Conocer algo nuevo

Alena

Mario me informó que cada viernes cada bailarina debía hacer un espectáculo majestuoso que impacte al público, lo busque tanto hasta que mi búsqueda recayó en la danza arabe que es un baile sensual que conjunta varios movimientos del cuerpo. Creí que no me iría tan bien pero al ver la cara de todos embobados por un simple movimiento de caderas me hizo comprender que elegí correctamente el baile, esto fue confirmado aún más con la mirada de Pietro la cual pude sentir sobre mi todo el baile. En lugar de hacerme sentir incómoda me hizo sentir deseada y confiada.

A la salida como cada noche se encontraba el solo que ahora con otro hombre qué debo admitir era muy guapo sin embargo carecía de ese poder y porte que emana Pietro. Me siento nerviosa al acercarme pues a lo lejos tenía esa típica mirada seria pero con cada paso esa mirada se iba desvaneciendo e inclusive su amigo me dio una sonrisa cordial y amigable.

– Hola – saludo con un beso como siempre a Pietro.

– Hola bonita, él es mi mejor amigo Bruno.

Bruno me sonríe muy feliz como si supiera algo que yo no.

– Hola Bruno – estoy por darle un beso en la mejilla pero Pietro me lo impide tomando mi mano jalandome discreta y suavemente hacia el.

– Hola Alena, es un placer conocerte – toma mi mano y deja un beso en ella, acto que considero muy dulce así que le correspondo con una sonrisa.

– El mio igual.

No se porque pero así como sentí una conexión tan especial con Pietro, siento que Bruno y yo seremos grandes amigos. Como si sintiera una mirada amenazante dejo de mirarlo para ver a Pietro marcando su mandíbula muy enojado.

– Bueno Alena creo que es momento de irme o si no este hombre me sacara los ojos – hace una mueca haciéndome reír pues es verdad, si las miradas mataran él estaría a unos miles de kilómetros bajo tierra.

– Si me necesitas – toma mi celular de mi mano para teclear su número – con solo una llamada iré en tu rescate. Nos vemos luego – vuelve a besar mi mano y sale corriendo como si de un maratón se tratara.

Lo veo irse mientras me río nerviosa pues me ha dejado con un hombre furioso. Tomó una bocanada de aire y me giro para ver si Pietro quito un poco de su postura enojada.

– ¿Otra vez se te quitó el habla? Está haciendo otra vez frío? – tomo su mano y la froto para hacer que entre en calor aunque está muy caliente el clima.

– ¿Qué fue eso? – su postura cambió a una totalmente desanimada y puedo jurar que en sus ojos se ve un ligero brillo de tristeza.

– ¿Qué fue qué? – no sé si se refiere a lo de Bruno o a lo que frote su mano.

– Lo de Bruno. No me gustó que tomara tu mano y la besara, tampoco que estuvieras por darle un beso en la mejilla – toma mi cara y deja un suave beso en mi frente.

– Solo fue amable y lo del beso, trataba de saludarlo como lo hago contigo.

– No quiero que lo hagas con nadie. Quiero que solo a mi me saludes de esa manera – siento una opresión en el pecho al verlo así. Esa mirada me recuerda a mis hermanas cuando cada noche se colaban a mi cuarto para preguntarme sobre su madre y en serio me rompe el corazón.

– Se que aun no me has aceptado pero quiero ese saludo sea único para mi, en toda mi vida no he tenido muchas cosas así como un saludo especial para mi asi que te lo pido de todo corazón – toma mi mano posicionando en su pecho donde siento sus latidos acelerados – mi corazón late asi solo por ti y espero un dia el tuyo lata asi por mi.

No se que decir, muchos le tienen miedo por esa oscura y fría mirada que no es más que una cubierta. No existen muchos hombres hoy en dia que sean sinceros pues en nuestra generación es considerado un logro y un acto de masculinidad jugar con las mujeres por ello hay pocos hombres que aún quiera de manera sincera, creí que no lo encontraría aún más por tantos problemas que acarrean mi mente pero él no es un problema… me trae calma y paz cada vez que estamos juntos tanto que siento que con él a mi lado todo esta bien.

Mamá solía decir que pocas personas cuentan con la suerte de encontrar a su alma gemela porque muchas veces las almas gemelas no están destinadas a estar juntas casi como la marea, puede unirse en algún punto pero siempre termina alejándose a diferentes costas.

Se que aun es temprano para considerarlo así, no lo conozco, no sé casi nada de él, no se bien a que se dedica pero ahora no es lo que más me importa. Lo que importa en mi corazón es que el es mi lugar seguro, mi complemento y así como mamá decía es mejor intentarlo a nunca saber que pudo haber sido.

– No tenía idea que significaba tanto para ti pero prometo hacer de este un saludo único para ti – me pongo de puntillas y besó su mejilla haciendo que dure más tiempo de lo normal.

– Gracias Principessa – me sostiene en sus brazos chocando corazon con corazon – Sentir tus latidos es como música, forman un compás perfecto.

Lentamente me suelte y nos miramos a los ojos. ahí es cuando lo repito, en esos lindos orbes verdes hay fragilidad, tristeza y soledad que espero poder cambiar. Puede que sea un reto tal vez pero me gustan los desafíos y así como él está dispuesto a hacer lo posible por quedarse a mi lado haré lo posible para quitar su tristeza y cambiarla por alegría.

– ¿Quieres ir a comer o prefieres que te lleve a tu casa para que descanses?.

– Quiero llevarte a un lugar especial.

– ¿ A donde?¿Está cerca?¿Es cerrado o abierto? 

– Tranquilo ojitos, no te preocupes.

– Soy algo curioso. Me gusta saber todo.

– Me di cuenta. 

En el GPS pongo la dirección para que conduzca hasta allá, no se si lo verá como algo ridículo pero quiero compartir algo así con él. No es un lugar como los que está acostumbrado a ir pero quiero que con esto entienda que todas mis dudas y temores van desapareciendo.

Al llegar bajo corriendo como una niña pequeña porque así me siento. Mamá solía traerme aquí antes de morir, me contaba tantas historias sobre ella y los abuelos que me hacía muy feliz. No recuerdo todo sobre ellos pero una que otra historia está vagamente presente. Me hubiera gustado tener más recuerdos, aun así agradezco por lo que aún quedan.