Capitulo 7. No todos somos iguales

    —¿Qué hacéis por aquí? ¿No se suponía que estabais en el pueblo de Mana?

    —Volvimos hace un par de días, ¿sabéis que han reforzado las calles para dar con esas personas que se llaman Eyepow? —Dijo Jessica, quien tenía ojos azules.

    —¿Cómo que han reforzado las calles? ¿Por qué?

    —Dicen que son gente muy peligrosa, pero también hay rumores de que solo sean personas haciéndose las graciosas y gastando bromas. Eso explicaría por qué ha habido robos como si fueran efectos especiales de películas de ciencia ficción.

    —Así que puede que se trate de gente que solo quiere llamar la atención.

    —Seguramente, es decir, los poderes no existen ¿no?

    —Pero… ¿y si de verdad existen? —Preguntó Maia mirando la mesa.

    —Entonces tendremos que averiguar como lo hacen y pararlos.

    —¿Pararlos por qué?

    —Maia, asustan a la gente—dijo Kelly.

    —No han hecho nada malo. Excepto los robos…

    —A ver, lo que podrían hacer es servir a la sociedad si es que tienen poderes, ya que los tienen podrían proteger el mundo ¿no?

    —¿Como en los comics? —Preguntó Anna.

    —Si, por ejemplo.

    —¿Por qué dais por hecho que tienen que hacerlo? Nosotros, digo, ellos no tienen porque hacer eso, cada uno es libre de hacer lo que quiera.

    —Pero bajo las reglas de la sociedad Maia.

    —¿Que reglas? si solo han utilizado los poderes para sus beneficios.

    —Ese es el problema, han matado a más de veinte personas en estas últimas diez horas.

    —¿Cómo?

    —Se suponía que la información era privada, pero si así puedo haceros entender de lo que son capaces, lo diré.

    —Pero ¿cómo es posible? ¿Ha sido después del anuncio? —Preguntó Iris.

    —Sí. Después del anuncio de ese eyepow, llegaron las malas noticias—dijo Kelly.

    —Yo no metería a todos en un mismo saco—dijo Maia cruzando sus brazos.

    —Yo sí. Todos son unos asesinos.

    —Te mueve la rabia—pensó. —Kelly, te voy a preguntar una cosa. ¿Tú te consideras una asesina?

    —¿A qué viene esa pregunta? Por supuesto que no, yo no he matado a nadie y nunca lo haré.

    —¿Entonces no eres humana? Pones a todos los eyepow en el mismo bando sabiendo que hay multitudes de ellos que pueden no estar dentro, dime, sabes que hay humanos sin poderes que matan a las personas ¿verdad? Y seguramente hay quien lo disfruta, ¿cómo te sentirías si te dijeran que como eres igual que ellos, tu también tienes que serlo?

    —Mal. Pero… ¿por qué los defiendes?

    —¿Eh? yo... bueno, intento comprender los dos puntos de vista, te dije que fueras comprensiva.

    —Últimamente estas muy rara—Dijo Iris.

    —¿Qué? ¿Por qué crees eso?

    —No lo sé, esa es mi sensación.

    —Bueno, es mejor que me vaya a dormir, mañana vuelvo al trabajo así que me tengo que despertar temprano, adiós y buenas noches—Dijo tras cerrar la puerta.

    —¿Alguien más le parece que está más rara de lo normal?

    —Oculta algo, estoy segura.

    —Kelly ¿ese es tu móvil? —Preguntó Jessica señalado-lo, estaba sonando.

    —Sí, perdonad, es del trabajo.

    —Claro, no podemos hacer esperar a los investigadores profesionales—Dijo Iris.

    —Muy graciosa—Cerró la puerta de su habitación. —Dime Carlo.

    —Kelly, el jefe quiere que te reúnas mañana a primera hora, tenemos un asunto del que hablarte.

    —Claro, estaré ahí sin falta.

  En la habitación de Maia, estaba tumbada con el cojín entre los brazos. —No todos somos iguales Kelly, una cosa que no entiendo es cómo han avanzado tan rápido en la investigación si apenas tenían datos, creo que podrían tener algún…prisionero.

  Miércoles 26 de abril, eran las 7:21 de la mañana, Kelly llegó al edificio donde trabajaba como miembro del grupo de investigación, en el caso Eyepow.

    —Buenos días, ya estoy aquí—Dijo entrando en la sala, Carlo y el señor Ramises ya estaban sentados.

    —Buenos días Kelly, siéntate por favor—Kelly se sentó—Espero que no les hayas contado nada a ninguna persona.

    —Por supuesto que no, la información es confidencial.

    —Muy bien, queríamos pedirte una cosa, como sabes hemos capturado a uno de ellos y no es nada fácil tenerlo bajo control, Carlo me ha dicho que tus amigas pueden sernos de gran utilidad.

    —¿Mis amigas?

    —Lo que queremos decir es que tu amiga Maia parece muy interesada en este caso, podría saber algo que nosotros no sabemos—Siguió Carlo.

    —Bueno, la verdad es que tuvimos una conversación no muy amigable sobre este tema.

    —Lo que proponemos es poner cámaras ocultas en tu casa para averiguar que sabe.

    —¿Sospecháis de Maia?

    —No es sospecha exactamente señorita Kelly, es simplemente que creemos que oculta algo relacionado con todo esto.

    —Señor, el informe del caso ha desaparecido—entró una secretaria.

    —¿Cómo? No puede ser, ¿lo has buscado bien?

    —Señor he mirado por todas partes, el maletín no se ha abierto hasta ahora y no está.

    —La última vez que lo abrí fue en…en su casa señorita Kelly.

    —Debe de ser un error.

    —¿Sabe dónde está ahora su amiga Maia?

    —En el trabajo, trabaja en la guardería del pueblo.

    —Muy bien, señor, deje que me encargue yo por favor—Carlo se levantó de la silla.