Quedate a mi lado

Decir la verdad

Pietro

Tener a la vista el club hace que mi cuerpo recorra nerviosismo como en la mañana. Creo que nunca desaparecerá este sentimiento que provoca únicamente ella. 

– Vamos o te quedarás aquí toda la noche – me incentiva Bruno a salir a verla.

Desde la tarde que le conté mis intenciones ha prometido ayudarme a conquistarla. Como don juan dice saber como conquistar a una mujer, aunque no creo del todo en sus tácticas pues muchas de las veces no salen como las quiere.

– Ni se te ocurra posar tus ojos en ella. Cuando baile vas a cerrar los ojos, entendido?

– Amigo no me voy a meter con ella. Es el código de mejores amigos.

– Me vale un carajo. Cierras tus ojos y punto.

– Está bien pero si la música me gusta abro los ojos – antes de que lo amenace sale corriendo.

Por más que vaya detrás de él me gana entrando hasta la sala VIP donde ya apartó mesa y se ve de lo más relajado.

– Te tardaste.

– Solo demore unos segundos más que tú – le doy un golpe en la nuca.

– Estás desesperado por verla, ¿no? – lo dice con un tono burlesco.

– Me arrepiento de haberte contado todo esta tarde.

– Dejare de bromear. – se acerca un bailarina a sus piernas y él no se opone.

Hace unos días no habría objetado si una de ellas se posaba en mis piernas pero ahora solo puedo contar los minutos para que esa belleza salga a bailar. Me hierve que los hombres la vean como si estuvieran a su nivel pero es su trabajo.

Mis deseos al parcer son cumolidos cuando Mario la llama al escenario. Desde que ella baila aquí los ingresos han aumentado pues ella es el espectáculo más esperado de cada noche lo que hace que los hombres vengan ansiosos. De pensar que sus cabezas la pueden imaginar de varias maneras hace que quiera matar a todos pero no puedo. No cuando está por bailar.

Como cada noche las luces se apagan y encienden junto a su aparición que nos deja a todos con la boca abierta. Luce un traje arabe junto a un velo que cubre su rostro a la mitad dejando expuestos sus ojos hipnotizantes. La música empieza y ella empieza a bailar como toda una diosa a ritmo de la música, todo en ella se mueve con tanta ligereza como si hubiera nacido para bailar. 

Cada movimiento me incita a acercarme y volarle los sesos a quien se le ocurra posar sus ojos en ella. Si las llamas de fuego aumentaran con el calor que emana todos estaríamos ardiendo. Esos ojos tan excitantes recorren toda la habitación demorando su vista en algunos hombres haciendo que se levanten y como movimiento involuntario se dirigen hacia ella queriendo tomar lo que es mio. Lo único que me mantiene cuerdo es que ahora su mirada se posa en mi… esos ojos me recorren transmitiendo un sentimiento de ansias por estar cerca y como si pudiera ver a través del velo su sonrisa coqueta llega a sus ojos.

– ¿Así que ella es mi cuñada? – ni siquiera la voz de Bruno hace que retire mi vista de ella.

Todo en ella es perfecto y no solo externamente. Su belleza es enorme tanto por dentro como fuera. Si ella me lo pidiera sería capaz de incendiar toda Italia con tal de tenerla en mis brazos y que de esos labios salgan dos simples palabras que me hacen alucinar cada instante.

– Es estupenda… a través de mis ojos ella es única – al ver sus últimos movimientos me siento tenso intentando contra el impulso de besarla y de ser así decir toda la poesía cliché para que se quede a mi lado.

– Nunca te he escuchado así. Debo admitir que es muy bella y si gano tu corazon debe ser la más pura porque solo un alma pura conquistaría un alma oscura como la tuya.

– En eso no te equivocas – tomo mi abrigo para salir – ¿quieres que te lleve o planeas quedarte aquí? – En serio espero que se quede para estar a solas con mi Alena pero nuestro código de mejores amigos implica nunca dejarnos a menos que el otro así lo desee.

– Creí que no lo ibas a preguntar – toma su abrigo.

Maldita sea. Debí irme cuando tuve oportunidad.

– Más te vale no hablar demás. Ella no sabe a lo que nos dedicamos, únicamente cree que soy dueño del hotel.

– Pietro deberías decirle si es que quieres ganar su corazón. Una mujer es conquistada a base de honestidad y si empiezas con mentiras tu oportunidad se irá tan cual una estrella fugaz.

Nunca lo he escuchado hablar tan serio y me duele admitir pero tiene razón. Debo mantenerla al tanto que soy como una maldición, estar conmigo significa muerte e infortunio, solo que siento que a ella puedo mantenerla a salvo.. tal vez cueste más de lo que pienso pero si ella me acepta sería capaz de todo por su bienestar, tal cual una vez escuche a mi padre decir mientras miraba enamorado a mi madre.

“La mafia italiana es poderosa y si decides meter el amor al juego debes luchar como un auténtico Larenti. Nunca dejar desprotegida a quien amas y a quienes ama a ella pues si alguien es lastimado es como lastimarla directamente a ella… y así como das todo por su seguridad debes dar todo de ti y olvidarte del resto de mujeres pues quien es capaz de engañar a su mujer no es digno de ser un líder y menos llevar el apellido Larenti”

Esas palabras las tengo grabadas en mi memoria pues mi padre es muy sabio y cada palabra es verdadera. Además no me pasa por la cabeza la idea de estar con otra mujer que no sea Alena. Siempre lo dire.

Un corazón como el de ella es difícil de buscar y conseguir pero una vez obtenido deberá ser amado y cuidado de todo y todos a si eso implique quemar al mundo entero por proteger un solo corazón.

 



#161 en Joven Adulto
#2981 en Novela romántica

En el texto hay: mafia, romance, hot romance

Editado: 29.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.