Alguien acecha mi hogar, pero honestamente creí que sería alguna persona con intensiones de terminar con mi vida, no me asusto.
Comenzaron a lanzar piedrecillas a mi ventana, y se escuchaba como alguien recargaba parte de su cuerpo en la ventana de mi sala, yo estaba sumido en una laguna mental, y sonriendo al mismo tiempo, mi mirada se perdió en la nada, hasta que una carcajada se hizo presente y un escalofrío junto a ella... Y entonces, comenzaron los ruidos, llamaron a la puerta, golpearon las ventanas y luego de tanto, decidí levantarme, comenzé a ver a mi alrededor, pero no había nada. "Estás demente, déjalo pasar, además tienes motivos para morir, ¿Quién será?", entonces, sin temor, abrí la puerta principal y cada ventana "Si vienes a derramar mi sangre, hazlo, no te temo", se supone que la gente que no tiene nada que perder es la más peligrosa, pero yo jamás me considere peligroso, porque lo único que anteriormente anhelaba y cuidaba ya no estaba, cada esperanza en este plano se marchó, se desvaneció tal cual cenizas de viejas cartas.
Tan de pronto, oculte mi rostro con mis brazos y comenzé a llorar tanta desventura, luego de ver qué nadie había ingresado a mi hogar, cerré todo, pero recibí un susurro proveniente del aire diciéndome "Recuerda", con un frío que golpeó mi cara, que simplemente caí... Al paso de las horas, escuchaba pasos en la recámara de Sofía, sus pasos eran tan ligeros y suaves, una alegría me recorrió el cuerpo, que fui corriendo a la recámara gritando: ¡Amor mío, estás con vida!, Al abrir la recámara, no había nada ni nadie. Pero sentí el calor de mi amada, que tomaba mi mano hacia un compartimiento pequeño, ahí, había una carta, y comencé a leerla:
"Cariño mío, siempre pensé que yo me iría luego que tú, pero me sentía realmente cansada, y tu voz parecía decirme que era lo mejor, no tengo miedo de morir en este plano, porque se que te encontraré de nuevo... Se que no tienes preguntas, pero justo ahora estoy abrazándote, pero no es necesario que te lo diga, porque lo sientes ahora, lamento esto, pero descuida, nos veremos de nuevo”.
Simplemente, volví a llorar, pensando en el futuro que nos pudo haber esperado, de aquel futuro del que hablábamos durante los atardeceres más hermosos, "Quiero un pollo, criemos un pollo juntos”, me decía, y era divertido ver la ilusión en sus ojos al contarme sobre lo que quería, pero lo más maravilloso, es que podía tener un pollo cuando ella quisiera, sin embargo, quería tener un pollo conmigo y cada cosa que deseaba, la deseaba conmigo, veía sus ojos llenos de felicidad y una sonrisa tan sincera, una voz que no dudaba al hablar del futuro juntos. Me acomode en la cama y comencé a hablar conmigo mismo,
- ¿Que hago aquí? Yo no temo a morir.
- ¿Esperas que responda eso?, Soy tu.
- Cierto, extraño a Sofía, jamás solucionó mi vida, pero me hizo feliz.
- ¿Ya sabes quién acecha tu hogar?
- Sí.
- ¿Y quién es?
- Un ser repugnante, que no tiene motivos para vivir, un ser que ya está sumido en la locura, así que dime... ¿Ya te quieres ir?
- Que sencillo, jamás quisiste hablar conmigo, me odias, pero sí, es momento de irnos, no tienes nada que hacer aquí.
Así que me recosté, mientras Sofía me abrazaba, y pese a que mis ojos estaban cerrados, eran los de un gran soñador, que se perdió mirando hacia la nada.
Alguien acecha mi hogar, y soy yo mismo y mi locura, pero ahora tengo miedo de nuevo, ya no soy un peligro, porque ahora tengo miedo de perderla de nuevo, y es lo único que temo a perder otra vez...