¿quién es él Culpable?

Capitulo 30

Capítulo 30




 

—¿paracetamol? — en estos momentos me sentía burlada — Octavio, tus sobrinos están incrustados en mis costillas y tú me das paracetamol — gruño — Es como ir a un hospital público.

Mis hormonas están en punto de ebullición, no me aguantaba ni a mi misma, miró fijamente a mi cuñado, es lindo poder llamarlo así, pero en sus ojos se ve que no está dispuesto a darme otro tipo de medicina.

—Tranquila, no puedes tomar nada fuerte —desde que lo conozco es la primera vez que la tranquilidad de su voz no hace efecto en mí — puede ser contraproducente si llegas a entrar en labor y sabes que eso puede suceder en cualquier momento.

—No me recuerdes esa parte… — al menos había podido encontrar una posición cómoda — es que no aguanto el dolor. 

—Ya falta poco… — al escuchar la emoción en su voz la volteo a ver y le sonrió a mi amiga que está acostada al lado mío — estoy tan emocionada que dentro de poco los conoceré. 

La compañía de los dos es algo que siempre atesoraré, mi casa se había convertido en una especie de zona de espera.

—También quiero que ya salgan… Este peso extra me va a matar, y además quiero saber si son niños o niñas.

—Y yo… —miramos a Octavio — soy el único que sabe que son… Me siento presionado — Le habíamos prohibido decirnos que era, queríamos que fuera sorpresa como ha sido todo en nuestras vidas.

—Es bueno, algo de presión, siempre eres la estampa de la tranquilidad — bromeo — Eso no es sano, lo sabes.

—No siempre — responde, dejando el dichoso paracetamol en una de las cómodas en mi habitación, procede a acostarse en la cama al lado de Lilian — podemos ver una película, algo hay que hacer mientras esperamos que esos renacuajos decidan que es  hora de dejar descansar a mamá.

—Que sea de comedia — les digo — yo soy la embarazada yo elijo…




 

___________________




 

—¿Cuándo pueden nacer? — la respuesta que le voy a dar al hermano de Nina me tiene aterrado.

—En cualquier momento — abre los ojos — ni que lo digas, no la está pasando muy bien, está muy cansada y no ha podido dormir, lastimosamente no puedo hacer nada para que se sienta bien físicamente, pero si puedo hacer algo para que esté bien emocionalmente, por eso estoy aquí.

—Eres un buen tipo  — asiento — ella está adentro —lo dejo solo y camino hacia la puerta de la casa.

Puede que entienda la actitud de la madre de Nina, después de todo no era una situación convencional y lamentablemente yo no era garantía de nada,  con mis nudillos toco suavemente la puerta, empiezo a contar los segundos que transcurren sin abrirse la puerta para así elegir el momento justo para tocarla nuevamente.

Cuando decido que el momento ha llegado, la puerta se abre dejando ver a la madre de Nina. No sé exactamente qué esperaba de ella, pero no una sonrisa.

—Buenas tardes, señora, ¿Cómo está? —  intento que mis nervios no se note, deseo poder solucionar todo este asunto.

—Bien muchacho… Y a usted, cómo le ha ido — su tono cortés difiere demasiado a la última vez que la vi.

—Muy bien… He venido a tocarle la puerta de su casa porque deseo hablar con usted ¿Sería posible?   — no distingo ningún tipo de duda en su rostro.

—Claro que sí — contesta — pase muchacho — abre la puerta de par en par para dejarme entrar, quiero creer que es un buen augurio.

Sintiéndome en tierra de nadie ingreso en la casa, espero a que cierre la puerta, luego hace un gesto para que la siga.

 —Creo tener claro el motivo de tu visita Derek.

 

—Estoy aquí por Nina —si ella quiere ir al grano me parece perfecto —Ella no sabe que estoy aquí —le aclaro — la necesita señora, las últimas semanas han sido difícil para ella, no se ha sentido bien, usted le hace mucha falta.

—¿Qué tiene? ¿Ha estado muy mal? — suena alarmada.

—No tranquila, Nina está perfecta, mi hermano está pendiente de ella prácticamente todo el día, de hecho ahora está con él en casa — toso — Y Lilian…  usted sabe que esas dos no se separan nunca.

Sonríe —Es cierto, desde que se conocieron han sido como uña y mugre.

—Su embarazo ya está en la semana treinta y cinco y al ser un embarazo múltiple en cualquier momento puede romper fuente, por esa razón los últimos días ha estado muy intranquila y nerviosa, las dudas y los miedos han caído sobre ella como  una avalancha.

Ella me mira atentamente, su actitud me esta dando la confianza de seguir.

—Las noches son muy duras y por más que intento tranquilizarla no puedo —le digo — aunque la verdad es que  yo estoy igual o peor tengo los mismos miedos y estoy aterrado por el parto — le confieso.

—Ella siempre está acompañada de mi hermano, Lilian y yo, aunque la amemos y hagamos todo por ella, no somos suficientes,  le hace falta su mamá, hay cosas que solo usted puede ayudarla y guiarla.

—Para mí tampoco ha sido fácil estar alejada de ella en esta etapa — dice entre sollozos — pero tenía que hacer lo que hice — me quedo sorprendido —Mi hija es lo más importante en mi vida, por eso tenía que empujarla a tomar las riendas de su vida aunque en ese proceso le partiera el corazón — suelta una sonrisa en medio de sus palabras —. Y también necesitaba que te pusieras los pantalones Derek, mi hija merece el mundo ¿Lo sabes?



#945 en Novela romántica
#355 en Chick lit

En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 14.11.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.