La mañana estuvo fresca, el sol no picaba en la piel y el cielo estaba totalmente despejado, sin duda un día increíble, un día donde no estaba Taehyung en el mundo. Jungkook se preguntaba ¿Cómo iba a presentarse en el funeral? No tenía energía en su cuerpo y sabía que, al ver a su novio en ese ataúd, significaría su fin.
Le había enviado un mensaje de buenos días, como siempre, claramente no recibió respuesta, aun así, tenía esa pequeña esperanza de que así fuera. Sus amigos aún estaban en la casa, ninguno hablo mucho, estuvieron recordando viejos tiempos, momentos donde les dolió el estómago de tanto reír, momentos que eran oro para ellos y que permanecían en sus corazones. El abuelo les había preparado la cena, demasiados pancakes y si dejaban alguno en el plato, tendrían que lavar los baños de la casa y de la universidad, un castigo horrendo, quizá a eso debía el malestar en el estómago del pelinegro, haber comido tanto de golpe, le había descompuesto el cuerpo.
- Supongo que debemos ir a casa y vestirnos para la ocasión —murmuro Namjoon— No tengo ropa adecuada conmigo.
- Si, yo igual —Yoongi tenía los ojos demasiado hinchados por el llanto— Además debo ir por Jia…
- Yo te acompaño, podrías prestarme algo.
- ¿Cómo puede seguir todo tan normal? —pregunto Jungkook, algo irritado.
No pudo dormir en toda la noche y que sus amigos estuvieran organizándose para el funeral, sin duda lo hacía sentirse pésimo. Sentía que las lágrimas ya no salían de sus ojos, pero aun sentía un gran nudo en el pecho.
- Taehyung no querría vernos lamentarnos su muerte de esta manera, Jungkook —hablo Namjoon mirando al pelinegro— Sin duda nos regañaría por continuar llorando ¿Sabes que me dijo cuando fui a verlo? —pregunto con la voz desgarrada— ¡Me dijo que deseaba que fuera feliz con SeokJin! ¡Que tuviera una vida larga y no como la suya! —empezó a gritar en medio del llanto— ¿Crees que no me jode que se haya ido? Me duele el corazón —el morocho se golpeaba el pecho— ¡Aquí! ¡Me duele justo aquí!
Automáticamente Yoongi empezó a llorar tras escuchar las palabras de Namjoon, Hoseok tomaba la mano del más pálido y mantenía su mirada baja, evitando que lo vieran derramar lágrimas, ninguno estaba preparado para despedirse definitivamente de Taehyung, de eso no había duda.
- Yo no quiero… —Jungkook miro con molestia al morocho, quien lloraba, estando ahí de pie en la habitación— No quiero despedirme de él, teníamos planes, quería mi vida junto a él, no puedo simplemente ir a despedirme, no puedo simplemente dejarlo ir ¡Taehyung era mi vida entera! —finalizo gritando— Era mi mejor amigo, el que me acepto tal y como soy, el primero en preocuparse por mí, no puede simplemente un día no despertar más, no ¡No lo acepto!
- ¡Jungkook!
El anciano ingreso a la habitación con expresión preocupada, un pelinegro enojado, casi enfrentando a sus amigos y el resto sollozando por las palabras de Jungkook.
- Abuelo, no puedo —dijo cayendo al suelo.
- ¿Qué sucede, hijo?
El señor Choi, se agacho a la altura del chico que consideraba su nieto, le tomo el rostro con suma delicadeza, observando el rostro hinchado y rojo del chico, aquello le hizo doler el corazón al anciano, porque no podía hacer nada para quitar el dolor en su pecho, estaría al lado de su nieto todo el tiempo que hiciera falta, porque la vida seguía y Jungkook debía en algún momento darse cuenta de aquello.
- Taehyung —menciono a su amigo— No es posible que se haya ido, como es posible que todo siga con normalidad allá afuera —apunto con desesperación hacia la ventana— Siento que no puedo respirar, no lo acepto, no abuelo ¡No!
- Jungkook —llamo el nombre del menor con autoridad— El mundo no piensa detenerse, el mundo allá afuera —dio una rápida mirada la ventana— Seguirá su curso, porque esa es la realidad, Taehyung era un chico increíble, un niño con demasiada vida por delante, desafortunadamente se ha ido, sé que eso te rompe el corazón, sé que tu cuerpo no tiene energía en este momento, yo estoy aquí, Kook.
El abuelo atrajo el cuerpo de su nieto y lo abrazo de manera amorosa, no había manera de recuperarse de un corazón roto, no después de perder a la persona que amas, sabía que en algún momento el chico tendría que reponerse, pero estaba seguro de que sería un largo camino que tendrían que recorrer.
- No quiero olvidar su voz —hablo entre sollozos— ¿Qué hago si olvido su voz? ¿Ah?
- Eso nunca sucederá, tú lo llevas en tu corazón, Taehyung siempre estará a tu lado y de eso no tengo ninguna duda. Tienes a tus amigos aquí —dijo mirando a los menores, quienes se abrazaban— Tienes toda una vida por delante y estoy seguro de que Tae hubiese querido que te convirtieras en una gran persona, también debió sentirse triste por dejarte solo, pero no querría verte triste toda tu vida, porque eso lo pondría triste también a él.
- Estamos aquí contigo, Jungkook —Yoongi se tiro al suelo, llegando al lado del pelinegro— No pienses que eres el único quien perdió a TaeTae, porque también hemos perdido a nuestro amigo, también sentimos un vacío en nuestro pecho, pero estamos juntos en esto.
Jungkook se alejó de su abuelo y miro al chico pálido, tenía su rostro rojo, sus ojos hinchados, al igual que sus otros amigos. Ellos también habían perdido a Taehyung, el no había sido el único.