- ¿No dirás nada? —Hoseok se encontraba mirando a Yoongi esperando una respuesta.
- ¿Qué quieres que te diga? —pregunto con los ojos llenos de lágrimas— Ya me he disculpado, Hobi, lo siento muchísimo ¿sí? —un pequeño paso hacia adelante, tratando de abrazar a su pareja, pero este retrocedió.
- Yoongi —los ojos de Hoseok demostraban dolor— No puedo…
- ¿Qué no puedes? —pregunto alarmado el pelimenta— Lo siento Hobe ¿sí? Mira hablare con mis padres, te lo prometo.
- Ya me has hecho esa promesa antes Yoons ¿La cumpliste? —el silencio de Yoongi fue la respuesta que suponía que iba a recibir— Lo sabía —sonrió con tristeza— Yo entiendo, no puedo ponerte en contra de tus padres, no es mi estilo.
- Ven entremos a la casa y hablemos —estiro la mano con la esperanza de que el contrario la tomara.
- Esto no me hace bien —el suspiro que salía de su cuerpo, se sintió pesado— Será mejor que lo dejemos Yoongi.
- No, no —dijo negando repetidas veces.
- Yoongi.
- No —miro a Hoseok con lágrimas bajando por sus mejillas— No digas eso, lo vamos a solucionar —el cuerpo de Yoongi temblaba.
Hoseok quería retractarse, quería abrazar al pequeño cuerpo que tenía frente suyo, pero estaba cansado de creer que realmente iban a solucionar aquel problema, estaba cansado de recibir un sinfín de amenazas por parte de sus suegros, sabiendo que su pareja no tenía el valor para defenderlo y el problema no era ese, porque bien podía defenderse solo, como muchas veces lo había hecho, pero Yoongi no era capaz de dejar a sus padres y él no podía obligarlo a abandonar su hogar, no podía pedirle que lo eligiera a él y no a su familia.
Su salud mental estaba demasiado afectada, estaba cansado de fingir que todo estaba bien, que no le afectaban los malos comentarios de aquella pareja, pero estaría mintiendo.
- Debo irme —pensaba en quedarse, pero debía ser firme con su decisión, así sintiera ese feo dolor en su pecho, no podía quedarse.
- No te vayas —rápidamente tomo la camisa de Hoseok impidiéndole que se fuera— Dijiste que nunca ibas a dejarme… Entonces no te vayas.
La mirada llena de tristeza que tenía Yoongi en sus ojos, le rompía el corazón de Hoseok, estaba a punto de voltearse, de retractarse, pero eso no haría que la situación mejorara. Se aguantó las ganas y continuo su camino, ya no había marcha atrás, había terminado su relación.
* * *
El sonido del despertador hizo que su cuerpo pegara un brinco, de nuevo había soñado con aquella ruptura, odiaba recordar como dejo a Yoongi llorando y pidiéndole que regresara, se odiaba por eso. Suspiro pesadamente, debía dirigirse a la academia y luego iría a casa de Namjoon, un día sábado bastante diferente. Vivía solo desde los 21 años, su padre le había regalado un apartamento y no podía estar más feliz de tener su propio espacio para él solo, siempre habían sido él y su padre, su madre había muerto años atrás, no recordaba mucho sobre ella realmente.
Tenía una excelente relación con su padre, se veían todos los domingos y cenaban juntos, comentaban como les fue en la semana y no podía estar más feliz de recibir el amor y apoyo incondicional de su progenitor.
El celular vibro en señal de nuevos mensajes. Sabía que Yoongi lo había estado mensajeando, pero había decidido mejor no volver a responder, no tendría sentido continuar hablando con el cuándo ya su relación había terminado.
La semana fue pesada y lenta, no veía la hora de que llegará el fin de semana, quedarse en casa y no tener que ver a Yoongi por los pasillos de la universidad, aunque por la ruptura el pelimenta no se había presentado en toda la semana. ¿Cómo lo había tomado tan bien? no había llorado, no sentía dolor en su cuerpo, no tenía la necesidad de ir a ver a Yoongi ¿Eso era normal? Ignoro los mensajes que había recibido y se dirigió a la ducha, quería mantenerse ocupado y así no tener que pensar en aquella noche, que se repetía una y mil veces en sus sueños.
* * *
- ¿Te ves bien? —San su compañero de trabajo lo miro con curiosidad.
- Estoy bien Sani —rodo los ojos.
- Creí que estarías…
- ¿Muriéndome? —pregunto con gracia— Fue una ruptura, no es el fin del mundo.
- Aun así, Yoongi parecía ser tu alma gemela —el pelinegro menciono con tristeza— Él debe estar pasándola muy mal.
La imagen de Yoongi llorando vino a su cabeza, una molestia vino a su pecho, ignorando la sensación se dirigió a la sala de ensayo, el grupo que dirigía debía estar esperando por él.
- Debemos empezar la clase —Hoseok cambio el tema de conversación, no quería sentir esa molestia en su pecho.
San simplemente suspiro con resignación, Choi San, compañero con quien dirigía la academia de danza donde trabajaba, se conocían desde la escuela, al igual que con Yoongi y Namjoon, el chico era realmente un sol, además de ser muy talentoso y apuesto, compartían la misma edad, mismos gustos, mismos pasatiempos, pero diferentes estilos de vida.
Continuaron su recorrido hacia la sala de ensayo, cuadrando asuntos de la nueva coreografía que estaban montando, iban a presentar una semana de eventos en la academia y estaban organizando todo, para que saliera a la perfección.