Quien No Arriesga No Gana

CAPITULO 15

Nick

Las palabras de Brooke flotaron en el aire, resonando en mi mente como un eco. "Estoy enamorada de ti." Era como una corriente eléctrica que cruzó entre nosotros, encendiendo algo profundo en mi interior, un deseo de acercarme aún más. El mundo alrededor se desvanecía y todo lo que importaba en ese instante era ella.

La luz de la luna iluminaba su rostro, resaltando cada rasgo; la alineación perfecta de sus ojos verdes, el suave contorno de sus labios. En ese momento no había dudas, no había otras personas, solo la locura de esta conexión que habíamos construido a lo largo de nuestra corta pero intensa experiencia en la aldea. El ritmo acelerado de mi corazón apenas me dejaba pensar.

—Brooke… —susurré, sintiendo una mezcla de asombro y alegría en la voz. Me acerqué un paso más hacia ella, sintiendo la tensión en el aire. Había un deseo irresistible en mí, un impulso profundo que me instaba a envolverla en mis brazos.

—¿Nick? —su voz era suave, casi un leve susurro, y me di cuenta de que estaba conteniendo la respiración, esperando. Sus ojos brillaban con incertidumbre, pero también con esperanza.

Sin pensarlo, mi mano se deslizó hacia su mejilla, acariciando la piel suave y cálida. Ella cerró los ojos durante un instante, como si mi toque la tranquilizara. Aquello me dio el valor necesario. No había vuelta atrás. Antes de darme cuenta, estaba inclinándome hacia ella.

Y entonces, nuestros labios se encontraron de nuevo, pero esta vez era diferente. Esta vez había una certeza en el roce. Era un beso cargado de significado, casi como si cada latido del corazón de ambos estuviera entrelazado en ese instante. El tiempo se detuvo, y el mundo exterior se desvaneció.

Todos esos sentimientos contenidos me hicieron acercarme aún más a ella empujándola con el cuerpo hasta que chocó con la pared de la casa.

Su boca se movía con una delicadeza perfecta contra la mía, cada presión, cada suave caricia haciéndome sentir que todo lo que había vivido antes se desvanecía. Sus dedos se hundieron en mi pelo haciéndome estremecer por un momento. Apretando mi cadera contra le suya bajo mis labios por su mandíbula dejando un rastro de besos hasta su cuello.

Todo el ambiente se sintió frio cuando me separé de ella, pero tenía que decirlo —Brooke, yo también estoy enamorado de ti—Brooke abrió los ojos lentamente, con una sonrisa en sus labios. La chispa de la luna brillaba en sus ojos verdes, y en ese momento, supe que no éramos solo amigos, no éramos solo dos adolescentes perdidos. Éramos algo más.

En el fondo de mí, la preocupación de traicionar a Jake se mezclaba, pero ese pensamiento se esfumaba cuando estaba con Brooke.

La mano que había acariciado su mejilla ahora se deslizó hacia su cuello, atrayéndola hacia mí, besándola de nuevo. Ella respondió enérgicamente, como si su cuerpo comprendiera lo que su mente aún luchaba por aceptar. Tomé un pequeño respiro, el contacto de nuestros cuerpos, era tan…tan intenso.

Cuando finalmente nos separamos, ambos quedamos en silencio, un tanto desorientados, mirándonos a los ojos. Me sentía un poco avergonzado, pero a la vez, ese momento significaba demasiado como para dejarlo escapar.

—Nick… —Brooke comenzó a hablar, pero la inseguridad en su tono me alertó.

—Shh... —susurré, levantando un dedo hacia sus labios. —No tienes que decir nada. Solo quería que supieras lo que siento.

Su expresión cambió, y pude ver la mezcla de emociones que luchaban dentro de ella.

Pero el momento fue interrumpido por un ruido que provenía de la casa. Ruby y Jake estaban bromeando, y la realidad se hacía evidente. No podía quedarme aquí para siempre, debía enfrentar lo que esto significaba.

—Deberíamos regresar, —dije.

Brooke asintió, apretando su mano contra la mía. Su contacto me llenaba de calidez, y quise que ese momento se alargara. Me dio un beso corto en los labios a modo de despedida. Caminamos juntos hacia la casa, pero sabía que esto era solo el comienzo.

Cuando llegamos a la puerta, ambos tomamos una respiración profunda, listos para enfrentar lo que vendría. Creedme, no fue la última vez que me encontré perdido en sus ojos, pero cada vez que eso sucedía, uff...

—está bien, allá vamos. —Brooke apretó mi mano por última vez y abrió la puerta de casa.




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