Nick
El aire se volvió frío y pesado en el instante en que la figura montada apareció en el horizonte. La trompeta resonó de nuevo, y una oleada de temor recorrió a la multitud. Mantuve la mirada fija en la sombra que se acercaba, mis instintos de supervivencia gritando que algo terrible se avecinaba.
—Es él... —murmuré, sintiendo cómo el corazón me latía desbocado en el pecho.
Brooke se giró hacia mí, su expresión era una mezcla de miedo y determinación.
—¿Estás seguro? —preguntó, su voz apenas un susurro.
Asentí, recordando las historias que Zakar nos había contado sobre la leyenda del guerrero oscuro. La figura se acercaba, y el brillo de sus ojos rojos se hacía más intenso. Fue el quien me disparo esa flecha. Estaba seguro.
—¡Todos, manteneos firmes! —gritó Zakar, levantando su mano al aire. La multitud se organizó, formando un frente unido.
El guerrero se detuvo a unos metros, y su risa resonó en el aire como un eco escalofriante.
—¿Así que habéis decidido quedaros? —dijo, su voz profunda y resonante. —Tendréis que pagar por ello.
La tensión en el ambiente se volvió palpable. La multitud se había silenciado, y todos los ojos estaban fijos en la figura del guerrero.
—No estamos aquí para pelear —respondió Zakar, su tono firme. —Solo queremos vivir en paz.
El guerrero oscuro se inclinó hacia adelante en su silla, como si estuviera disfrutando del miedo que había infundido en nosotros.
De pronto el hombro me dolía muchísimo y sentía como la herida de la flecha se habría yo los puntos que me habían dado se soltaban mientras la sangre empezaba a salir. Solté un grito ahogado. Cada vez me dolía más.
—¿te acuerdas de mi Nick? —solté otro grito cuando noté un pinchazo en el hombro.
—el veneno que corre por tus venas… me pertenece—la sombra se rio con desprecio y me estaba empezando a marear del dolor. Iba a desmallarme. Era una sensación horrible.
—¡¡YA BASTA‼—la voz de Brooke resonó en la plaza. Y de pronto el hombro dejo de apretarme tanto.
—Ooohhh…una pequeña niña envalentonada. ¿Es tu novio? Pobre Jake. Cuando os ataqué todavía estabas con él.
—Ya vale. Si quieres guerra la tendrás con todos nosotros… o es que nos tienes tanto miedo que solo eres capaz de joder a uno ¿Es eso? — Brooke a veces podía tocar mucho los cojones, y lo estaba consiguiendo por que la sombra se quedó en silencio y tras mirarla unos segundos levantó su mano hacia ella.
Brooke soltó un grito desesperado y se dobló por la mitad sujetándose el vientre. En sus ojos había lágrimas de dolor.
El tiempo pareció detenerse mientras veía a Brooke caer desplomada, como si el mundo entero hubiera decidido ignorar el horror que se desarrollaba ante nosotros. Mi corazón se aceleró, y el dolor en mi hombro se volvió insignificante en comparación con el terror que sentía por ella.
—¡Brooke! —grité, acercándome a su lado.
Zakar se lanzó hacia adelante, dispuesto a proteger a Brooke.
—No te atrevas a tocarla —le advertí, mi voz temblando entre el miedo y la rabia.
—¿Acaso no lo entiendes, Nick? —dijo el guerrero oscuro, su voz cargada de burla. —El dolor es solo el comienzo. Esta niña no sabe lo que es el dolor. —de pronto Brooke gritó de nuevo, esta vez más fuerte. Su cara mostraba expresión de dolor. Hasta que el guerrero oscuro continuó— Pero tú… tú eres el que más me interesa.
Brooke, aún en el suelo, se esforzaba por mantenerse consciente. Sus ojos verdes estaban llenos de lágrimas, pero también de determinación, incluso a través del dolor.
—No… no dejaré que te salgas con la tuya —dijo Brooke, con la voz entrecortada.
El guerrero oscuro soltó una risa baja y burlona, disfrutando de nuestra desesperación.
—¿Qué puedes hacer tú, pequeña? —preguntó, acercándose un paso más. —No tienes poder aquí.
—soy más que capaz de matarte pedazo de carbón…—otro grito emergió de la boca de Brooke dejando ver lo mal que lo estaba pasando y aun así seguía firme y amenazante.
Zakar, viendo la situación, alzó su espada y se interpuso entre él y Brooke.
—¡No te le acerques! —gritó, su voz resonando en la plaza. —¡Todos somos uno! ¡No te dejaremos ganar!
La multitud comenzó a murmurar, el miedo se transformaba en una chispa de resistencia.
—Unidos somos más fuertes —dije, ignorando el dolor en mi hombro.
La sombra se detuvo, su mirada se desvió hacia la multitud.
—¿Creéis que la unión os salvará? —preguntó, su tono ahora amenazador. —Os enseñaré lo que realmente significa la desesperación.
De repente, un viento helado sopló a través de la plaza, arrastrando hojas secas y escombros a su paso. Las sombras parecieron cobrar vida a su alrededor, y el guerrero se erguía con una presencia aún más amenazadora.
—La paz que buscáis no existe. Este bosque y todos sus secretos están en guerra. No os dejaré vivir en la ignorancia.
Unos momentos después, el cielo se oscureció, nubes negras cubrieron el cielo, y un trueno retumbó en la distancia. La multitud, sintiendo el cambio, se apretó más, tomando fuerzas de su compañerismo.
—¡No dejaremos que nos destruyas! —grité, sintiendo la furia y la desesperación arder dentro de mí.
Brooke me miró, y en sus ojos vi una chispa de esperanza.
—Juntos, Nick. No estamos solos. —dijo en un susurro.
Con un movimiento rápido, el hombre levantó su mano, y una serie de sombras emergieron de entre los árboles. Eran criaturas oscuras, sus ojos brillaban con la misma intensidad que los del guerrero, y su presencia hizo que un escalofrío recorriera mi columna vertebral.
—¿Qué son esas cosas? —preguntó Ruby, su voz temblando.
—No lo sé, —respondí, sintiendo la adrenalina fluir por mis venas. —Pero debemos estar listos.
Zakar dio un paso adelante, su mirada desafiante.
—Si quieres guerra, la tendrás. No nos rendiremos fácilmente.