Querido Wellesley - El Duque y Yo

Capítulo 7: La guerra y el amor

— es cierto, la economía últimamente está dando mucho de qué hablar en los últimos meses, hemos tenido que cerrar muchas empresas y micro empresas que no han podido pagar el subsidio completo —los barones de Kent, Gloucester y Edimburgo, ocho en total hablaban sobre las desventajas y la situación actual de muchos en el pueblo, eran los más cercanos al pueblo técnicamente y eran ellos quienes sabían cómo se llevaba todo a la vista.

— hemos tenido contratiempos para mantener la línea del balance salarial, pero siguen habiendo tantos problemas atravesando que nos resulta difícil —

Tomaban y hablaban entre sí, en un grupo cercano al mío, era la conversación de ellos más importante que la que ahora llevo con mi grupo. Porque los barones podían llegar a ser muy injustos en ocasiones con el pueblo y había que tenerlos vigilados constantemente.

— ¿No es así? Su excelencia —pero nuevamente me llamaba la atención dentro del círculo y tuve que volver mi mirada al duque de Wellington, quién hacía poco había vuelto de una gira de trabajo social por Escocia y regresaba a la capital con nosotros.

— discúlpeme, duque de Wellington, me he perdido en mis pensamientos —

Rio ante mi comentario, pero abiertamente volvió a repetir lo que me dijo— la familia Edwards, hace veinte años nos dejaron y justamente dentro de tres días se conmemora el homenaje a su partida, decía que usted seguramente tendrá el homenaje listo para la familia Edwards y sería un placer poder tenerla en nuestra reunión en Wellington —

La familia Edwards…

Eran barones de Wellington hacía veinte años, nunca los conocí por desgracia, pero las palabras que decían de ellos eran como eco en cada estación del año, todos y cada uno de nosotros hablaban de ellos por lo mismo, decían que eran una familia de buen corazón, feliz y colaborativa con el pueblo.

— Sería un honor, duque, homenajear a la familia Edwards —

Sonrió de inmediato— muchas gracias, duquesa, es por la familia Edwards que cada día procuro que Wellington sea un lugar más cálido para todo el pueblo, ellos más que nadie se preocupaban por el pueblo, lady Taylor ¿Conoce usted a la familia Edwards? Aunque no lo creo, usted se ve muy joven —

De pronto Emily era el centro de atención en la reunión para el duque Wellington, Emily a mi lado se armó de valor hacía mucho para hablar lo mejor que podía con las personas— lo siento, duque, desconozco de la familia Edwards —le había asegurado que a mi lado no tendría que temer por las circunstancias con los demás.

El duque asintió— seguramente, usted debe tener dieciocho apenas —

Emily río— me halaga mi señor, pero tengo veinte años —

— la juventud realmente le sienta de maravilla, señorita —admitió el duque con gran admiración lo que hizo sonrojar a la señorita Taylor con gran facilidad.

El barón Johnson hablaba en un círculo más alejado de nosotros, parecía fastidiado ciertamente, pero se lo tenía merecido, no lo soportaba antes y ahora lo soportaba menos, su manera de tratar a la señorita Taylor me hacía hervir la sangre con tal insolencia.

Pero más cerca estaba el duque Barnes, hablando con el duque de York, el señor Knight quién recientemente había llegado y con el marqués de Winchester, el señor Wellesley, los tres parecían tener una conversación tranquila y amistosa, aunque de vez en cuando el duque Barnes me miraba y sonreía, me desarmaba en su mirada, me hacía ruborizar con frecuencia, casi como si su mirada se abrigará en esta noche.

— Hacía mucho no teníamos una fiesta así, donde todos podían estar —admitió el duque de Wellington— he pensado hacer fiestas pequeñas para el pueblo, quisiera hablar con su padre sobre ello, pero se lo comentó a usted en primera instancia, su excelencia —volvía a referirse a mí y el tema del pueblo volvió a salir.

— ¿Una fiesta para el pueblo? —y como mala hierba en momentos inoportunos, el tío Barnabás, duque de Sussex finalmente apareció cerca de mí, con esa presencia tan altanera que siempre tenía y esta vez acompañado de Lord Bennett a quién recientemente había conocido y que al cuál tampoco soportaba— dígame, duque, ¿cuántos millones gastará en fiestas así para el pueblo? ¿Y cuánto se le retribuirá a la corona? —

— duque de Sussex —el duque Wellington realizó su reverencia frente a él y pronto el Lord realizó la reverencia a todos.

— duquesa —el tío Barnabás me sonrió cínicamente— luce espectacular esta noche, Lord Bennett dice que luce exquisita —

— puedo hablar por mi persona, duque de Sussex, además la duquesa no tiene dudas de su belleza —ambos parecían serpientes de nidos.

Hice mi espacio, para mantenerlos lejos de mí y evite salirme del tema— creo que los bailes para el pueblo son una idea maravillosa, duque de Wellington —

El tío Barnabás rió— sobrina, piensas con la cabeza de un niño, es normal, apenas estás subiendo de rango, pero esto no se trata de ser dadivosos con el pueblo, en toda fiesta debe haber retribución hacia la corona —me trataba como una niña en asuntos de hombres, sabía que todo debía retribuir a la corona, no era una ignorante en ello.

— el pueblo merece celebrar —repliqué.

— lo hacen en navidad y año nuevo, en sus cumpleaños y celebraciones del Reino ¿no es suficiente con eso? —



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En el texto hay: invierno, baile, amor

Editado: 14.10.2023

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