Quinto , el último año en la primaria. Apenas parecíamos de tercero, ambas éramos muy pequeñas debo suponer que por cuestiones de genética.
Al final Jazz había resultado fácil de llevar, con el tiempo aprendió que ella era bienvenida como una más, pero hasta ahí llegaría. Divertirnos las tres era sencillo, teníamos intereses en común a los 9 años, después de todo las tres habíamos sido criadas a la antigua, éramos las segundas hijas con padres ya experimentados, menos preocupados.
Pensé que todo se había arreglado, me equivoqué. Celeste, la chica nueva , una morena con rizos indomables bajita y tímida, estaba sola al final de los pupitres. Esta vez fue mi culpa, yo invite al lobo, pero que más harías tú si el lobo fuera un reflejo de ti misma, pensé que acogerla en el grupo sería lo mejor, no fue así.
Celeste tenía muchos secretos que debió guardar por mucho tiempo, era un misterio andante, me tenía fascinada yo quería descubrir el misterio que era ella. La curiosidad mató al gato dicen, pero nunca cuentan cómo. A mí me mato lentamente, se ganó mi confianza y yo la suya, me dejó entrar en terreno minado, la explosión nos dejó temporalmente unidas.
Éramos como Tom y Jerry, nos adentramos en un peligroso juego, sabiendo que en algún punto alguna moriría. Fue muy tarde cuando descubrí que morir era perderte, yo no podía exigir que me prefieras sobre Jazz si yo te abandonaba por estar con Celeste.
No sabes cuánto me arrepiento Grace, porque desde ahí todo comenzó a destruirse entre las dos. Era como si se levantará un muro imposible de cruzar entre ambas. Ella era un enigma y yo siempre quería descubrir las piezas de los rompecabezas, desafortunadamente fue algo momentáneo. Ella no era mi para siempre, tú sí y lo acabé.
PD : Perdón por no demostrarte mi amor cómo debía.
Att: Una negra arrepentida.