Capítulo 7.

Horas más tarde, Santiago pasó por el departamento de Facho para conversar sobre su visita a terreno junto a Pitu.

―Te puedo decir que es una chica simpática, agradable e inteligente.

― ¿Simpática?, ¿estamos hablando de la misma chica que ha sido desagradable conmigo?

―Lo es, sólo que tú te comportaste como idiota con ella, ¿qué esperabas?

―Sólo le dije que...

―Seguramente de mala forma.

― ¿Me acusó contigo?

―Ah, es cierto ―lo miró de forma inquisitiva―, pero no habló nada sobre ti.

― ¿Nada?

Le mintió sólo para saber la reacción de Santiago que lo hizo asombrarse.

―No sé qué esperabas realmente con tu conducta hacía ella, porque no tiene la mejor de las opiniones sobre ti. Aunque no ahondó en el tema, sólo se limitó a preguntar por el asunto de ver los planos, pensó que habías enviado estrictas instrucciones y sería todo.

― ¡No!, ¡es imposible!, ¡es como si me conociera! ―se sintió alarmado de sólo considerarlo posible.

―O piensa como tú.

―No creo.

―Bueno, la cosa es esa, ya te averigüé cosas sobre ella.

―No me dijiste nada nuevo, además no es algo que no me hubiera dado cuenta.

―No sé qué más decirte, pregunta tú y yo te respondo.

Santiago quería saber muchas cosas, como por ejemplo ¿cómo era que una chica de ojos dulces podía tener ese tipo de carácter?, pero se limitó.

― ¿Quién es ella?

―Una chica simpática, agradable e inteligente.

― ¡No! ―exclamó ofuscado.

― ¿Qué quieres saber exactamente sobre ella?, porque creo que es otra cosa y me serviría bastante saberlo para poder averiguarlo.

― ¿Quién es ella?

―Es demasiado amplia esa pregunta, arma una estrategia, ¿no eres bueno para esas cosas, tú?

― ¿La sedujiste?

―No.

― ¿En serio?

―Sí.

― ¿Te coqueteó?

― No. Es idea mía o tú quieres saber otra cosa sobre ella, porque si es lo que estoy pensando, cometiste casi un suicidio al pedirme que me haga amigo de ella y poco más que la seduzca para obtener información.

― No sé de qué hablas, Facho.

―Supongamos que te creo que no sabes de qué hablo ―consideró ponerlo a prueba―, ¿te molesta si la invito a salir?

―No.

― ¿Aunque no te diga todo lo que pase en esa salida?

―Sólo averigua quién es ella, sólo eso ―dijo Santiago casi ahogado―. ¿La invitarás a salir como parte del plan o porque estas interesado en ella?, porque si es parte del plan, hay que agregarlo al código de amistad.

―Ese código de amistad va casi en volúmenes ―lo miró casi como un caso perdido por lo terco que estaba siendo.

Hasta lo que se sabía con respecto a la mala broma hacia Pitu era que Santiago había reclamado en la escuela secundaria donde se realizaba el voluntariado, allí tomaron medidas disciplinarias y se decidió que el grupo de niñas no asistiera hasta nuevo aviso, en tanto, a Pitu le esperaba una disculpa de parte de ellas.

Lo del chico de la sonrisa tierna de UESTA para Pitu cada vez se diluía más porque si bien ahora lo había visto de lejos, solo había sido eso, en cambio, Romi pensaba que todo era producto del karma porque no le había preguntado el nombre al chico.

Algo desanimada llegó al voluntariado, y al ingresar Pitu se encontró al hermano menor de Facho.

―Supe que te desmayaste, ¿estás mejor? ―preguntó mostrándose realmente preocupado.

―Sí, gracias por preguntar.

―Mi hermano me contó que había hablado contigo ―él sonrió como si le pareciera divertido―, y a mí no me molesta tu apodo.