Después de haberse tomado una ducha y dormir casi todo el día, cuando despertó se encontró con que sus amigos estaban de visita en casa del abuelo. Ninguno había hecho preguntas hasta el momento y se encontraban sentados en el sofá, viendo una película de miedo, esas que tanto odiaba. El abuelo lo había recibido con un abrazo y eso lo hizo sentir aliviado, aunque no quitaba el sentimiento de culpa que cargaba desde la noche anterior.
Dormir le había relajado el cuerpo, no había sentido la enorme tensión que tenía en sus hombros y es que lo estaba pasando por alto, restándole importancia a lo que su cuerpo le decía a gritos. Jungkook no se encontraba bien de salud y era hora de aceptarlo. Durante el recorrido al cementerio tuvo un pensamiento que había olvidado por los años, debido a que necesitaba con urgencia ver a Taehyung, recurrió al método antiguo, drogarse. Aquella era la única manera de ver a su pelirrojo, por medio de alucinaciones que le proporcionaba la droga y en ese momento lo necesitaba. Aquel había sido el motivo por el cual durmió en el cementerio, pero como si Taehyung no quisiera verlo, no apareció ni en sus sueños.
Se sentía como hace 5 años atrás, como aquel día cuando se encontraban alistándose para ir al funeral de Taehyung, todos reunidos en la casa del abuelo, completamente en silencio, porque a pesar de que la película se estuviera reproduciendo en el televisor, ninguno parecía concentrado en esta.
- Creí que solo era Jungkook el que no había soltado a Tae —Yoongi murmuro sujetando con fuerza la mano de Hoseok— Me di cuenta de que tampoco he aceptado su muerte, tampoco he podido dejarlo ir como debería. Aunque parezca que estoy “bien” con la situación, la verdad es que lo extraño demasiado —el pelinegro tomo aire y la soltó suavemente por la nariz, en un intento de contener las lágrimas— Ayer cuando vi a la amiga de Jimin, me di cuenta de eso. Su cabello rojo como una cereza, aquel lunar en su nariz y esos ojos cafe intensos. Quiero saber cómo es posible que su presencia se sienta tan familiar, porque tan pronto me extendió su mano, quise abrazarla fuertemente y decirle cuanto la había extrañado.
- Tú también la viste —afirmo Jungkook— Creí que había enloquecido por aquel pensamiento…
- No lo estás o hemos enloquecido los dos —Yoongi sonrió— Pero su presencia me hizo dar cuenta de eso. Aunque también me hizo recordar, no los momentos luego de su muerte, sino cuando nos conocimos, cuando íbamos a la cafetería donde trabajaba y hacíamos un escándalo o cuando se avergonzaba por nuestros dramas… Los recuerdos lindos, los que había olvidado por solo pensar en la tristeza de haberlo perdido.
- De alguna manera cada uno reprimió su tristeza y solo Jungkook la manifestaba de manera abierta. En algún punto olvidamos que todos perdimos a una persona que nos hacía felices, que nos hacía bien y a quien queríamos proteger de cualquier cosa. Olvidamos que estamos juntos y que cuando uno caiga, los demás estarán ahí —Hoseok miro a sus amigos con nostalgia.
- Yo siento que olvide por completo que no estaba solo —Jungkook mordía sus labios, sintiéndose ansioso— Que todos empezaron a cuidarme y olvidaron su propio dolor. No saben cuan agradecido estoy con ustedes por haberme dado ese apoyo y estar siempre pendientes de mí.
- Eres nuestro tesoro Jungkook —Namjoon hablo, dándole un leve empujón— Era entendible que su muerte te doliera más, porque estuviste en su vida por más tiempo. Porque casi pierdo mi camino y perdí en su momento al amor de mi vida, pude darme cuenta de lo que estaba mal y aunque entiendo cómo se sienten, quiero que sepan que podemos con esto. Taehyung nos estará observando desde el lugar más hermoso donde se encuentra y estará feliz de que por fin nos hayamos abierto con nuestros sentimientos de esta manera.
- Sin duda nos hacía falta tener esta conversación —Yoongi se limpió sus mejillas— Saber que para ustedes también es difícil, que callarte tus emociones a veces ahoga, me alegro enserio de tenerlos conmigo, a todos, incluyéndolo a usted abuelo —el pelinegro sonrió entre lágrimas.
- Tengo la familia más hermosa de este mundo —el anciano se recostó con suavidad en el asiento— Ustedes se han convertido en mis nietos y aunque uno yace en el cielo, siempre serán esos 5 revoltosos. ¿Porque saben de qué me he dado cuenta? —pregunto sin darles oportunidad de responder— De que cada uno tiene un poco del otro. En cada uno de ustedes puedo sentir la esencia de Taehyung y eso es lo que hace que su recuerdo siga vivo y de honrar lo que fue en vida.
Al contrario de hace 5 años, cada uno sonreía con lágrimas en los ojos. Quizá sintiendo un peso menos en sus espaldas, pero de alguna manera, el reloj empezaba a avanzar de ahora en adelante, con la única diferencia de que harían esta vez las cosas bien. Entonces la tarde se llenó de risas y anécdotas donde incluían a Taehyung, quizá una que otra lagrima, pero de inmediato alguno comentaba algo gracioso y aquella lagrima de tristeza se transformaba en una lagrima de felicidad.
* * *
Por otro lado, una pelirroja preocupada a más no poder marcaba el número de su amigo sin ser atendida, ya estaba anocheciendo y no había rastros de Jimin. Franchesca se encontraba caminando de un lado a otro, sin saber qué hacer o a quien llamar, porque llevaba un día en Corea y ni siquiera tenía el número del amigo del pelirosa. Las lágrimas ya amenazaban con salir de sus ojos, porque tenía un mal presentimiento y al hacerse más noche, el miedo empezaba a apoderarse de ella.