Querida yo o a quien lo esté leyendo:
Toda mi vida soñé con algo mejor, con algo que haga a las mujeres más fuertes y capaces de ser alguien, pero nunca imaginé que lograrlo me llevaría años.
Desde que tengo memoria, supe lo que deseaba y jamás me detuve. La historia de las mujeres tenía que cambiar, no debíamos ser vistas como una cosa o simple porquería para saciar el deseo.
No era justo no tener los derechos de los hombres, no era justo no ser nadie ni poder expresar una opinión. Nosotras también éramos capaces de hablar y levantar la voz cuando haga falta.
Ser mujeres no nos convertía en muñecas de porcelana o todas con un mismo destino, claro que no. Queríamos ser capaces de escribir nuestra vida.
Desde que somos pequeñas, nos enseñan a ser madres, sirvientas y seres sin vida. Una persona cosas tontas que solo sirven para limpiar y cuidar, pero eso no es así. Nosotras también podíamos ser abogadas, médicas y lo que deseáramos.
Hoy después de veinte años, tomé el valor de escribir mi historia, mi vida para demostrar que podemos ser lo que quisiéramos.