Querido Thomas:
Frente a mi se dispuso un ángel de dios, que hizo que mi corazón temblara.
No se si era esa aura de majestuosidad que desprendía o esa mirada fría que dirigia hacia mi o tal vez su voz ronca pero sensual lo que me hacia delirar de deseo.
Es imperdonable que una mujer joven fantasee con eso no se lo que me estaba pasando,pero aun así Thomas,aun teniendo un ángel en mi mira ,mi corazón seguía latiendo por ti.
¿Me creerías? Puesto que mi corazón es sincero.
-Me temo mi lady que usted se esta confundiendo puesto que le aseguro que mi madre nunca expuso el deseo de nombrarme asi -se dispuso a decir aquel hombre con porte majestuosa.
-Bueno ¿ no sería mejor que los presentase antes? Ahora que lo pienso solo se tu título pero no tu nombre condesa-se dirigió hacia mí aquel marqués cuyo nombre aseguró ser Brandon.
-Entonces ¿estaria bien que me volviese a presentar?-pregunto cautelosa cuando las miradas de ambos se posaron sobre mi.
Ambos asintieron con la cabeza lo que me dio a entender que era una afirmación de parte de ambos.
-Yo soy Giorgina Condesa de Lovelace-me presento elegantemente ante la atenta mirada de ambos añadiendo una inclinación mostrando señal de respeto.
-Como ya dije yo soy Brandon Marqués de Leopoldo-se presentó con una sonrisa.
-¿Y usted mi lord?-pregunté a aquel misterioso caballero que se apollaba en la repisa de la puerta.
-Yo soy Giovanni Duque de Wüizérbag-se presenta algo serio y ahi es cuando me doy cuenta ¡de lo gosera que he sido al hablar asi a un duque!
-Eh..su alteza-rapidamente digo junto a una torpe reverencia.
Brandon sulta una risa que intenta disimular mientras que Giovanni tuvo un leve levantamiento de labios señal de una pequeña pero muy pequeña sonrisa que desaparecio enseguida.
-Giorgina se dirige a Italia ya que tu vas al mismo lugar ¿por qué no van juntos?-dice Brandon dirigiendose a Giovanni.
-No es necesario, no quiero ser una molestia-digo apresurada.
-¿No le agrada mi precencia lady Georgina?-dijo suavemente su alteza Giovanni remarcando mi nombre haciendo que todo mi cuerpo sufriera de un escalofrio.
-¡Jesús! ¿como podría sentir desagrado en compartir mi viaje con usted su alteza? -me apresure a decir alterada sacando de mi boca solo lamentables e incoherentes balbuceos.
Dios mio solo tu sabes de la verguenza que me hize pasar ante una figura tan majestuosa.
-Entonces esta decidido irán juntos- finalizó lord Brandon con una sonrisa.
Tenía claro que este viaje me haría caer en mi perdición.
Thomas.... tu ¿me rescatarías de ella?