Lloré mucho por ti.
Ya pasó un año desde que ya no estas junto a mí.
Siempre pensaba en que momento podría decirte las palabras que llevó guardadas que nunca me atreví a decirte.
Pero sé que jamás te las podré decir en persona.
Así que si, te estoy escribiendo esta carta, para que quede entre líneas lo que me hizo sentir aquel hombre, lo que me hiciste sentir, lo que vivimos, lo que me enseñaste, lo que soñamos que eso es lo que fue “sólo sueños”. Esa noche en la que te fuiste de mi departamento, estaba preocupada por ti, te estuve hablando y no respondías mis llamadas y ni mis mensajes, pensé que estabas molesto de lo que había sucedido entre nosotros, después dos horas después, recibí una llamada, estaba tu número en mi pantalla, sentí un alivio cuando vi que eras tú; “gran error”, era tú mamá, estaba llorando, le pregunté qué estaba pasando, siguió llorando, después escuche la voz de tu padre, no me esperaba lo que estaba a punto de decirme, tuviste un accidente, estabas por la carretera, otro coche se atravesó, no lo viste venir, quisiste desviarte, lo lograste, pero te estampaste con otra camioneta, no llevabas cinturón de seguridad, así que saliste del parabrisas, te rompiste el cuello, tú padre me dijo que no sufriste, moriste en el impacto. Pensé que jamás volvería a llorar por ti, pero esa noche, me derrumbé por completo, al principio me culpé de lo que te había pasado, a veces pienso; si ese día no hubiéramos peleado; si tan sólo hubiera insistido un poco más para no dejarte ir así en ese estado, o si tan sólo hubieras dejado que te consolaras conmigo, tal vez aún seguirías junto a mí.
Así que decidí escribirte esta carta para pedirte perdón, aunque todo el mundo me dijo que no fue mi culpa, sé que te fallé, en esos momentos sentí que no luché lo suficiente por ti, no sabes cuantas veces lloré y me culpe por ese error mío, sé que tarde mucho para escribirte todas estas palabras pero no tenía el suficiente valor de recordarte, ahora; sólo tengo de ti aquel anillo que te regalé en esa navidad cuando nos volvimos a ver, no lograste terminar la carrera; faltaban dos semanas para que te graduaras, lo siento por eso, sé que serías de los mejores como tú querías. Te hicieron un funeral hermoso por lo que me dijeron, yo no tuve el valor de ir, me dolía demasiado, fui una cobarde, todos los que te amaban se encontraban contigo, excepto yo; también lo siento por eso. Antes cuando pensaba en ti o decían tu nombre quería llorar, pero ahora ya no salen más lágrimas; creo que ya estoy tratando de vivir con esto.
No sé si en realidad esta carta en realidad va dirigida a ti o hacia mí.
Tal vez a ambos…
Escribo esta carta porque pensé que tal vez si te describía como eras tú con los demás, o conmigo y la relación tan bonita que tuvimos, porque para mí tú fuiste mi primer amor; tal vez así no te dejaré morir, aunque ya no estés conmigo, cuando termine está carta la guardaré junto con tu anillo y cuando duela menos de lo que siento ahora, tal vez algún día decida volverla a leer o tal vez no, pero podré decirte esto y siempre lo pensaré “jamás podrá vetar nuestros recuerdos” y siempre los tendré presentes en mi corazón, porque tú siempre eres, serás y seguirás siendo “mi querido amor”.