— ¿Y ahora qué haremos? ¡Ey! Logan..., ¡reacciona!
Regresó del recuerdo del beso a la angustiante realidad, miró a Seth y negó, no tenía idea de cómo proceder, su trabajo concluyó de forma abrupta y ahora las cosas estaban peores que cuando empezó.
—No sé.
—Pues tienes que idear un plan en esa mente, esto no puede quedar así.
—El de los planes locos es Caleb, no yo.
El rastreador maldijo entre dientes.
—Pero no vas a dejar las cosas así, ¿cierto?
Cansado, intentó mitigar el dolor de cabeza que martillaba su cerebro una y otra y otra vez, estiró su cabello con los dedos e intentó estrujar las ideas, hacer pensar al lobo, pero el animal no estaba muy cooperativo después de haber tenido a Emmy en sus brazos y después alejarse.
Logan había hecho una promesa e iba a cumplirla.
—Tengo que hablar con Derek sobre lo que sucedió, él nos ayudará a calmar a los leopardos.
— ¿Y si lo que los refugiados dicen resulta ser cierto?
Logan le echó una mirada furiosa.
—No somos capaces de hacer algo así.
Seth se mantuvo inmune.
—Nosotros no, ¿pero los demás? Harían cualquier cosa por Derek y lo sabes, una brigada de cien fácilmente pudo abatir a los leopardos Red Fire.
— ¿Cómo puedes decir eso sobre nuestro clan?
El rastreador rodó los ojos y suspiró.
—Razonamiento frío, está en mi naturaleza analizar todas las posibilidades que me conduzcan al rastro, así como tú defiendes todo a tu alrededor yo busco lo que me inquieta. Somos diferentes.
Beta y delta. Rastreador y guardián. Eso tenía sentido, pero hablar mal de los demás se sentía como una traición y eso no era algo fácil de ignorar. Seth tenía un punto válido, y si estaba en lo cierto entonces Logan no conocía del todo a la enorme familia con la que creció, y el honor que decían defender con hechos no sería más que una vil mentira, pues no había nada honorable en atacar a un clan que no hizo nada para incitar la violencia.
— ¡Oigan, ustedes dos! —Jeanine los alcanzó al trote—. ¿Qué hacen aquí, no deberían estar con los Ice Daggers?
Seth y Logan intercambiaron una mirada de preocupación.
—Nos expulsaron —habló Seth—. Unos lobos desconocidos atacaron el complejo de cabañas de los leopardos Red Fire, unos sobrevivientes huyeron hacia el territorio de los Ice Daggers y afirmaron que quienes los atacaron fueron lobos Moon Fighters. —Hizo una pausa para llevarse una mano al cabello, tenía una manía con eso cada vez que estaba nervioso—. Liam no tardó en creerles y nos obligó a abandonar sus tierras, ahora nos ha puesto en su lista de enemigos.
Consternada, Jeanine cubrió su boca con el dorso de su mano.
— ¿Sabes algo sobre eso? —Logan preguntó.
—No —dijo con el asombro y la preocupación en sus ojos oscuros—. Por lo que sé nadie se ha movido del territorio y Derek no hizo cambios en las rutas de los guardianes. —Bajó un poco la mirada, su expresión pensativa le hizo negar varias veces—. Nosotros no atacamos a nadie..., dejamos en paz a esos leopardos hace tiempo y ya no tenemos razones para un nuevo conflicto.
Rara vez la lugarteniente mentía, Jeanine era una mujer confiable, brutalmente honesta y fuerte, la mano derecha del alfa que era capaz de arrancarse el corazón si Derek se lo pedía. Entonces, ella decía la verdad, su clan seguía siendo inocente. Ahora debía enfocarse en encontrar a aquellos que estaban detrás del ataque y del asesinato, alguien quería armar una guerra entre los clanes, debían detenerlos antes de que surgiera un nuevo conflicto.
— ¿En qué piensas? —Jeanine le preguntó.
Logan alzó la mirada que por reflejo había desplazado al suelo del bosque.
—En que nos están incriminando —respondió—. Asesinaron a un miembro del clan Ice Daggers y en la escena del crimen dejaron un dije muy similar a la insignia que utilizamos, también lo dejaron cerca de su territorio y en el complejo de cabañas de los Red Fire.
Jeanine entre cerró sus ojos, estaba en sincronía, siguiendo su pensamiento.
— ¿Por qué alguien haría eso?
—Para armar una guerra, si los Ice Daggers nos enfrentan, Sean Wells no dudará en ponerse de parte del clan de su compañera, y entonces entraríamos en desventaja numérica.
Seth emitió un largo silbido.
—Eso es malo, alguien nos quiere borrar del mapa —continuó Seth—. Si pudiera pensar como esa persona que está tramando semejante enredo, sería lógico poner pistas y señales falsas para hacernos trizas entre nosotros sin dejar huellas que seguir para no quedar pegado al conflicto. Como un espectador que arma y coloca una bomba y luego se aleja a una zona segura para ver como arrasa con todo.
—Vengan, hay que hablar con Derek ahora mismo.
El sol con su marcha imparable alumbró las copas de los árboles, la luz fue bien recibida para su vista, el camino se le hizo más fácil y en casi una hora después de dejar a Emmy en el arroyo que limitaba ambos territorios, los tres estaban en el Centro.
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Editado: 24.01.2019