Ruby
La mañana llegó con un dolor en el pecho que no se iba. A pesar de que había dormido, mi mente seguía dando vueltas; no podía evitar pensar en lo que había sucedido entre Jake, Brooke y Nick. Las tensiones habían alcanzado niveles insostenibles, y yo solo quería que todos estuvieran bien.
Me levanté y me duché, tratando de sacudirme la sensación de ahogo que me invadía. Miré por la ventana y vi cómo la luz del sol iluminaba el bosque a nuestro alrededor.
Decidí que hoy sería el día en que podía intentar aliviar las tensiones entre ellos. Sabía que Jake estaba intentando lidiar con sus sentimientos, pero también entendía que Brooke y Nick… bueno era obvio que estaban enamorados. Yo los vi desde el primer día, y supe que lo de Jake y Brooke era un error, pero tampoco me atreví a decírselo. Por tanto, yo estaba atrapada en el medio, y lo odiaba.
Así que después de ducharme, me vestí con el uniforme de entrenamiento, me puse e las botas, decidida a enfrentar el día con una sonrisa y una actitud positiva. Si podía hacer algo por mis amigos, lo haría.
Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina. La cena de la noche anterior todavía estaba fresca en mi mente, y, sobre todo, la tensión en el aire. Anna me dijo que Jake había ido a su casa y se preguntaba qué había pasado, también me dijo que había estado hablando con él. Estaba segura de que las palabras de Anna habían calado hondo en Jake. Espero que se atreviera a abrirse con Brooke más tarde.
Mientras preparaba el desayuno, escuché la puerta abrirse. Era Nick, quien entró en estado algo descompuesto, como si no hubiera dormido bien. Aún llevaba las marcas de la pelea con Jake en su rostro, un leve corte en el labio y algunas marcas moradas en su piel. Sentí un nudo formándose en mi estómago.
—Buenos días, Ruby, —dijo Nick, aunque no pudo ocultar la tristeza en su voz.
—¿Cómo estás? —pregunté, mientras intentaba preparar unas tostadas y algo de café.
—Podría estar mejor…—dijo, su mirada se perdía entre los objetos de la cocina.
Puse las tostadas en la mesa y me giré hacia él. —Nick, sé que esto es difícil para todos. Pero tal vez si hablas con Jake y le explicas cómo te sientes, podría ayudar.
Él suspiró, rascándose la cabeza. —Lo sé, pero es difícil. La última vez que hablamos, mira como terminó. No quiero empeorar más la situación.
—Creo que todos estamos confundidos. —dije, sentándome en la mesa con una taza de café en la mano. —Pero si no hablas con Jake, las cosas no van a cambiar.
Nick me miró y luego dejó escapar una pequeña sonrisa nerviosa. —Tienes razón, pero no sé por dónde empezar. Quiero ser honesto, pero no quiero herirlo más de lo que ya lo he hecho.
—La verdad siempre es mejor que las mentiras, Nick. No solo para Jake, sino para Brooke y para ti mismo. —dije con suavidad. —Es difícil, pero si quieres salir adelante, deberías hacerlo. ¿No crees?
Él asintió, como si las palabras de aliento hicieran algo en su pecho. —Tal vez tengas razón.
En ese momento, escuché ruidos en el pasillo. Era Jake, que bajaba con el ceño fruncido. Me sentí un poco inquieta al imaginar cómo iban a reaccionar después de lo que había pasado. Justo en ese momento, Brooke apareció detrás de él, su expresión aún un tanto apagada. Tenía unas ojeras enormes y los ojos hinchados de haber estado llorando toda la noche.
—Buenos días —dijo Jake, cruzando la mirada con Nick. El ambiente se volvió incómodo.
—Desayuno listo —anuncié, intentando aliviar la tensión.
Nos sentamos a la mesa, y mientras me servía café, sentí miradas entre Jake y Nick. Ambos estaban en el mismo espacio, pero muy lejos de estar en la misma sintonía.
Durante el desayuno, intercambiamos algunos comentarios sin importancia, pero la incomodidad seguía flotando en el aire. Yo sabía que la conversación sobre lo que había ocurrido era inevitable e importante, pero no quería forzar nada.
Cuando terminamos, me levanté. —¿Qué tal si damos un paseo por la aldea antes de que empecemos el entrenamiento? —sugerí.
Jake y Nick se miraron, y finalmente Jake asintió, pese a su expresión de preocupación. —suena bien.
—Genial, avisare a Anna también. —necesito refuerzos.
Salimos y comenzamos a caminar, el aire fresco del pueblo me dio la esperanza de que tal vez esta caminata pudiera despejar las tensiones.
Mientras caminábamos, intenté abrir la conversación de manera natural.
—Me encanta esta aldea —dije, mirando a mi alrededor. —Es tan diferente de lo que hemos conocido en el internado.
Brooke sonrió, pero la tensión aún era palpable. —Sí, es realmente un lugar especial. Podría ser el hogar que necesitamos.
Nick se detuvo un momento, observando el paisaje. —Lo sé, pero me gustaría que las cosas no fueran tan complicadas.
Indirectas bien directas.
El silencio era pesado, y podía sentir cómo todos contenían la respiración, como si cada palabra pudiera desatar una tormenta. Fue entonces que decidí dar un paso audaz.
—Escuchad, ya no podemos seguir ignorando lo que está pasando entre vosotros tres. Necesitamos ser sinceros y hablarlo sin peleas.
Jake se giró hacia mí, sus ojos sorprendidos. —¿Te refieres a Nick y a mí?
Nick asintió lentamente, y por un momento pensé que quizás esta era la pausa que necesitaban.
—Esto no puede seguir haciéndose más complejo. Necesitamos expresar lo que sentimos, de manera transparente. —dijo Nick, y eso trajo una pequeña chispa de esperanza dentro de mí.
Jake hizo una pausa antes de hablar. —Lo que en realidad quiero es que todos os sintáis cómodos, que podamos encontrar un equilibrio entre nosotros. No tengo ni idea de cómo adaptarme a todo esto, pero no quiero perder a ninguno de vosotros.
Brooke parecían emocionada por sus palabras. —Podríamos intentar usar esto como una oportunidad para comprender mejor lo que queremos, ¿no?