Taehyung
El tiempo pasaba más lento de los normal, parecía que habían pasado horas desde el doctor le dijo la gravedad de su enfermedad. Mi madre lloro desconsolada en los brazos de mi padre, yo no pude derramar ni una sola lagrima. Mi único pensamiento en este momento era, Jungkook, pensar en él hacía que mi sonrisa se curveara, pensar en él hacía que mi pecho doliera, pero había una cosa en el mundo que no quería y era dejarlo solo.
¿Cómo iba a mirarlo a la cara? ¿Cómo iba a despedirse de él?
Todo ese tipo de pensamientos pasaban por mi cabeza, pero no podía llorar, quizá ya había llorado lo suficiente o quizá estaba aceptando que iba a morir.
La habitación era demasiado fría, demasiado blanca, se sentía nostálgica. Hubiese querido poder hacer una exposición con todas las fotos que tomo de Kook y de sus amigos, con todas las fotos que les había sacado a sus padres, hubiese querido poder mudarse con Jungkook a un lindo apartamento, adoptar un cachorro y criarlo juntos, no podía evitar tener pensamientos mezclados. Había permanecido solo durante alrededor de 2 horas, las cuales se sintieron demasiado solitarias, sus amigos estaban en clases, no podía culparlos y tampoco podía pedirles que faltaran.
La puerta de la habitación se abrió, por lo que mi mirada viajo hacia la persona que había interrumpido mis pensamientos. Era Kook, lucía terrible, lleno de ojeras, pálido, desanimado y juro verlo más delgado, aunque había pasado solo un día de haberlo visto. Dudo en acercarse a mí, pero aun así lo hizo, camino hacía la camilla y se sentó a mi lado, tomo mi mano y la acariciaba, caricias lentas, que me reconfortaban.
Quería decirle sin rodeos, Kook ¿sabes? Voy a morir
¡No! ¿Cómo podía decirle eso?
De seguro lloraría y verlo llorar, me daban ganas de llorar a mí.
- Hoy vi a Jimin ¿Te acuerdas de él? —pregunto casi susurrando.
- Claro.
- Te manda muchos saludos y dijo que vendría a visitarte.
- ¿A visitarme? —aquello se me hacía algo extraño, después de todo no éramos cercanos.
- ¿Te parece mal? —su rostro se arrugo.
- ¡No! —dije de inmediato— Se me hace extraño, porque no somos cercanos, pero no suena mal la idea ¿Qué tal las clases?
- Algo aburridas.
- Aun así, debes prometerme que no faltaras ni un solo día.
- ¿Y si te extraño y quiero estar aquí contigo?
- Puedes enviarme un mensaje, prometo estar siempre con él en mis manos.
- Prefiero verte y abrazarte —Jungkook se recostó en mi hombro— Cuando te extrañe demasiado vendré a verte y punto final.
- Kook ¿sabes?
- No —respondió casi inaudible.
- Es más grave de lo que pensamos —sin rodeos, como siempre— Ha llegado a mi cerebro, el cáncer hizo metástasis —el silencio de Jungkook, me hizo saber que ya se encontraba llorando— El doctor dice que trataran de darme una buena calidad de vida, pero es una falsa esperanza.
- ¿Qué debo hacer? —pregunto sentándose en el suelo y tomando mis manos.
- Debes prometerme una cosa.
- Lo que quieras.
- Asegúrate de salir con Jimin.
- Taehyung —dijo en tono de reproche— No digas estupideces ¿Cómo podría salir con Jimin? Estoy contigo, no quiero estar con nadie más.
No eran estupideces, si iba a morir, Jungkook debería quedarse al lado de alguien como Park Jimin, lo había venido pensando, sin duda Kook y yo éramos especiales, nos conocíamos desde niños, me enamoré primero de él y cuando mis sentimientos eran correspondidos, resulta que no podré vivir mucho tiempo, quizá fue egoísta confesarme cuando sabía que Jimin empezaba a tener sentimientos por Kook. Porque escuche aquella conversación donde Jimin le pedía ayuda a Jin, porque me asuste y no vi otra salida que confesarme y arriesgarme a perder para siempre a mi mejor amigo.
No me mires con esa expresión, Kook, sino no podré pedirte que por favor continúe con su vida, aún no podía llorar, debía ser fuerte.
- ¿Recuerdas cuando lo viste? —pregunte sonriendo— Hasta cambiaste tu color de cabello por él, querías verte más guapo, además he visto cómo te mira, la mirada nunca miente, debes recordar eso ¿ok?
- No quiero —suspiro fuertemente y se puso de pie, caminando de un lado para el otro, molesto.
- Debo ser realista, cuando escuché el diagnóstico del doctor, lo primero que pensé fue en cómo iba a decírtelo. No lloré, no me puse triste al escuchar el llanto de mis padres ¿Soy raro? Yo creo que si —me reí— Solo podía preguntarme ¿Cómo le diré a Kook? No quiero mentirte más, primero las cartas, luego la enfermedad, no quiero mentirte más.
- Te vas a recuperar, ya verás —Jungkook sonaba convencido— Volverás a tomarnos fotografías, volveremos a ir a cine, iremos a vivir juntos a un lindo apartamento y quiero que adoptemos un cachorro, quiero hacer todo eso y muchas más cosas contigo.
Pude sentir un nudo en la garganta por las palabras de Kook, saber que no era el único que deseaba un futuro al lado suyo, saber que él también quería una vida a mi lado. Las lágrimas empezaron a bajar, ya había llorado suficiente o eso pensaba, pero las palabras de Jungkook, me hicieron desear tener una esperanza de vida, porque quería vivir al lado de él.