Patinar por las calles de Westminster , tenía sus ventajas.Ya que era el lugar donde más gente paseaba , podía disfrutar de ver caras nuevas todo el tiempo.
Algunas más atractivas que otras. Y era un placer que más de una se girara para verme.
No podía evitarlo, teniendo una madre que había sido Miss Mundo, y un padre que medía más de 1.90 , había sacado los mejores genes del mundo.La mejor parte? Era hija única y no debía compartirlos con nadie. Ni a eso ni nada.
En especial el imperio de mi padre. Charles Dickinson , no es la persona que creen, solo son coincidencias de la vida que se llamara igual que el escritor, tal vez haya sido una broma de mis abuelos o una simple coincidencia del destino.
Vivíamos en Inglaterra , y su nombre era bastante común, además sonaba bastante elegante y era bastante adecuado para el linaje de nuesta familia. Igual no se de que me jactaba. Me habían puesto el nombre de una estación del año.
La ironía en todo esto? Odiaba el verano. Si señores y señoras, Summer Dickinson odiaba el verano.
Pero podría haber sido peor, una vez mi madre me contó que tenían planeado ponerme Eunice, para rendirle tributo a mi bisabuela.Definitivamente me saqué la lotería, en cierta forma.
Igual la suerte se manifestó en mi vida no hace mucho, cuando mi padre decidió que a mis 26 años ya era lo suficientemente madura y adulta como para poder ocupar su lugar en la empresa.
-Merezco un descanso de esta tediosa vida.Y a ti te serviría aprender nuevas cosas- esas fueron sus palabras cuando dijo que en tres meses la empresa familiar estaría a mi cargo.
Y de que se trataba nuestra empresa? Una de las joyerías más prestigiosas del lugar. Una con una trayectoria de más de 50 años, que había pasado ya por las manos de mis abuelos, mis padres y ahora estaría bajo mi reinado.
Era bastante obvio de todas maneras que esto fuera así, era la única hija y me correspondía heredarlo.A pesar de ser un desastre. La reina del desastre.
-En unos meses estarás sentada aquí-dijo mi padre poniéndose cómodo en su gran sillón-Pero tienes que demostrarme que si eres capaz de manejar una empresa , también eres capaz de poder llevar adelante una relación estable.
Lo miré confundida.
-Y cómo es que esas dos cosas están conectadas?
-Tu hazlo. Tienes 90 días.
-Está bien-respondí saliendo de la oficina.
Tenía que idea un plan. Y tenía que hacerlo rápido.