Querida Mar

I

Despertar durante las mañanas me resultaba molesto, y más cuando ese día era el primero de preparatoria. Nunca puse atención a mi futuro porque realmente no me importaba, debido a que no me podía visualizar en una edad ya mayor. Por eso siempre pensé que tal vez era porque moriría joven.

A pesar de todos mis pensamientos, debía tener un lugar donde vivir mientras esperaba la hora de mi muerte, y qué otro lugar podría ser si no es la casa de mis padres.

Mis padres siempre trataban de que mi hermana y yo sobresaliéramos en todo lo que hacíamos, deportes, estudios, artes, e infinidad de campos que no nos correspondían.

Mi padre siempre fue un hombre correcto que odiaba a toda persona con ideas retrógradas y que consideraba inútiles para la sociedad, siempre nos mantenía ocupadas tratando de que nos quedarán grabadas sus enseñanzas. Por otro lado, mi madre compartía hasta cierto punto su manera de pensar, pero resultaba ser un poco más dócil con nosotras.

Mi hermana era dos años mayor que yo, y por ello las mejores felicitaciones estaban dirigidas a ella. ¿Egresó de la secundaria? Es un logro excepcional, ¿Rachel egresó de la secundaria? Muy bien, sigue así.

Siempre consideré a mi hermana como la preferida de mis padres, aunque estos se negaran a aceptarlo, siempre era felicitada por "esforzarse" más que yo en todo. Realmente llegué a odiarla.

Mi escuela preparatoria fue decidida en un juego de azar, y finalmente resulto en una mierda, ¿cómo puedo juzgarla rápidamente? Gracias a mi querida hermana, claro. La escuela tenía el peor prestigio y sus instalaciones no eran de lo mejor, mi hermana tuvo problemas con muchos profesores y yo realmente pensé que no era por culpa de los profesores, si no que  era una tonta. Yo podría lidiar con eso.


Solo conocía a seis personas de mi clase y no me agradaban del todo, así que pase las primeras semanas sin compañía, las chicas no terminaban de agradarme y los chicos estaban en sus asuntos de chicos. No pasó mucho tiempo para que me seleccionaran como la representante de la clase, aún sin conocerme. Pero gracias a eso, comencé a ganar fama.


Durante el primer semestre conocí a personas que realmente me agradaban, una de ellas fue Leticia, incluso podría ser considerada como la más extrovertida, al menos por mí. Resulto que tomaba confianza tan rápidamente que solo llegó y me preguntó si quería casarme con ella, obviamente como una broma; me quedé desconcertada por unos breves segundos en los cuales lo único que pude articular fue un sí, después de escuchar mi respuesta, ella se alejó feliz.

A partir de ese día sería llamada por ella como "vieja" lo cual no me desagrado, y yo también podría dirigirme a ella de esa manera. Por consecuencia de comenzar a entablar conversaciones con ella, también me fui acercando a otras personas.

Al iniciar el segundo semestre, fue cuando reuní a mi pequeño grupo de amigas: Alejandra, Samantha y Jessica. Samantha era una de mis previas conocidas, pero por obra del destino, nunca hablamos de manera cercana ni formamos una amistad. Pero ahora lo habíamos logrado, con dos personas más.

Leticia también tenía amigas cercanas, su grupo constaba de tres incluyéndola, sus dos amigas que tenían por nombre, Mónica y Mar.

La mayoría de mis compañeros de clase comenzaban a tenerme cariño, conversaban más conmigo y solían consultarme sobre asuntos escolares. Todos me apoyaban y trataban como la mejor de la clase. Lo tomaba a la ligera, incluso no recordaba la mayoría de los nombres de aquellos chicos y chicas a pesar de que ya había pasado un poco más de seis meses conviviendo con ellos.

Fue así generalmente con todos, hasta que el día que tuve mi primera exposición del semestre, alguien llamó mi atención.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.