30 días.
El día del almuerzo había llegado y mis nervios estaban a flor de piel, al punto que me estaba comiendo las uñas mientras tenía a Dean manejando a mi lado, luciendo totalmente calmado.
Como me gustaría ser como él. Se tomaba las cosas tan a la ligera y nada parecía molestarlo. Si tan solo esa virtud se podría traspasar a este cuerpo tembloroso.
-Quedate tranquila –apoyó una mano en mi pierna-Todo saldrá bien.
-Lo sé-intenté darle mis sonrisa más franca. Que se la haya comprado es otra cosa.
-Seguro que les encantaré-metió su mano entre mis piernas y comenzó a tocarme-Tal vez esto te ayude a relajarte un poco.
-Me ayudaría si estuvieramos en la cama-respondí-Estaciona aquí –señalé un lugar vacio en la entrada del club-Hemos llegado.
Mis padres nos esperaban en nuestra mesa habitual y cualquiera habría dicho que personas tan renombradas como ellos y educados estarían usando ropa de diseñador , en su lugar usaban su equipo de tenis.
Y yo aquí estaba avergonzada porque le había hecho usar a Dean traje y pantalón de vestir.
-Dean…ellos son mis padres.Papá , mamá , Dean-dije haciendo una introducción bastante corta.
-Un gusto-estrechó la mano de mi padre y besó la mejilla de mi madre-Tenía muchas ganas de conocer a las personas que son responsables de que esta mujer este aquí-agregó golpeando mi nariz con su dedo.
-Es un encanto-murmuró mamá por lo bajo.
-Lo sé-respondí mientras nos sentábamos.
El resto del almuerzo fue bastante normal dentro de lo posible. En una escala del 1 al 10 le daría un 8 con creces.
Aunque tenía algo raro dentro, una sensación de que algo no terminaba de cuadrar aquí,pero se la adjudiqué a los nervios propios de la situación.
Una mujer con el cabello negro , atado en una trenza se acercó a nuestra mesa con un martini en la mano y se paró a escasos centímetros de mi cita.
Acto seguido golpeó su hombro y cuando Dean giró , la bebida terminó en su cara, arruinando su ropa .
-Eres un cerdo.-gritó la morocha fuera de sí.
Me paré y me puse entre los dos.Intentando separarlos.
-Y tu quien eres?-la miré de arriba abajo.
-Summer-advirtió mamá.
-Déjame.
-Yo soy su maldita esposa-gritó haciendo que todos alrededor se fijaran en nosotros-Y supongo que tu eres la zorra de turno con quien me engaña.
Mi cara se desfiguró al escuchar esas palabras. No podía ser cierto. Dean no podía estar casado.No llevaba anillo.Aunque eso no era garantía de nada. Aunque ahora que lo pensaba bien, tenía sentido que siempre fuese a mi casa y nunca me llevara a la suya.
-Dime que no es verdad-mi voz se quebró involuntariamente , haciendome ver débil .
-Summ.
-No me digas Summ-grité más fuerte , ya no me importaba que todo el mundo se enterara-Dime si estas casado o no.
Solo asintió.Su cobarde voz con la que me había dicho que me quería mientras estábamos juntos ,no salió de su boca.
-Vete-grité.Vete y no vuelvas nunca más.
Lo siguiente que escuché fue el ruido de su silla moverse ,pero no tuve el valor para volver la vista. Solo pude cobijarme en el pecho de mi madre tal y como hacía cuando era pequeña y las cosas no salían como yo quería.
Ahí iba mi cuento de hadas perfecto. Ahí se iba el hombre del que pensé que estaba enamorada, pero todo fue una mentira.