Mientras manejo de vuelta a casa, me quedo pensando en lo que dice melina ¿Y si fuese verdad que alguien desde arriba puede escucharme? ¿Y si Dios de verdad pudiese cumplir mi deseo de no sentirme sola jamás? Debería de intentarlo, nunca le he pedido nada, nunca le he molestado, al contrario me he portado bien, he sido fuerte ante esta vida que vivo cada día, he tenido temple para mantenerme de pie, no me he vuelto loca, ni he caído en depresión culpándole de todo lo que me ha pasado.
Tengo miedo de sentir esta pequeña esperanza que se ha formado dentro de mi ¿Y si no ocurre? ¿Y si nada cambia y solo me estoy engañando a mí misma, por querer que cambie esta vida mía?
La voz de melina vuelve a sonar dentro de mi cabeza y en mi mente ocurre una flashback de sus palabras, “las piñas son símbolo de inmortalidad, representan un canto a la esperanza en el futuro, ten te traje estas para que las tengas en tu casa, piensa en un deseo muy grande que quisieras se te cumpliera, escríbelo en una carta o guárdalo muy bien en tu corazón y ve a la Misa de Nochebuena, esta simboliza el despertar simbólico de Jesús en su nacimiento, dicen que si pides algo con todo tu corazón el niño Dios lo concederá”.
Después de tanto pensarlo, al fin me decido —Esta bien, voy a intentarlo, nada pierdo por creer y pedir al niñito Dios me conceda la petición de mi corazón.
Trato de conciliar el sueño, quiero pensar muy bien en cómo voy a pedir mi milagro de navidad, no quiero ser vanidosa, ni pedir alguna cosa de la que me arrepienta después, quiero pedir algo específico y conciso, que Dios pueda entender mis palabras y mi petición, dicen que para él nada es imposible y si es así supongo que lo que le pida el podrá hacerlo posible.
Después de tanto pensar, con la mirada puesta en las luces de navidad que adornan los árboles que se ven desde mi ventana, me quedo dormida y tengo un sueño.
Jesús está sentado a mi lado, aunque no logro ver su rostro escucho que me dice: — Porque todo lo que pidas en mi nombre lo haré, para que mi padre sea glorificado en mí su hijo.