Después de hablar con Melina me hace reír esa situación en la que siempre nos ponemos como seres humanos, decimos que necesitamos hablar con alguien cuando sabemos realmente la respuesta, tan inseguros que queremos escuchar lo mismo de alguien más, sabía bien qué diría “Tienes que ir” abrí los ojos como platos al oírla decir
—Bueno ha sido un desgraciado por dejarte sola todo este tiempo ¿pero que le vamos a hacer? La familia es la familia.
En mi situación me pregunto si esa frase se aplica a mi vida y pienso que es cierto, la familia es la familia, mi tío Charles bien pudo quedarse con todo después que muriese papá, bueno en cierto modo lo hizo pero nunca dejo que me faltase nada, siempre depósito a mi cuenta una cantidad considerable para alimentarme y pagar mi propio departamento, también pago la universidad y todos mis estudios, cuando él podía no hacerlo, simplemente olvidar su promesa de cumplir la voluntad de mi padre, pero supongo que la familia es la familia.
Reflexionando en esto, decido al final que debo ir, se lo debo, si mi tío pudo cumplir la voluntad de mi padre, yo seguro podré cumplir la voluntad de mi tío, al llegar a casa reviso la correspondencia y en efecto ha llegado la carta de mi tío:
Querida Nieve.
Disculpa la apresurada invitación que te hago al país que te vio crecer, borgoña, el lugar donde desarrollaste ese increíble talento para catar vinos, aun recuerdo cuando tu padre te enseñaba, si viviese estuviera muy orgulloso de ti.
Necesito que tomes el vuelo de los pasajes que te he enviado, me urge tenerte aquí antes de noche buena, debemos hablar, aquí responderé a todas tus preguntas, seguro debes tener muchas cosas que quieres saber, en el aeropuerto estará esperándote mi chofer Rudolf tiene tu nombre en un cartel.
Feliz viaje. Tu tío Charles…
— ¿Qué? El viaje es para esta misma noche, saco mis maletas que por fortuna ya las tengo en orden, mis más preciados tesoros, la cadena con dije que me regaló mamá, mi oso de peluche champagne y mi libro de cumbres borrascosas.
Llamo al servicio de taxi del aeropuerto y apenas le escuchó estacionarse abajo, salgo de mi departamento y me doy vuelta — Un momento, nunca he salido de él, nunca le he dejado solo, pero seguro volveré, en Borgoña Avallon solo estaré de paso. Pronto volveré, seguro el tío Charles ha tenido un ataque de sinceridad o tal vez habló con el niño Dios como yo.
Dos horas de viaje en avión me separan de mi antigua casa y del viñedo de mi padre, cuatro horas en tranvía, como debe estar urgido mi tío que mando los boletos de avión ¿y si de verdad se siente muy mal? — ¿Qué haré si quiere de mí unas palabras de aliento y yo no sé las puedo dar? — Son muchos años sin verle, más de seis para ser exactos.