¿quién es él Culpable?

Capitulo 23

Capítulo 23





 

¡Es un imbécil! De que me estoy quejando, no puedo hacerlo simplemente  por el  hecho que  desde que lo conocí siempre supe que era un imbécil, un idiota, un auténtico bobo; pero un mentiroso no, aunque técnicamente  no me ha mentido, pero  me siento burlada y engañada. 

Nunca antes en mi vida me había invadido este sentimiento de  ser  traicionada, sé que es una tontería, él no me ha mentido y tampoco tenemos una  bendita relación, pero aquí estoy yo sintiéndome como la mierda.

¿Casarse? ¿Se iba a casar? ¿Derek pidiéndole  matrimonio a alguien? Maldita sea otra vez  me faltaba el puto aire, en mi mente comienzo a contar para tranquilizarme, no quito la vista de la carretera, no quería verlo y con solo un movimiento me toparía con su perfil.

La tal señorita Smith dijo que él no la llamaba hace cinco meses, al menos es un hecho que actualmente no tienen relación, y sinceramente me aferro a esa idea; sin embargo, hay algo más que me está torturando, yo tengo cinco meses de embarazo exactamente estoy en la  semana veintitrés, eso son más de cinco meses ¿Nos acostamos estando él con pareja? ¡No puede ser! Y mi pobre mente ya estaba catalogando la noche que estuvimos juntos como especial, soy más idiota que él. Un acto más inapropiado a toda la lista que llevo de la mano con Derek. 

—¡Detente! — le grito.

Él detiene  el auto e inmediatamente salgo, tengo ganas de vomitar, alzo la mirada al cielo, ojalá hubiese encontrado el sol resplandeciente, pero solo tenía nubes oscuras. Por lo contrario, me deprimen, y mágicamente las  ganas de vomitar se convierten en espesas lágrimas derramadas en mi cara.   

—Nena… — por qué me habla no quiero que lo haga, su brazo arropa mis hombros y con suave movimiento apoya  mi espalda con su pecho — Tranquila — no quiero su consuelo, ¿cómo el consuelo  dado por el provocador del dolor puede llegar a  calmarme? Me rindo por un  par de minutos y apoyo mi cabeza en su pecho  y me agarro con mis dos  manos de su brazo — ¿Mejor? 

En realidad no estaba mejor — Si — fue lo que salió de mi boca — ¿Me puedes llevar a casa? A casa de mi madre.

Sentí la necesidad de aclarar a qué casa quiero ir, él no dice nada más, sonriendo lo mejor que puedo me alejo de él y entró al auto, él demora un minuto en entrar y poner el auto en marcha. 


 

Desciendo del auto dedicándole un flojo adiós, entró en  casa de mi madre y al parecer no hay nadie, subo lentamente las escaleras hasta llegar a mi habitación, cambio mi actual vestimenta por una pijama, me hago ovillo en mi cama y me arropo con las sábanas, tengo ganas de desaparecer. 

—Nina… — abro mis ojos lentamente —¿Cómo estás? 

—Terrible — le sonrió a mi amiga. 

—Derek me llamó desesperado, me dijo que estás mal y me rogó que corriera a verte. 

—¿Hizo eso? 

— Si…  chantajeo a Christian para que me diera la tarde libre — en su cara se forma una sonrisa de maldad. 

— ¿Cómo fue eso? —esa historia me interesa, teniendo en cuenta lo obstinado e histérico que es mi adorado jefe.

—Si no me dejaba salir iba a cancelar cualquier tipo de contrato con él, que le estaba interesando otra agencia de publicidad y le importaba muy poco que él fuera como su hermano, y que a la final su cuenta de Banco no se vería afectada como la de la agencia. 

—Me hubiese encantado ver la cara de Christian. 

—Fascinante, no sabes cómo amé bajarme de tacones a una hora decente, aunque estas  uñas son mis prisioneras — las mueve encima de mi cara.

 

—Debes estar en el paraíso sin tacones — me burlo de ella —además amas las uñas, te está gustando este mundo del modelaje.

—Me está encantando el sueldo, nunca pensé ganar tanto, ya no dependo de mis padres. 

Suelta un bufido, se quita los tenis y el abrigo y se acomoda a mi lado —Vamos a mirar el techo y hablar un poco de todo. ¿Qué pasa con Derek? —dispara.

—¿Qué pasa con Octavio? — le devuelvo el disparo.

—Touche. 

Reímos ambas — creo que odio y quiero a Derek en las mismas proporciones, me he acostumbrado a él de una manera casi absurda, teniendo en cuenta que cuando lo conocí me pareció un grosero y un idiota— comienzo a hablar yo, Lilian necesita más empujones para a hablar de sus sentimientos — Y recordé la noche que estuvimos juntos. 

Un silbido sale de su boca — ¿Ya tienes los detalles? — asiento —¿Me los vas a contar?

—Mágico — puedo sentir que está sorprendida — no tengo más adjetivos para esa noche, él sencillamente fue como un espejismo,  quisiera encontrar ese Derek en él, pero solo me topo con el idiota de siempre.

—Me asusta  y me atrae Octavio en las mismas proporciones… Me paso la mayor tiempo huyendo de él, pero por dentro anhelo tenerlo cerca, y cuando sé que él está ahí en el mismo sitio que  yo, me descoloco  y pierdo el control. 

 

—Me está matando enterarme de una tal señorita Smith, la cual dijo en mi cara, que se iba a casar con Derek, esa nueva información me estropeó el alma, no quiero verlo. Y la muy tonta dijo que como era posible que él iba a ser papá con una niña como yo.



#897 en Novela romántica
#341 en Chick lit

En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 14.11.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.