¿quién eres, Layla?

3

Layla

No puedo olvidar ese bendito beso, quiero sacármelo de la cabeza.

Necesito sacarlo de mi sistema hasta que deje de importarme tal incidente.

Solo llevamos menos de tres semanas conociéndonos y no nos toleramos, con Noah nunca sentí algo así ¿Por qué con Jared si? ¿Y con tan solo días después de haber profesado que es un completo bruto? No es justo que por su culpa yo esté torturándome.

Después del beso le di una cachetada, cosa de la que me arrepiento porque él no me forzó a nada, al final yo le seguí ¿no? Pero mis nervios volvieron cuando por un segundo me imaginé que era alguien más, mi peor pesadilla.

Así que lo alejé.

Es un idiota y arrogante que creyó que yo caería a sus pies con esa engreída sonrisa de esos labios carnosos y esos ojos tan verdes y profundos y... su nariz ¡Por Dios! Tener una nariz así de perfecta tendría que ser un delito.

Sal de mi cabeza, Jared... Fuera, shu, shu.

Salí lo más rápido posible de su casa para no topármelo en la mañana, pero eso da igual debido a que trabajamos juntos.

Tarde o temprano tendremos que vernos las caras ¿No?

Esto se convertirá en un caos y no puedo permitirlo.

Se suponía que esta nueva vida no iba a tener complicaciones y llegó ese... Ese... Ese.... Agh, ni siquiera puedo pensar bien las cosas. Jared me saca de mis casillas sin siquiera estar presente.

- ¿Qué se supone que le pasa a nuestra Layla para que esté todo el día con el entrecejo como el de un ancianito gruñón? - escucho la voz de Nick a mi lado.

- Cierto, por lo general, nuestra Layla siempre tiene una sonrisita en su precioso rostro - esta vez habla Nina con su característica voz chillona. Los observo a los dos a cada lado de mí y no puedo evitar soltar una risita al notar que ambos tienen un puchero en los labios.

- ¡Oh por Dios! Mira Nina, ella está riéndose de verdad.

- Y nosotros provocamos ese sonido.

- Ya dejen de hablar como si yo no estuviera - pongo los ojos en blanco, aunque la sonrisa no se me borra. - Son unos infantiles.

No sé cómo, pero al decirlo Nick y Nina se ponen teatralmente una mano en el pecho al mismo tiempo, mirándose ofendidos. Me río más fuerte. - Eres cruel - reprocha Nina.

- Tenemos sentimientos ¿Sabes?

- Creí que ninguno tenía corazón - replico.

Los dos se miran de reojo con una sonrisita cómplice y luego me miran a mí maliciosamente - Ni se les ocurra, estamos en hora de trabajo y tengo que entregar este café - me excusé, agarrando la taza que estaba en el mostrador, pero inmediatamente Nick me la arrebata derramando solo un poco en el suelo...

¿Han escuchado alguna vez que cuando cae café en el suelo, trae mala suerte? Pues mamá siempre decía eso, no puedo evitar soltar un gritito y Nick entre risas se marcha a toda prisa con el café, se lo entrega a la señora de cachetes apapachables que se encuentra sentada en la mesa al final de la cafetería y el malvado chico regresa hasta mí con claras intenciones de hacerme sufrir.

- Prepárate.

Y así, los dos tontos me hacen cosquillas en horario de trabajo. Las personas dirán que estamos locos, pero ahora estoy muy agradecida con Nick y Nina que con sus tonterías evitaron que cayera en la locura por el idiota de Jared.

Aunque las cosas no siempre son color de rosa, porque el que está torturando mi cerebro llega a nosotros con un sonoro: ¿Qué carajos se supone que hacen?

Si, el responsable de mi inestabilidad mental está frente a nosotros con su característica cara de... Bueno, da igual.

- Se supone que deberían estar trabajando.

Y como los tres ahora estamos sincronizados, bufamos al mismo tiempo. Nick es el primero en hablar - Mira cómo está la cafetería, Jared - se cruza de brazos - Parece un desierto.

- Eso no quita que estén en hora de trabajo.

- No tenemos clientes, primito, así que deja de ser un pesado. - comenzó a pincharle la mejilla con los dedos - Te saldrán arrugas antes de tiempo.

- Además, tú estabas muy ocupado coqueteando en el trabajo - digo lo último con enfasis y señalo a la pelinegra que está al otro lado del ventanal, mirándonos fijamente a través del vidrio - Que por cierto, no deja de mirar hacia acá como una dueña buscando a su perrito - enarca ambas cejas sorprendido y cuando veo que va a replicar, me apresuro a hablar - Así que déjanos en paz y haz tu trabajo.- Nina choca sus palmas con las mías.

- Ustedes... ¡Demonios, Anabelle! - pega un brinco en cuanto la pelinegra de hace un momento rodea los brazos en torno a su cintura. De inmediato Jared me mira con sus ojos extremadamente verdes - No es lo que parece - enarco una ceja con burla y al mirar hacia la entrada, una gran satisfacción se apodera de mi cuerpo.

- Hola jefa - saludo con una gran sonrisa. Escucho a Jared maldecir y con delicadeza atrapa las manos de la tal Anabelle.

- Hola chicos - y da un vistazo a su lado - Jared y... - se acerca un poco a la pareja - Anabelle- dijo en modo de advertencia. - Al parecer no aceptaste un "No" cariño. Creí que Jared había terminado contigo a mediados de Enero.

- Y así fue - dijo él por lo bajo, alejándose de la chica.

- Jadiee - Anabelle le hace un puchero.

Jared palidece y yo me burlo. Nina se muerde los labios con fuerza y Nick finge una tos para no reírse mientras mira un lugar que no sea donde se encuentra la pareja.

- Su nombre es Jared - le dice Criss con autoridad, para mirar una vez al mencionado - Te quiero en mi oficina ¡Ahora! - dicho eso, se retira.

- Nos vemos luego - le dice la chica con la voz aún más chillona, le da un beso en la mejilla y se va.

Los cuatro la miramos irse y luego no puedo contenerme más - Es hora de que vayas a la oficina de Criss, Jadieee - parpadeo varias veces y escucho las risas de mis amigos.

Antes de que hable, me apresuro a ir a la caja, ya que alguien se dispuso a venir al fin.

Por el rabillo del ojo puedo notar como Jared me mira, pero lo ignoro.




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