió; la maravillosa cena en el castillo, cantar frente a toda la gente que estaba en el lugar, ni hablar de la propuesta de matrimonio, estoy que exploto de alegría, es increíble que me pidiera que nos casemos, miro mi anillo de compromiso y sonrió aun más feliz, no me esperaba esa sorpresa. Qué decir de nuestro primer encuentro, hacer el amor con Ryan no tiene como definirse fue mágico, tenemos una conexión única, nos satisfacemos completamente, nuestros cuerpos encajan a la perfección, como si se hubieran diseñado para ello.
Somos almas gemelas, las mismas se encontraron para ser una sola. Muchos hablan de su media naranja, otra mitad, debo confesar que por un lado supuse que era una frase romántica para definir a tu gran amor, pero que sea real no lo creía del todo. Hasta anoche, que pude confirmar esa creencia; entre los brazos de Ryan estando dentro de mí como nadie; con besos, caricias, palabras sinceras de amor, expresamos nuestros sentimientos, lo mucho que nos amamos. Pude saber que no era simple frase hecha sino absolutamente real.
Acaricio su rostro, se ve tan tranquilo, beso su mejilla y me levanto de la cama, me pongo la camisa de Ryan para dirigirme al baño, doy pasos sigilosos no quiero despertarlo. Una vez en el baño hago mis necesidades, me quito el maquillaje que tengo todo corrido, lavo mi rostro, peino mi cabello, cepillo mis dientes. Ya lista voy a la cocina a preparar el desayuno, tengo hambre, necesito cargar energías ese hombre me dejo agotada pero demasiado complacida. Caliento agua en la tetera, busco dos tazas; en una preparo café batido por mí, se que a Ryan le encanta como hago de esa forma. En la otra te dé frutos rojos para mí; luego tomo unas rebanadas de pan, las pongo en la tostadora, mientras busco los ingredientes para hacer unos cruasán dulces.
Después mientras se están horneando, busco la mantequilla, el dulce de frutas en la nevera, la miel, la Nutella,coloco un poco de cada cosa en recipientes. Después corto algo de fruta y la pongo en un plato. Cuando suena el horno, saco los cruasanes, les pongo el almíbar que prepare previamente, los dejo enfriar y termino de preparar todo, para luego colocarlo en una bandeja con patas. Una vez todo listo, llevo la bandeja al living; la dejo en el suelo y me acerco a Ryan para despertarlo.
Se remueve, supongo que siente que estoy tan cerca de él, acaricio su rostro, beso su frente, mejilla, roso con mis labios los suyos, provocando que un somnoliento grandote sonría y lleve una mano a mi mejilla rosando mi piel. Abre sus hermosos ojos, sonriéndome, beso sus labios tiernamente.
Yo−hola mi amor buen día−digo acomodándome a su lado.
Ryan−buen día amor−dice sentándose en la cama−que hermoso despertar así a tu lado ¿que huele tan bien, además de ti?−pregunta curioso por el aroma de lo que hice.
yo−lo mismo digo. Mira−señalo la bandeja−es el desayuno que papare ¿tienes hambre?−cuestiono acariciándolo.
Ryan –que lindo gesto amor, eres maravillosa−dice besándome-si algo de hambre tengo-responde.
Yo−perfecto iré a traer las cosas−beso rápido sus labios y voy atraer la bandeja a la cama, mientras él se levanta para ir al baño. Lo observo ponerse sus bóxer atentamente recorriendo su cuerpo, mierda sí que es hermoso ese hombre. El se da cuenta de mi acción y ríe. Me da una nalgada antes de irse, haciendo que de un pequeño saltito y ría. Tomo la bandeja y la acomodo sobre la cama o sofá transformado, en ella. A los pocos minutos Ryan regresa, le extiendo su taza de café, la toma y da un sorbo.
Ryan−esta delicioso, gracias amor, lo preparaste como me gusta. Además estos cruasán están magníficos, te quedaron geniales amor, eres increíble−comenta disfrutando de su bebida y de todo lo que hice.
Yo−me alegra que te guste cariño−digo tomando mi taza de té. Comenzamos a desayudar platicando.
Ryan−amor, tenemos que organizar como le diremos a nuestras familias del compromiso-comenta mientras come.
Yo−es cierto, y a nuestros amigos. Las chicas se pondrán como locas, ni hablar de Lucas y Sebas, estarán felices por nosotros. Todavía no puedo creer que me hayas propuesto matrimonio-confieso mirando mi anillo.
Ryan−debo decir que estaba nervioso, temía que me dijeras que no, porque no te sentías preparada para dar este siguiente paso, o por el tiempo que llevamos juntos, tal vez no lo creías suficiente a un. Pero de todas formas, estaba decidido a intentarlo nuevamente en otro momento; no pararía hasta que me dijeras que sí. Estoy seguro de mi decisión, de pasar el resto de mi vida contigo amor, se cuanto te amo y no necesito más para saberlo. Por suerte si aceptaste−expresa seguro de sus palabras.
Yo−me tomaste por sorpresa, no me lo esperaba; supongo que creí que pasaría más adelante, aun así no tenía nada que pensar, te amo estoy muy segura de ello y pasar mi vida contigo es lo que más quiero, sueño con que formemos una familia amor−digo tomando su mano mirándolo a los ojos.
Ryan−gracias por aceptar. No sabes lo feliz que me haces-dice mirándome con el amor que me tiene.
Yo−gracias a ti por amarme tanto que quieras envejecer conmigo−lo beso luego de decir eso.
Ryan−no tienes nada que agradecer, amarte es un privilegio para mi princesa-muerdo mi labio derretida por sus palabras como no amar a este hombre si es lo más tierno que hay.
yo−volviendo al tema, podríamos organizar una cena con todos nuestros seres queridos. No sé si todos podrán venir pero podríamos intentarlo y los que no puedan participaran por video llamada. ¿Qué te parece?−propongo mientras como mi desayuno.
Ryan−me parece bien, me gusta la idea. En unos días es tu cumpleaños amor, podríamos festejar ambas cosas. Creo que todos vendrán encantados, buscaremos la forma de que así sea. –dice seguro. Lo miro algo extrañada porque no recordaba eso. Con tantas cosas lo había olvidado.