Queen of mean

14.Jake

Tres golpes secos en su puerta y nada. Mi nível de impaciencia se incrementaba con cada segundo que pasaba y me estaba matando.

Sabía que tal vez , mañana en la mañana me arrepentiría de esto, pero debía hacerlo . Prefería hacer las cosas , a que la constante y molesta pregunta de que habría pasado si? , rondara por siempre en mi mente.

Intenté llamar a su móvil , pero este me redigió al buzón sin escalaras.

Miré a la hora en mi pantalla.Eran la medianoche ya, pero usualmente a esta hora él solía estar despierta. Lo sabía porque era el momento del día en que se ponía a practicar con la banda.

Pegué mi oído a la puerta para intentar escuchar algo, pero no había señales de que hubiera gente allí dentro.

Volví a llamar, si no se abría en el próximo minuto, daría media vuelta y volvería por donde vine. Y de una cosa estaría segura aquel día, lo terminaría frustrada sexualmente .

Finalmente Jake abrió y me recibió usando nada más que un pantalón de gimnasia gris, apretado que dejaba ver que no tenía nada debajo,lo que hizo que mi ritmo cardíaco se incrementara el doble, el triple si era posible eso.

-Qué haces aquí?-me miró confundio-Juro que si vienes a alardear de tu cita con la súper estrella te advierto que no tengo ganas de escuchar..

No lo dejé terminar la oración, porque pegué mi boca  a la suya. Si iba  a hacer esto, lo iba   a hacer rápido para evitar algún tipo de remordimiento.

Había algo en la forma en la que sus labios se amoldaban a los míos que se sentía condenadamente bien. Era como si hubiesen estado diseñados perfectamente para encajar ahí.

Me preguntaba en que otros lugares se sentirían igual de bien.

Profundicé el beso , intentando hacerle saber hacia donde iban mis intenciones , y por un momento él se mostró cauteloso, hasta que rocé su labio inferior con mi lengua antes de darle un pequeño mordisco y comenzó a jugar con mi lengua, haciéndole pequeños masajes.Haciendo que un gemido escapara de mi boca.

Instintavemente, llevé mi mano a sus pantalones e intenté desatar el nudo que los agarraba a su cintura y me separaba de aquello que había venido a buscar.

Su mano fue el único inconveniente.

-Qué haces?

-Creo que es bastante claro .

Ahora era yo la que estaba perdida.

Se apartó de mi lo suficiente para que no volviera a poner una mano sobre él.

-Lo siento-meneó la cabeza-Pero no.No puedo hacerlo.

En ese momento sentí como mi dignidad y mi corazón caían al piso y se rompían en mil pedazos.

Salí del apartamento con la cabeza gacha y mis ilusiones destrozadas.

Había metido la pata.Hasta el fondo y me temía que no hubiera vuelta atrás.

 

 

 

 

 

 




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