¿quién eres, Layla?

5

Jared

Quiero dejar de pensar en ella.

Necesito dejar de pensar en esa chica odiosa y tacaña que se adueñó de mi hogar y poco a poco se quiere ir adueñando de mi lugar de trabajo.

Trata a Criss como si fuera una modelo a seguir, como si fuese su ídolo.

Nick y Nina la adoran.

Las ancianitas que entran al local se la pasan diciendo que ella es una chica espléndida de aire inocente y sonrisa angelical.

Layla no es eso, ella es un pequeño demonio que me hará explotar, me tiene harto. Siempre trata de encajar y no permite que nadie, excepto yo vea ese lado despectivo que tiene. Me mira con odio y cada vez que le hablo me ignora.

Está loca.

Lo único que quise fue ayudarla porque yo mismo la vi fumando... Eso. Entiendo lo de la nicotina, puedo comprenderlo, pero ¿Qué es lo que la atormenta tanto para ella quiera olvidar?

Hay personas en el mundo que no pueden dejar atrás el sufrimiento y siempre están los momento malos grabados en la memoria a fuego lento.

Es una niña mimada, claro está, no acepta un no por respuesta, no da explicaciones de nada, todo tiene que ser como ella dice.

¿Acaso todas las mujeres se comportan así?

Recuerdo que cuando salía con Lola no me pasaba esto de no entender a las mujeres.

Solo con pensar en mi ex novia me da un escalofrío y llevo mis pensamientos nuevamente a la chica que está acabando con mi paciencia.

Hay algo en ella que no me inspira confianza y debo averiguar que es.

Ya llevo dos cosas de la lista:

1. Es fumadora compulsiva.

2. Tiene marihuana en su mochila.

3. Está remotamente loca.

Solo me falta seguir averiguando y demostrarle a Criss que la chica de la que tanto habla que hay que ayudar y darle comprensión ha estado engañando a mi tía por dos semanas.

A Layla Meyer hay que desenmascararla y yo lograré hacerlo.

Voy a acabar con su apariencia de chica buena.

- Jared - resoplo al escuchar el llamado de mi tía - ¿En dónde tienes la cabeza, muchacho? Layla ha tenido que atender porque estás perdiendo el tiempo - es ahí cuando reacciono y veo a mi alrededor notando que hay muchas personas observándome fijamente, entre ellas la chica que martiriza mi existencia, Holden, uno de los chicos nuevos que comenzó a trabajar hace poco y Nick que me mira con una sonrisa de oreja a oreja.

Se está burlando de mí.

- Lo lamento, Criss. - digo por lo bajo, pasando de largo a Layla que está de cajera y chocando mi hombro con el de Nick como si fuese un niño malcriado y estúpido, pues si, lo soy.

Al entrar a la oficina de Criss me siento enfrente de su escritorio y pongo los pies encima de la mesa que con una mirada de advertencia de mi jefa bajo enseguida - Quiero saber que es lo que te pasa. Actúas raro todos los días, estás muy mandón y gruñón con todos. Creí que ya todo estaba bien, Jared, pero cada vez pareces estar más cerrado ¿Qué sucede?

Esta vez no me habla como mi jefa, me pide que le explique lo que sucede como mi tía, como mi familia, como la única que tengo, aparte de Nina después de ese día. Quisiera decirle que volvieron las pesadillas, que tengo mucha atracción por mi nueva inquilina y que no paro de pensar en ella, que tengo tanto miedo de volver a sufrir, pero no puedo. Mi tía sabe por lo que pasé, sufrió lo que yo sufrí, pero ella nunca me culpó.

- Cada día te veo más apagado, cariño. Sé que debería regañarte porque pareces completamente ido, pero no puedo cuando sé que algo te está incomodando. Tienes ojeras horribles que a simple vista se notan, tus ojos no tienen el mismo brillo que antes y tu cabello está muy largo, aunque se te ve bonito, no me quejo y te creció un poco la barba, tampoco me quejo, pero a ti nunca te gustó tenerla ¿Que pasó con mi Jared el fanático de la limpieza y lo pulcro?

Me río, porque estoy seguro que Layla le comentó como estaba mi departamento el día en que llegó. En mi defensa, el día anterior había una fiesta, aunque la pizza podrida no sé de dónde llegó. Aunque no puedo negar que algunas veces me siento deprimido y no quiero pararme de la cama, pero tengo que trabajar. Entre la cafetería y el bar las cosas siempre son complicadas, más con lo que he estado haciendo estas últimas semanas.

- No ocurre nada, solo he querido hacer cambios, Criss. Te prometo que todo está bien - y juro que trato de creérmelo, pero no. Es complicado.

- Jared, sabes que te amo como a un hijo y sé que Rubén te amaba, mi hermano daba la vida por ti - siento un pequeño dolor en el pecho.

- Papá hizo cosas que ya no importan ahora, tía. Él mismo se llevó a la muerte en el mismo momento que se casó con... - se me atragantaron las palabras - ... Ella.

- Jared...

- Ya no están - murmuro por lo bajo - Ya no están - bajo la mirada hacia el piso de madera y me quedo un buen rato cabizbajo mientras trato de tranquilizar mi respiración.

Algo que Criss no sabe es que cada vez que recuerdo esos días, el dolor sigue ahí y se instala con más fuerza en mi pecho. A veces quiero y necesito olvidar, pero luego siento que si lo hago también olvidaré sus rostros y eso no puedo permitirlo.

- Habla conmigo - me pide, seco unas lágrimas que se escaparon. No quiero seguir con esto, me levanto de un salto.

- Me mantendré despierto, jefa y trataré de no incomodar a mis compañeros, lo prometo. - dicho eso, camino rápido hacia la puerta y cuando ya estoy girando la perilla, la escucho de nuevo.

- No fue tu culpa, Jared. - pero no puedo decir nada. Salgo de inmediato.

Solo quisiera que todo fuese más llevadero y menos doloroso.

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Volver tarde del bar me estresa. Criss y Nina aún no saben a qué me dedico allí y en realidad, no sé si me gustaría que lo supieran, podrían sentarle muy mal después de todo lo que pasó hace mucho tiempo.

- Buenas noches, Layla - digo al abrir la puerta y encontrarme con ella en el sofá viendo una película. Sabía que no me respondería, así que solo cerré la puerta, dejo el abrigo en el perchero y un maletín que prácticamente se ha vuelto mi compañía estas últimas semanas en el suelo. Cuando volteo, ella me está mirando con sus oscuros, grandes y profundos ojos marrones, ha detenido el curso de la película y juega con sus dedos, enarco una ceja porque ella me mira sin apartar la mirada.




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