Quédate amor mío.

C A P I T U L O 2.

 ***

 -¿Qué película quieres ver? -Preguntó mientras entraba a la cocina para preparar palomitas.

-Una de pasión, sexo y furor. -Respondí subiéndome al mesón d la cocina.

 

Se acercó, me besó, me jaló del pelo, y besó mi cuello. Que rico se sentía sus besos humedos en mi piel, que rico se sentía sentir que entre nosotros existía aún esa llama del sexo. Quitó botón a botón el camisón de él que me encantaba usar cuando nos encontrabamos en la casa, sin darnos cuenta estaba encima de él en nuestra habitación.

 

-Coloca tus deliciosos labios donde tu sabes -Su sonrisa, se tornó picara.

 

Me encantaba hacer que se exitará, escuchar como gemía mientras el practicaba el oral, me tomaba el cabello haciendo en su mano un moño, me tomó el rostro, me subió hasta sus labios, me besó y me posó abajo de él, comenzó a besar mis pechos, bajó a mi abdomen, y bajó a mi parte favorita de nuestra sesión. ¡GRACIAS DIOS! sabía como jugar con su lengua, sabía que hacer para hacerme llegar antes que me penetrará sin piedad.

 

-¡AH! -Fue ese grito de victoria que provocó en nosotros más excitación 

 

***

-Despierta Anna, se hace tarde para que vayas al trabajo. 

-¿Que hora es? -Pregunté entre dormida y despierta.

-9:00 de la mañana. -Respondió viendo mi celular-. ¿En serio tienes aún esa foto de fondo?

-Mierda las 9, llegaré tarde y tengo guardía de 48 horas. -Me levanté apresurada-. Y sí, mientras aún lo tenga clavado en mi pecho no podré rehacer mi vida ¿Ok?

 

Fue simplemente un sueño, quisiera que fuera real, necesito sentirlo dentro de mi, gemir como loca, que me haga llegar muchas veces y que terminé adentro de mi como lo hacíamos todos los días. Lo extraño tanto ¿Cómo podría seguir mi vida cuando mi vida es él? me enfoque tanto en lo que eramos, en lo que somos, y lo que seríamos si seguíamos juntos. Y aquí estoy, yendo a trabajar después de desaparecer dos semanas del trabajo. Esperando que me miren con lastima, que sus únicas palabras sean ''Si es para ti estarán juntos'' siendo completamente sincera estoy tan cansada de esas palabras; en mi casa no dejan de repetirlas, y puedo jurar que en mi estado no necesito esas palabras. 

 

-Señorita Ortiz, a mi oficina. -Fui llamada por el director del hospital-. Sé que su ausencia tiene mucho que ver con la partida de su ex prometido, quien era uno de los mejores cirujanos. Sólo quería informarle que tomará el puesto de su oficina. -¿Algo peor que eso?-. Y usted será encargada de personal mientras su título llega, si resulta bien su trabajo le doy el puesto fijo, pero también será Médico general.

-¿Porque lo mandaste a otro sitio?

-Fue petición de la encargada de ese hospital

-Tú lo recomendaste. -Mis lágrimas volvieron a salir.

-Entiende algo ¿ok? Este tipo de trabajo es así, o aceptas las oportunidades o las pierdes para siempre.

 

''Aceptas o pierdes'' De eso consta la vida ¿no? de tener o dejar ir, increíble como suena la vida. Han pasado dos semanas y dos días y no he recibido de él ninguna llamada, quizá mi hermana tenga razón y él quiso irse, quiso marcharse y alejarse de mi. Quizá él decidió ese rumbo, a lo mejor es lo que él quería. 

 

-Cada día me siento peor. -Hablaba con mi hermana por teléfono.

-Hermana, entiendo por lo que pasas. Pero estás dejando pasar muchas cosas por un tipo que no se ha preguntado si ya comiste, si duermes bien, si tu estado sentimental esta bien. -Hizo una pausa-. Anna, estás desperdiciando muchas cosas,

-¿Cómo cuales? -Pregunté alzando la voz-. Irme de farra todas las noches con tus amiguitos, beberme un litro o dos de Vodka, beberme el bar de papá. No, eso ya no es lo mío. Eso no es lo que quiero, ya es hora de que me enfoque en trabajar, salir adelante, saber que se siente trabajar por ti misma, no necesito ver como otros se drogan, como beben y beben sin importar si existe un mañana. 

-Has madurado antes de tiempo.

-Lo que a ti te falta -Comencé a reír-. Hermana en serio necesito buscar mi horizonte, pediré vacaciones adelantadas, quiero ir a casa de la Tía Helena.

-¿Tía Helena? ¿En serio? -Su voz era  burlona.

-Sí, ¿Cuál es el problema?

-Jamás te ha gustado ir para allá, además no hay buena señal.

-Esa es la idea, asi podría despejar mi mente, y buscar ese horizonte que por mucho he necesitado.

 

Mi Tía Helena vivía al otro lado de la ciudad, donde sólo se veían vacas, caballos, becerros, cerdos y entre otros animales. Irme para allá me serviría de mucho, despejaría mi mente, alejaría cada mala vibra, y podría ''olvidarme de él''




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