- ¡No! Es imposible. Leo no me haría jamás una cosa así. Cualquiera menos él. – afirmaba Karina sin poderse creer lo que sus amigas le contaban.
- Créenos, Kari. Lo oímos directamente de su boca. Claro que él no sabía que estábamos escuchando. – Le comentó Lorena.
- Es cierto, Kari. Lorena y yo estábamos a punto de ir a saludarlos cuando lo oímos decirles todas aquellas cosas a sus amigos. Fue allí que nos escondimos para que no nos vieran y así seguir escuchando. – acotó Roxana.
- Y eso no fue lo peor. – Lorena tomó la mano de Karina para darle fuerza y consuelo, aunque no era eso lo que quería darle realmente. – La verdadera razón para no llevarte con él, es porque tiene a otra y es a ella a quien piensa llevarse, al menos eso dijo él.
El corazón de Karina se rompió en mil pedazos. Era cierto que habían estado sin hablar por unos días fruto de la dichosa discusión, pero algo tan grave como lo que ellas le estaban contado merecía que llamara de inmediato a Leo para pedirle explicaciones. Necesitaba que él le dijera la verdad a la cara, pero las víboras se lo impidieron.
- No, Kari. No te rebajes. Si lo llamas solo conseguirás que te siga mintiendo como hasta ahora. Está claro que no te quiere y que si algún día lo hizo, ahora ya se olvidó de ti. – le dijo Lorena.
- Debes respetarte a ti misma, Kari. No tienes por qué aguantar semejante humillación. Él te engañó, te mintió, se aprovechó de tu amor, te ilusionó y se rió de ti con sus amigos mientras tiene a otra esperando por él. No merece si siquiera oír de nuevo tu voz. – remató Roxana.
- Pero…… pero…… yo lo amo. – dijo Karina en medio de las lágrimas, abrazada por sus “amigas”. – No sé que voy a hacer ahora sin él. ¡Cómo pudo hacerme algo así!
- Kari, cielo. ¿Por qué no hacemos algo para olvidar toda esta pena que te embarga? -Roxana estaba allanando el camino para lo que Lorena iba a proponerle.
- Sí, Kari, Roxana tiene razón. Podríamos irnos de viaje, solo las tres, un viaje largo, quizás de un mes. – Lorena elevó su mirada como buscando en su mente un lugar ideal mientras tocaba sutilmente con su dedo índice sus labios. – El sudeste asiático está de moda. Quizás podríamos visitar algunos países como Indonesia, Singapur o Tailandia. Te aseguro que no solo te enamorarás de aquellos lugares sino que también lograrás olvidarte de Leo. Un hombre como él no vale tus penas ni tus lágrimas. Vamos…… ¿qué dices? – le preguntó Lorena.
- Podemos comprar los pasajes de inmediato y partir mañana mismo si tu quieres. – la idea era partir cuanto antes para alejar a Karina de Leo, al menos hasta que Leo se marchara hacia su nuevo hogar. No podían arriesgarse a que se encontraran y aclararan las cosas. Ellas no podían dejarse en evidencia. Habían llegado demasiado lejos como volver atrás.
Karina pensó en la propuesta de sus “amigas” y agradeció en el alma tener un hombro, o en este caso dos, sobre el cual llorar su pérdida. Jamás pensó que las cosas con Leo terminaran así, sin siquiera una explicación por su parte. Pensaba en lo que hubiera sucedido si Lorena y Roxana no hubieran escuchado esa conversación de Leo y sus amigos. Quizás todavía estaría haciendo el papel de tonta enamorada mientras él partía a un nuevo rumbo de la mano de otra mujer.
- Está bien. – Se envaró, limpió sus lágrimas y decidió darle un corte definitivo a su dolor. Un viaje era lo que necesitaba para ello y sin pensárselo más aceptó la oferta. – Tienen razón. No voy a hundirme en mi miseria. Voy a darle un giro a mi vida y a comenzar de nuevo. Y si se me presenta la oportunidad, en una de esas me quedo por allá y no vuelvo más.
- ¡Eso! Así se habla amiga. – le dijo Lorena.
Las tres partieron rumbo cada una a su propia casa para preparar el equipaje. Habían conseguido vuelo para dos días después y tenían cosas que arreglar, en especial Lorena, quien sabía que Leo no tardaría en contactarse con ella. En realidad con “Kari”, a su nuevo número del cual ella estaba “encargada”.
Un mensaje de texto se mostró en pantalla:
LEO: “Amor, necesitamos hablar. ¿Podemos vernos hoy?
KARI: “Está bien. En el café de siempre a las 8.”
LEO: “Nos vemos. Te amo.”
Lorena no respondió a ese último mensaje. Su sangre hervía de celos. Qué más hubiese deseado que esas últimas palabras fueran para ella, pero el estúpido de Leo solo veía a Karina. No obstante, eso se acabaría ese mismo día. Ella se encargaría de que así fuera.
Cuando Lorena llegó al café, Leo ya estaba ahí. Se sentó con un aire soberbio y se le quedó mirando fijamente, admirando esas hermosas facciones que tanto la habían enamorado.
- Lorena, ¿qué haces tú aquí? ¿y Kari? No me digas que aún no vuelve. – preguntó Leo extrañado de verla a ella en vez de a su novia.
- No es eso. Ella simplemente no va a venir.
- Pero ¿por qué? ¿te dijo algo? ¿le pasó algo? – Leo estaba desesperado pensando en lo peor.
- No, no le ha pasado nada, es solo que ella me pidió que viniera en su lugar para hablar contigo y contarte la verdad.
- ¿La verdad? …… ¿de qué rayos hablas? No entiendo nada.