Una de las cosas que también debemos hacer es perdonar y perdonarnos. Muchas veces nos echamos la culpa en situaciones donde nosotros fuimos las víctimas. Yo constantemente me echaba la culpa cuando yo estaba expuesta al peligro. Las cosas que nos llegan a pasar, como las relaciones de abuso psicológico, nuestras familias lastimándonos emocionalmente y, a veces, físicamente, entre otras personas que nos rodean. Pensamos que no tenemos una salida, que no sabemos cómo decir no, y solo dejamos que siga sucediendo y permitiendo tanto dolor. Llegué a escuchar a muchas personas diciendo que era mi culpa, que no entendían por qué seguía en esa relación. Claro que no entienden, porque no estaban en la misma posición, porque no tienen ese mismo trauma que en el momento tenía y que de alguna manera todo lo que anhelamos desde nuestra niñez esperamos que algún día lo tengamos, como en mi caso, un amor sano de una pareja, de mi familia y amigos.
En su momento, todo era color de rosa, pero después se fue tornando negro, y es donde yo decía que no merecía el amor de alguien porque cosas como estas me estaban pasando, y que estaba bien aguantarme todo ese dolor y daño que llegó a causar mucha gente. Siempre los justificaba pensando que ellos también llegaron a pasar por cosas fuertes en algún momento y que esa era la razón por la cual eran así.
Cuando fui creciendo mentalmente y madurando, me dije a mí misma que aprendiendo a amarme y ser amada podía dar mucho más de lo que yo creía, que podía ser alguien en la vida y no llenarme de todas esas cosas negativas, porque yo no podía quedarme en ese hueco. Yo tenía que salir de ahí, y cuando lo hice, salí más fuerte que nunca.
También entendí que no tenemos porque aguantarnos los maltratos de las personas. Sí, mucha gente es como es por situaciones que tuvieron en su momento, que los llevó a tomar decisiones que nadie entiende, y también tener una personalidad que para el mundo puede ser rara. Pero todos en esta vida llegamos a pasar por momentos duros, donde muchos no sabemos cómo rayos salimos de ahí, pero salimos, y eso es lo más importante y lo que cuenta. Pero cuando nos perdonamos, incluso a otras personas, nos damos cuenta de que no podemos permitir el maltrato de otras personas, no importa quién sea, y no puedes permitir que todo lo que has logrado lo arruine alguien solo por sus acciones que toma contigo.
Yo me siento libre. Perdoné a muchos, que me resultó difícil si pero me siento mejor, porque eso nos libera de estrés, de enfermedades, de seguir pasando por lo mismo de siempre una y otra vez. En su momento, no lo pensamos, y tienes en tu cabeza: "¿Cómo esta persona me va a hacer esto?", "Nunca lo voy a perdonar o perdonarla". Si hay cosas que se nos dificulta más para aceptar, sanar y perdonar, y se quedan solo en lo que pasó y no salen de ahí, pero todo en su momento, ese foquito de luz no llega al día siguiente así de fácil, eso es lo que te ayuda a hacer más fuerte.
Aceptar que muchas veces no tenemos el control de todo, y que tenemos mucho por delante para lograr, y nadie te va a ayudar si no te enfocas en querer hacer las cosas bien para ti y por ti, y más importante, sanar ese corazoncito que se ha roto mil veces.