T R E S

Ya estamos por fin caminando hacia el centro comercial, nos atrasamos bastante por culpa de Amatista, que no se podía decidir por lo que iba a usar. 

Lo bueno, es que la casa de Frank no queda lejos del centro comercial, por lo que no nos demoraremos más de 10 minutos en llegar. 

—Chicos, creo que olvidé algo. —dijo Amatista. 

—Qué triste, pero ya no nos vamos a devolver. —contesto cortante Frank. 

—Amargado. —reclamó Amatista. 

—Sí, sí, lo que tú digas. —respondió Frank. 

—Vamos, dejen de pelear, ¡es una linda salida! —intenté alivianar el ambiente tenso. 

—Solo por ti —dijo Frank tomándome la mano. 

Yo me sonrojo rápidamente, amo y odio cuando Frank hace este tipo de cosas. Los gritos de Amatista no tardan en llegar. Estos hermanos son profesionales en hacerme sentir avergonzado. 

No le suelto la mano a Frank, está suave, caliente. Nuestros dedo están entrelazados. 

Me gusta mucho eso de las almas gemelas, y creo, que Frank es la mía. 

Este chico me ayudó cuando yo me sentía triste por la partida de mi ex novio. Frank no me dejó tranquilo nunca, estuvo día y noche intentando alegrarme. Me sacaba a pasear, me regalaba cosas, y eso poco a poco fue creando un sentimiento en mi interior, y... no solo de agradecimiento, sino que de amor.

Me acostumbraba cada día más a su presencia, a su voz, su sonrisa, su mirada, su calor. Poco a poco, comencé a hacerme dependiente de sus abrazos, de sus lindas palabras. 

El cómo conocí a Frank no es difícil, y es que somos compañeros de escuela desde hace bastante años, pero nunca fuimos muy cercanos, siempre era una conversación casual, de vez en cuando, porque yo siempre estaba con Ismael y Martina. 

Todo cambió cuando comencé a juntarme con Amatista, porque amaba lo carismática que era —y es—, a Martina también le encantó, a Ismael, no demasiado, él es muy celoso, pero en el fondo le agrada Ami. 

Y, por alguna razón que hasta el día de hoy desconozco, Frank comenzó a juntarse más con Amatista. La verdad es que es algo triste, pero años atrás estos dos no se llevaban muy bien, y no se dirigían la palabra si no fuera realmente necesario, pero, cuando Amatista se hizo nuestra amiga, Frank se acerco también, y a nadie le desagradó, incluso, podía ver el brillo en los ojos de Amatista por poder compartir más con su hermano. 

—Amor, llama a los chicos para saber dónde están. —dijo Frank.

Mis divagues hicieron que ni me diera cuenta todo lo que habíamos avanzado. 

Le hago caso a Frank y saco mi telefono de mi bolsillo, y le marco a Isma. 

Suena un par de veces y por fin contesta. 

—Isma, ¿dónde están? —pregunto.

—Estamos ya en el cine, así que vengan rápido. Diana también llegó. —contesta Isma. 

—Vale, ya estamos por llegar. —anuncio.

—Perfecto, ¡nos vemos!

—Nos vemos. —corto la llamada. 

Guardo mi teléfono en el bolsillo nuevamente y hablo.

—Vamos, los chicos ya están dentro del cine, hay que ser rápidos. Ah, Amatista, Diana ya llegó. 

—¡Súper! —exclama emocionada. 

1 hora más tarde.

La película está casi terminado y quiero llorar. Tengo un nudo en la garganta, es hermosa, creo que es mi nueva película favorita. 

Todos estamos igual, los sentimientos que transmite, el mensaje, todo, todo es maravilloso. 

Miro a Frank, como el personaje principal mira a su novio. Frank me mira, como el novio mira al personaje principal. 

Y lentamente, sin apuro, nos vamos acercando, hasta que nuestros labios se juntan. 

Todos aplauden, y siento como si nos aplaudieran a nosotros, como si nosotros fuéramos los personajes de la película. 

Mi corazón empieza a latir rápidamente, la emoción me consume.

Con Frank nos separamos, nos miramos a los ojos y sonreímos, me siento feliz. 

La película termina, y todos aplaudimos nuevamente, se escuchan gritos. 

Todos se levantan, incluido nosotros y comenzamos a caminar hacia la salida. 

Esta película, me ha inspirado, es hora, es hora de decir mi verdad, es hora que mis padres sepan quién soy.