Querido Owen

128

Le pregunté a mamá si quería acompañarme el día de hoy, me dijo que tenía que hacer diligencias a casa de una amiga.

Le pregunté a papá, dijo que debía ir al trabajo para una reunión de suma importancia.

También le dije a los gemelos, ambos prefirieron ir a los bolos con unos amigos.

Mi mente tiene muchas ideas y una de ellas es: Todos pusieron excusas para evitarme hoy y con respecto a Wiliam ¿Qué creen? Ayer me llamó y me dijo que no quería ni siquiera mi amistad, que solo me llevó al centro comercial para darle celos a la chica que lo había atendido en la heladería cuando yo hablaba con Lucas ¿Qué tal, eh?

QUE INDIGNADA ME SIENTO.

Hoy no tenía ganas de nada. Sin embargo, en parte tuve que acomodar la casa para después dedicarme a ver películas de depresión (solo podía verlas cuando todos dormían o no estaban en casa ¿por qué? Porque mi familia se quejaba de mis gustos con respecto a películas. Maravillosas personas, enserio.)

Estaba llorando a moco suelto con Yo antes de ti, cuando en eso se escuchó el timbre y con un gruñido fui a abrir la puerta encontrándome con una desagradable sorpresa. Con una cara de fastidio y sin pronunciar ninguna palabra le iba a cerrar la puerta en la cara, pero Owen puso el pie.

- Dame una oportunidad, Mandy. Sé que estoy siendo bastante molesto, pero por favor, solo quiero que hablemos.

- Todo quedó bastante claro hace un tiempo.

- Por favor, solo escúchame.

- ¿Así que yo tengo que darte una oportunidad para que me expliques lo que en realidad sucedió, cuando tú no me la diste a mí? Eres un descarado, Lander.

- Quiero decirte lo que no te dije en ese entonces.

- Ya es muy tarde... Llegaste casi dos años tarde.

- Amanda - escuché a Alex llamarme con su voz ronca y sensual bastante parecida a la de su hermano. Aunque Owen habla más ronco que él.

- ¿Alex? - sonreí con felicidad, abriendo la puerta y pasando a un lado de Owen para ir hasta donde estaba el castaño. Me lancé sobre él y lo abracé con mucho cariño. - Te habías desaparecido, idiota. Tenías bastante tiempo sin llamarme - le golpeé el brazo con cariño. Él se rió.

Es grandioso el cambio de conducta entre Alex y yo. Cuando estábamos en la escuela nos odiábamos a muerte y ahora es extraño que dejemos de hablar por mucho tiempo.

A lo lejos se escuchó un carraspeo que hizo que me separara de Alex- ¿Podemos pasar? - Owen nos miraba con los brazos cruzados.

Miré a Alex buscando apoyo y él con un movimiento de cabeza me dijo que si - Bien - gruñí.

Al estar en la sala, Alex y yo comenzamos a contarnos lo que había pasado en estas semanas, cuando le mencioné a Wiliam, Owen se levantó de un salto pidiéndome ir al baño. Yo le dije que si.

- Mandy, sé que el torpe y lento de mi hermano te hizo mucho daño. Yo presencié todo lo que sucedió, te dije lo que ocurrió y te comprendo, lo juro, pero Owen tiene algo importante que contarte - empezó a decirme cuando Owen ya se había perdido de nuestro campo visual - Desde que terminaron, Owen te extraña demasiado.

- Ha pasado mucho tiempo, Alex, dos años ¿Te has preguntado que pasa en ese tiempo? Uno olvida, ni siquiera recuerdo a mi ex novio de hace un año ¿Qué pasa si ya no siento nada por tu hermano? Es lógico.

- Mírame - pidió. Yo lo miré - ¿En serio ya no sientes nada por él cuando lo ves?

En un susurro le contesté - Ya no siento lo mismo que cuando tenía diecisiete.

- Lo sigues queriendo - afirmó orgulloso. Arqueé la ceja.

- ¿Qué no entendiste de que ya no siento lo que sentía a los diecisiete?

- Cuando dices algo que en verdad sientes o no, es un arma que puede ir en tu contra, porque tus labios dicen una cosa y tus ojos gritan lo contrario.

En eso, Owen salió del baño.

- Sólo escúchale, Mandy - me susurró. Yo asentí con fastidio.

- Bien ¿Qué es lo que quieres decirme? - él me miró sorprendido.

- ¿Leíste la carta? - aparté la mirada con vergüenza.

- Si.

- ¿Por qué no me seguiste enviando las notas? - en cuanto dijo eso entró un frío en mi cuerpo, lo miré con los ojos bien abiertos, luego miré a Alex, que tenía una sonrisita apenada.

- ¿De qué hablas? - pregunté como si no entendiera nada.

- Siempre lo supe, así que por favor no finjas demencia, Amanda. Sé todo desde la primera carta que pusiste en mi casillero aquel día. - me quedé helada ¡No puede ser cierto!

- Y esperaste tanto tiempo para decírmelo - le grité. - ¿Tú lo sabías? - le pregunté a Alex con rabia, él dijo que si.

¡Oh por Dios! NO.

- Por favor, Mandy. Sólo escúchanos - me dijo Alex en tono suave y yo sin decirle nada me crucé de brazos.

- Todo comenzó muy extraño, lo admito, pero nada de lo que pasó entre nosotros fue coincidencia - aclaró Owen.

- ¿Qué quieres decir?

- Primero quiero contarte la verdad. Tú no fuiste sincera conmigo con respecto a las notas, en nuestra relación nunca me lo dijiste y yo no te dije la verdad tampoco.

- ¿La verdad de qué, Owen?

- Del comienzo de nuestra historia - me dió una sonrisa de boca cerrada.

DIABLOS.



#1701 en Otros
#454 en Humor
#4329 en Novela romántica

En el texto hay: humor, cartas, romance

Editado: 01.03.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.