Las noches frías no me dejan en paz,
me persiguen y no me dejan dormir, aun así ellas te traen hasta mí.
Las noches frías no me permiten ver tu rostro, pero si sentir la calidez que emana tu cuerpo.
Solo me dejan apoyarme en tu hombro, mas no tocar tus manos.
Al sentir tu calor, mi corazón late de una manera diferente, un sentimiento crece dentro de mí,
un sentimiento que creí haber perdido.
No sé quién eres, ni de dónde vienes, solo sé que tú eres la luz en estás noches frías.
Pero al abrir los ojos, me encuentro sola, en esta fría cama, con tu recuerdo en mi mente.
No sé, si existes en este mundo, pero de algo estoy segura, te encontraré.