CAPÍTULO 12
-Eva-
—¡Eh! —esa fue mi primer reacción, rápidamente giré hacia Nicolás buscando en él algún signo de negación, pero, de forma extraña no lo encontré, entonces: —él busca estar solo, se siente mucho más cómodo—aduje volviéndome hacia la amiga de mi madre.
—Ah...pensé que sería una buena idea, porque recuerdo que hace dos años le diste albergue a la amiga de mi hija y por lo que sé ella estuvo muy satisfecha el tiempo que pasó allí contigo y creí que quizás…
—cierto…—sonreí incómoda recordando a Lila, le di la posibilidad de estar en casa durante unos meses, después de haberse recibido cuando encontró trabajo en un bufete de abogados en otra ciudad ella se fue, durante su estadía la pase bien, pues, llevaba mucho tiempo viviendo sola, su compañía me resultó agradable después de todo nos terminamos haciendo buenas amigas, pero, con Nicolás todo era muy distinto. De hecho nuestra situación de por sí era muy distinta—vamos a seguir buscando…yo creo que…—y como por arte de magia la voz de Nicolás atravesó nuestra conversación con extrema calma.
—Considero que para mí estaría bien, si a ti no te resulta un inconveniente ya que para mí no lo es. Además, solo será por muy poco tiempo…—resolvió sin el más mínimo miramiento.
Aquello me desencajó por completo.
Sentí un abrumadora presión entre la mirada expectante de la amiga de mi madre y la presencia imperturbable de Nicolás, no tarde en decir:
—¡Me parece bien! —solté, me estaba anudando una soga al cuello.
¡Qué acaba de hacer! ¡Estaba trayendo a mi propio enemigo a mi territorio! ¿Acaso realmente me golpearon fuerte en la cabeza cuando nací? ¡algún problema debía tener como para atreverme a decir eso!
—¡Qué alivio! Me quedo más tranquila, de todas formas si llegase a conseguir algún lugar disponible, prometo avisarte Eva —aseguró.
Sonreí, no me quedaba de otra.
—¿Vas a poder soportarme?—me murmuró Nicolás regodeándose de mi malestar por haber aceptado algo que él sabía que me causaba fastidio.
Me sentía perdida en una realidad que me resultaba aún ajena, mi vida era simple, salía cada tanto, lidiaba con mi trabajo, veía a mi familia, y seguía viviendo…hacía tiempo que no veía un sentido en todo lo que hacía, en realidad era mi existencia que estaba algo acabada, solo que intentaba demostrar que no agonizaba por dentro, y que la destrucción que sentía todos los días ,esa misma, que me desmoronaba lentamente ,ahora, parecía estar en un segundo lugar, porque Nicolás comenzó a ocupar un espacio que en mi vida tenía vacío, lo estaba viendo como un problema, y rogaba que siguiese así aunque debía admitir que su presencia a pesar del caos que había traído a cotidianeidad, sin desearlo eso estaba reviviendo pequeñas luces que dentro de mi oscuridad deseaban alumbrar mi corazón.
Me observaba con una maleta grande de viaje a uno de sus costados junto a otra de mediano tamaño, subí un par de escalones de la escalinata que daba al piso de arriba para estar a su altura, frente a frente su mirada era mucho más impactante. Parecía tranquilo, extrañamente no se había comportado de forma molesta, sino al contrario: había sido educado desde que había entrado a casa.
—Bien—dije tomando la palabra—algunas consideraciones que deberías tener en cuenta, por allí—señalé el pequeño pasillo de la puerta de entrada, de un lado había un armario disimulado a través de una puerta blanca—justo en la entrada hay una cámara de seguridad, como también encontrarás en la sala principal, en la cocina, y en el jardín, el sector de cámaras está justo en tu habitación instaladas dentro del closet.
Asintió.
—Quiero suponer que en mi habitación no hay cámaras…—dijo
—por supuesto que no, se encuentran en los lugares que te mencioné, es solo por una cuestión de seguridad que está algo ligada a mi trabajo, acompáñame voy a mostrarte tu habitación—resolví volteándome subiendo hacia el primer piso.
Cuando abrí la puerta de la que sería su nueva habitación Nicolás se mostró conforme, eso era todo un alivio, había pasado toda la mañana ordenándola para que fuese lo más agradable posible.
—¿y esos contenedores de plástico?
—ah...sí, lo siento, van a tener que quedarse aquí por un tiempo hasta que les consiga un nuevo lugar, prometo que intentaré ser rápida.
Nicolás caminó hacia las cajas plásticas trasparentes atraído por lo que allí había. Frunció el ceño, para mi gusto era demasiado observador y eso no me agradaba ; rápidamente intenté distraer su curiosidad. Iba a tener que quitar eso de allí cuanto antes.
— En aquel rincón tienes un amplio escritorio donde puedes acomodar parte de tus cosas. —Nicolás se volteó observando el escritorio, parecía satisfecho— Por aquí está el closet, —abrí la puerta y él notó en un rincón estrecho el monitor que mostraba las partes donde las cámaras de seguridad estaban instaladas—y por allá, —di un par de pasos hacia la puerta del baño—la ducha se reparó hace un mes, así que funciona muy bien, tienes todo lo que necesitas dentro de los armarios en caso de que te haga falta algo solo debes comunicármelo y buscaré la forma de solucionarlo.