Querido Ángel

Carta número cuatro

Ángel de mi vida: 

Tú eras fuerte, feliz, de fortaleza radiante, esperanzado, sé que estuviste siempre pensando con un buen futuro para tu familia. Renaces, una vez más en el cielo. Naciste en el mes de las flores, cuando todas ellas renacen, moriste en el mes de la nieve, donde todas esas flores se marchitan, se dañan. Y así como es la naturaleza, esas cuatro hermosas y únicas estaciones, cuatro en total: invierno en donde la nieve cae, primavera donde nacen las flores con sus esplendidos colores, verano donde el sol es el personaje principal y otoño donde caen las hojas, pero no es para mal, porque las flores vuelven.

No te olvido, vives en mi corazón, días preciados, noches a tu lado, no serán olvidados. Descansa. Orar por ti, es lo mejor, porque nos conecta con tu interior. 



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En el texto hay: reflexión familia

Editado: 19.03.2018

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