Querido Ángel:
No he dejado de pensar en ti. En tus dulces labios con sabor a canela. En tu caminar tan singular. En tus ojos color carmesí. En tu mirada, tan deseosa. En tus detalles tan especiales, hacia mí. En tus sentidos tan alocados, a los que llevaste nuestra vida. En las cosas pequeñas, como una caricia, una carta, un saludos. En tu energiza tan esplendorosa. En el dulce trato, que nos dabas.
Hoy te recuerdo como siempre, he dejado lo malo atrás. Siempre que te pienso, lo hago