El concierto terminó alrededor de las dos de la mañana. Y algunas personas pensarían que sería demasiado peligroso para una chica como yo estar transitando estas calles desconocidas en plena madrugada.
Pero lo cierto es que yo no le tenía miedo a nada. Vivía al límite. Siempre lo había hecho y no me aferraba a nada. Rara vez lo hacía, porque sabía que nada era para siempre.Y mi teoría había sido rectificada cuando me aferré a Jake y a la esperanza de llegar a ser algo más que solo su amiga.
Y todos sabemos lo bien que eso resultó. Ahora era momento de mostrarle que si él podía ser cruel conmigo yo podía ser la peor perra que se cruzó en su vida.
Esperé a que su auto saliera del estacionamiento para seguirlo a una distancia prudente. Lo último que quería es que se diera cuenta de que alguien lo seguía y aún peor que ese alguien era yo.
Coloqué en mi GPS la dirección para buscar un atajo y llegar antes que el a su humilde morada. Esperaba que en su afán por huir de Londres hubiese sido capaz de encontrar algo mejor aquí. Y no me referia a su estúpida novia.
Su prometida , me recordó mi cabeza. Se va a casar.
O eso es lo que él , Clarisse y el resto de los invitados pensaban. Pero yo no estaría tan segura de eso. No si lo podía evitar. Y es lo que haría.
Luego de esto me iría al infierno estaba segura. Pero no me importaba, no importaba en absoluto. Jake había convertido a una Summer que era conocida la reina del desastre a una Summer que prácticamente podría definirse ahora como la reina de la maldad.
Una persona desalmada, llena de ira y que tenía ganas de ver el mundo arder. Y no me interesaba si conmigo se vendrían abajo unas cuantas personas.
Estacioné frente a su casa. Un modesto piso en un vecindario bastante tranquilo por lo que pude observar.
Salí del auto y me senté a esperar a que él llegara. Hubiese sido genial que me la noche estuviese más calurosa , porque sinceramente me estaba congelando el trasero aquí pero haría que valiera la pena .
El sonido de auto acercándose me hicieron levantar la cabeza.
Había llegado y era hora del show.
Repasé en mi cabeza la lista imaginaria que había elaborado para este momento .
Me paré de la acera y me acerqué adonde estaba con mis brazos abiertos.
Estaba 100 por ciento segura de que no se esperaba este recibimiento.