¿qué significa el sol?

Capítulo 1

 

"Hay un secreto que no te contaré

pero si sigues leyendo tu duda resolveré"

 

EN ALGÚN LUGAR DEL MUNDO, EN ALGÚN TIEMPO DE LA HISTORIA.

—No vas a poder ocultarlo toda la vida —dijo con su cabeza entre sus manos.

La persona dejo de caminar de manera desesperada y observó a su acompañante como si hubiera dicho la cosa más incoherente del universo.

—¡¿Crees que no se eso?! —pronunció jalándose los pelos de la cabeza.

—Va a crecer y con el tiempo lo averiguará y no podremos esconderlo más.

Su acompañante rascaba su cabeza con desesperación.

—Este asunto nos volverá locos.

—¡¿No crees que ya lo estamos?!

—¡Deja de gritar! ¡Maldita sea! Me estás dando migraña —exclamó en defensa.

La persona caminó hacía él y observó las hojas, los pedazos de periódico más bien que se esparcían por la barra. Parecían pequeños cortes mal hechos, pero fue lo único que rescataron de las noticias antes de que el pueblo se volviera loco y decidieran no volver a salir de su refugio.

Y no enfrentar sus actos.

—Ocultaron al gemelo —informó su acompañante—, no sabemos dónde está, nadie sabe.

—¿Dónde pudieron haberlo metido? ¿En un búnker? —La paciencia de la "persona" comenzaba a colmarse.

—Eso es lo que queremos saber, pero no tenemos la información suficiente.

La persona comenzó a morder sus uñas impacientes. Sus nervios estaban en su máxima expresión y su ojo estaba comenzando a temblar.

—¿Y ella?

—¿La niña?

—¡Sí! —exclamo con disgusto.

Su acompañante pensó unos cuantos segundos la respuesta, pero cuando por fin la obtuvo inhaló fuerte y habló —: Nadie sabe.

—¡¿Tampoco?! —Apretó su mandíbula. Su rostro estaba convirtiéndose en un tono rojo y parecía que su cabeza iba a explotar.

Estaba pasando por una etapa de enojo, tenía demasiada furia de que sus planes no estuvieran yendo como lo había planeado.

—He quedado como tú —tragó saliva sintiendo los nervios recorrer su cuerpo—, he pedido a los otros que nos den información, pero nadie sabe decirme nada.

—¿Cómo es posible? Si hemos tenido vigilados a los tres por tantos años todo esto se nos salga de las manos.

—Y eso no es todo.

La persona abrió sus ojos como si estos quisieran salir de sus cuencas. Invitó a su acompañante a que sacará la verdad de una vez por todas.

—La niña sabe la verdad y el otro gemelo, también lo sabe, lo saben todo y si no podemos manejarlos a nuestro antojo en el tiempo más rápido posible nos vamos a joder.

La persona inhaló y exhaló muy fuerte repetidas veces. El tema estaba siendo difícil de asimilar para «él o ella». Los planes habían salido justo como lo habían planeado, pero sólo al inicio, las cosas comenzaron a descontrolarse y ya no sabían como ocultarlo, no sabían que hacer y de que manera lograría huir y alejarse de todos sus problemas.

O ir y venir, constantemente evitando encontrarse con su realidad. Temerle a su realidad y ocultar sus secretos.

Sus más grandes y oscuros secretos.

—Eres parte de la familia.

—Somos —corrigió su acompañante—, no por lo que hicimos quieras desligarte de ello.

La persona carcajeo como si lo que su acompañante dijo hubiera sido el chiste más gracioso del universo.

—¿Tú crees que después de haber matado a ese niño somos familia?

—No lo matamos —corrigió—, él se murió.

—Ahora te quieres desligar del problema tú —volvió a reír—, somos culpables y no enfrentaremos los cargos así que huimos o matamos a todos, tú decides.

Y se tomó una decisión, una decisión que justo ahora no te contaré.

 

☼☼☼
 

 09 DE NOVIEMBRE, 2020. 


Ciudad de Aspen.

S H A W N   M O U R A

Desperté a la tres de la mañana. De cierta forma me asustaba despertar a esa hora pues había escuchado que cierta gente decía que era la mentada hora del demonio. También había escuchado que era peor si despertabas por tu propia cuenta. Bueno, de hecho nadie me lo dijo, lo vi en las películas, pero puede pasar.

En realidad, no estaba despertando por mi propia cuenta, lo estaba haciendo porque de nuevo la rara chica de a un lado tenía la música estrepitosamente alta. Se oían los gritos de sus invitados y por mi ventana podía ver a una que otra gente orinando en el patio de afuera.

Lancé un ligero gruñido al aire y cerré mi ventana. No funcionó. Seguía escuchando, aun así. 

Estoy harto de esa chica.

Tome mis auriculares de la mesita de noche y los conecte a mi teléfono, seleccione mi playlist favorito llamado: "Canciones que me tranquilizan en caso de que Nerea haya hecho otra fiesta" no tenía ningún seguidor, pues no muchos tenían una vecina llamada así y mucho menos una vecina tan exageradamente importuna.

Mi hermana abrió lentamente la puerta de mi habitación y asomo su cabeza, —¿De nuevo ella? —Pregunto —Le mandaré un mensaje, no vayas a ser histérico antes, ella te detesta.

El sentimiento es mutuo.

Ella te detesta. Ni siquiera sé en qué momento ella comenzó a detestarme. Estoy seguro de que en segundo grado teníamos una buena amistad, pero conforme pasaron los años y tuvo diferentes amistades ella cambió y terminó odiándome. Y odiando a Phoebe, mi novia, en realidad, no sé a quién odia más. He visto como le echa sus miraditas de odio a Phoebe y que de hecho, Pheb ha ignorado durante mucho tiempo, pero es algo que no puedo asegurar porque Nerea mira con odio y repulsión a todo aquel que se le ocurra mirarle también. Me he imagino como me maltrataría si en algún momento me acerco a ella.



#8968 en Thriller
#5063 en Misterio
#21367 en Otros

En el texto hay: misterio, asesino, novelajuvenil

Editado: 28.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.