QUERIDO SAO...
Auch, me caí. No. En realidad, no me caí. Té abalanzaste sobre mi sin dudarlo para volver a atacar, fuiste con todas las tropas, con plan del A al Z y caí. Pensé que había salido de este pozo oscuro, pero no cuando menos lo esperas llega el agua y te sacude, no sabes si es el volumen de esta o lo helada que se encuentra, pero sin duda esta te derriba. Y cuando menos te lo esperas encuentras la misma imagen de ti recostada en el helado suelo de tu habitación ella bola con las manos en tu rostro tratando de no hacer ruido al querer sacar todo el dolor que se encuentra en tu interior, con los ojos rojos hechos un rio que no ve fin solo una cascada de emociones que tienen que salir, cuesta respirar, cuesta seguir adelante, respira, solo tienes que respirar y olvidar.
Cerebro, no me dejes caer de nuevo, no dejes que la ansiedad me consuma no dejes que ni Ana ni mía vuelvan, no me siento con la fuerza de poder regresar después, no me siento con la fuerza de poder parar si alguna de ellas vuelve. Cerebro, por favor, no me atormentes con esto. “después de estar con una gorda, llega una buena”, perdón, perdón cuerpo, perdóname una vez más.
Respira, respira, respira, inhala, exhala, agarra aire con la boca y suéltalo con la nariz, dios, has que deje de temblar, estarás bien.
Por favor, por favor, no dejes que me torture.
C.V.
Editado: 25.10.2024