Queen of mean

26. Summer

6 meses después del desastre.

Lunes, 25 de junio. 8:30 a.m

 

 

La alarma suena para sacarme de mi hermoso sueño en el que ganaba el premio a la mejor empresaria de la ciudad.

El sueño que había tenido desde que me enteré que podía llegar a estar al frente de la empresa de mi padre.

Sueño que casi termina en la nada misma ,cuando esa harpía irrumpió en mi fiesta y me desenmascaró frente a todo el mundo, exponiendo mi más grave secreto.

“Mi maquiavélico plan” según mi madre. Afortunadamente todo aquello había quedado en el pasado. Solo era una oscura mancha en el largo historial de Summer Dickinson.

Pero las cosas no fueron tan fáciles para mí. Tuve que soportar 5 largos meses aguantando que mis padres ni siquiera me digirieran la palabra, y ni siquiera pude poner un pie en la empresa porque había sido declarada persona non-grata momentáneamente.

Cuando ya no pude más, cuando había acabado con la dotación de helado que había en mi refrigerador y ya no podía consumir más comida thai , fue cuando me presenté en la casa de mis padres. Y bajé mi cabeza, pedí disculpas y expliqué el por qué había recurrido a esa opción. Lo había hecho para no decepcionarlos. Irónicamente , lo hice.

Pero eso ya era parte del pasado y ahora ellos estaban de viaje por el mundo y yo era la flamante dueña y jefa de “Dickinson & Daughter” . Qué si hice que cambiaran el nombre de la empresa por mí? Por supuesto. Era lo menos que podía pedir.

De todas maneras , esta del todo la mejor parte de la historia que los trae aquí, ni la razón de mi buen humor todos los días.

La mejor parte de esto, es que el imbécil de Jacob Strauss se había ido para no volver. Algunas personas me habían dicho que se había mudado a Arabia, otros a México y también había escuchado que su residencia ahora se encontraba en la romántica ciudad de París.

En mi opinión, mientras más lejos estuviese de mi… mejor. Porque si se quedaba aquí, juro que haría de su vida un infierno y desearía estar muerto.

Me puse mi traje favorito antes de salir de casa y apliqué un poco de gloss sobre mis labios. Tomé las llaves de mi hermoso Mini Cooper , cortesía de mis padres y me dirigí a la oficina.

Al llegar me quedé maravillada con el hermoso trabajo que habían realizado las decoradoras de interiores aquí. Ahora todo se veía más femenino.Más delicado. Más yo.

-Buen día señorita Dickinson-saludó Esther desde su escritorio.

-Buen día-le sonreí mientra seguía mi camino.

Chelsea llegó corriendo a mi lado con un café en una mano y un gran sobre de papel en la otra.

Los beneficios de ser quien mandaba aquí es que yo podía ahora elegir quien trabajaría para mí, y es por eso que le dí el puesto de asistente personal a mi mejor amiga.

Una aspirante a bailarina, que aún soñaba con formar parte del ballet de Dua Lipa en alguna de sus giras mundiales. Por lo pronto estaba aquí conmigo.Y no podía quejarse.Su salario era mucho más alto que el que le ofrecían en su escuela de baile y le permitía comprar ciertas cosas que antes no podía , además de pagar la renta.

-Tienes tu macchiato aquí-me tendió el café.-Y aquí en este sobre , está lo que me pediste.

-Eres la mejor.Lo sabías?

-Me lo vienes repitiendo desde hace 10 años.

-Y nunca me cansaré de hacerlo.

Sostuve el sobre de madera y leí cuidadosamente lo que tenía estampado sobre él.

INFORMACIÓN CONFIDENCIAL.

Eso quería decir que solo yo y Chelsea podíamos abrir esto y daba por sentado que ella ya había leído lo que estaba dentro y había hecho alguna que otra acotación al margen.

Abrí la puerta de mi despacho . El despacho con el que había soñado los últimos 5 años y me senté en el condenado sillón que tanto merecía.

El nível y la sensación de poder que una acción tan simple como esta que me otorgaba era increíble.

Al fin lo había logrado.Summer Dickinson lo hizo.

 




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