Frente a la puerta de su antiguo hogar, Jimin se encontraba pensando seriamente si era buena idea haber ido. Su padre no lo quería cerca, pero el se encontraba ahí, llevaba alrededor de 10 minutos frente a la puerta, dudando en si tocar o en si devolverse a la casa de su hyung. La duda se le fue de inmediato cuando la puerta de la casa fue abierta y una señora no más de 40 años, lo observaba de manera sorprendida.
- ¿Necesita algo? —pregunto sorprendida.
- Buenas, vine a visitar a mi padre —respondio nervioso.
Sus intenciones de pasar fueron interrumpidas por la mujer, quien apenas escucho la palabra “padre”, dio un paso adelante. Jimin lucio confundido ante aquella acción.
- No tiene permitido ingresar a la casa —hablo con arrogancia.
- ¿Disculpe?
- El señor Park dio la orden de que usted no podia venir, se lo hice saber por teléfono —la señora lo miraba fijamente, con cierta superioridad rodeándola— Ahora si me disculpa debo hacer algunas diligencias.
- No puede prohibirme el ingreso a mi propia casa —Jimin no se aparto— Debe ser usted muy leal a mi padre, pero no tiene derecho a nada. No quiero ser grosero, asi que le pido permiso, tengo asuntos que discutir con mi padre —el pelinegro observo a la señora con cierta molestia.
- ¿No me ha entendido? —la señora se cruzo de brazos— El señor Park no desea verlo, estoy siguiendo ordenes solamente, le pido que se retire de inmediato. No querrá que llame a la policía ¿O sí?
Jimin se encontraba ahora entre la espada y la pared. Había hablado ciertamente con la enfermera por teléfono y nunca imagino que fuera tan arrogante, su aspecto lucía cansado, una señora de estatura baja, piel palida, su labial rojo intenso resaltaba demasiado en ella, pero no parecía una enfermera. Suspiro sintiéndose irritado, quería evitar problemas, por lo que dio una ultima mirada a la señora y decidio retirarse del lugar.
* * *
- Nos estaremos viendo la semana que viene, ¡Jimin! —Franchesca hablaba emocionada— Estoy empacando desde ya todo lo que necesito ¿Hace mucho frio alla? —la castaña observo el semblante del pelinegro y detuvo todas sus acciones— ¿Todo bien? Luces distraído…
- Todo bien —respondio por inercia— ¿Por qué quieres conseguir tantas cosas? No estarás demasiado tiempo por aca —miro a la castaña— No olvides traer alguna de mis cosas, ya sabes cuales son mis cosas favoritas.
- Yo me encargo —respondio sonriendo— ¿No te has comunicado con Jungkook?
Habían pasado alrededor de 5 días desde la fiesta sorpresa en el apartamento del pelinegro, no habían tenido ningún tipo de encuentro, tampoco su hyung le había comentado algún tipo de novedad sobre aquella situación.
Sentirse rechazado era poco
- No —Jimin suspiro recordando toda la situación.
- No te sientas mal Minie, quizá se sintio demasiado confundido por el beso que se dieron —quiso consolarlo— No estaría mal que dieras el primero paso ¿No crees?
- Lo pensaré —Jimin le regalo una media sonrisa.
- Entonces cambia esa expresión, creí que estabas triste por lo que sucedió con Jungkook ¿Sucedió algo más?
- Hoy fui a casa de mi padre —empezo a hablar mientras su mirada se dirigía a sus manos— La enfemera no me permitio entrar ¿Puedes creerlo? Yo vivi 20 años de mi vida en esa casa y no puedo entrar. No tuve más remedio que irme, la señora amenzado con llamar a la policía.
- Ooh Minie.
- Esta bien… Solo siento que no podre comunicarme con mi padre, si lo llamo se que no responderá y no puedo visitarlo. Ahora le encuentro menos sentido haber venido a cuidarlo —el pelinegro sacudio se cabeza de un lado a otro— Me siento un poco perdido...
- ¿Quieres que nos regresemos juntos luego de pasar una semana alla? —pregunto acercándose a la cámara.
- Intentaré ver a mi padre nuevamente, si su respuesta sigue siendo la misma me regreso contigo. No hay nada que me ate a este sitio —finalizo suspirando.
- ¡Jimin estoy en casa! —la voz de Jin se escucho desde la puerta principal de la casa.
- Hablamos luego, Frank —Jimin sonrio a la cámara y colgó la llamada— Hey hyung, llevamos días sin vernos ¿Cómo va todo?
- ¡Agotador! —grito cayendo en el sofá— No he tenido tiempo de dormir bien, mis brazos duelen a horrores, Jiminie ¿Quieres darle un masaje a tu hyung favorito? —pregunto con la voz ahogada por la almohada.
- No tienes remedio —Jimin se acerco al mayor sonriendo.
Mientras masajeaba la espalda de su amigo, pensaba en lo sucedido con su padre. Realmente no podia entender su comportamiento de rechazo, había tenido todas las intenciones de cuidarlo, intentar repara su rota relación o quizá llevarse bien, pero la actitud de su padre lo arruinaba todo.
- Estas demasiado pensativo, Minie.
- Hyung, regresaré a Francía de nuevo —comento con tristeza.
—el rubio se acomodo en el sofá, sentándose al escuchar la noticía— ¿Quieres comentarme?
- Mi padre me prohibio visitarlo —confeso mientras soltaba un suspiro— Mi objetivo al venir era cuidarlo, pero solo he podido verlo dos veces desde que llegue, creo que lo mejor es que me vaya.