Quiéreme

Capítulo 34

 

Apenas pudo mantener el sueño por dos horas, después de beber dos tazas de amargo café, Emmy estuvo toda la mañana buscando a Liam. No lo encontró, y por los comentarios que había oído, el alfa estaba muy molesto con ella.

El sentimiento era compartido, pues no se esperaba tal rechazo de su parte hacia Logan y Seth, sin embargo, la palabra de los refugiados tenía mucho peso, y ahora, todos se estaban acostumbrando a la nueva posición hacia los Moon Fighters.

— ¡Oye Alexei! —llamó al entrar al Complejo.

El lugar estaba extrañamente vacío para ser las once y media de la mañana, había un olor salado en el aire y solo estaba el cocinero, Kean, y Aiden.

— ¿Qué pasó aquí? —Preguntó al acercarse a la barra—. ¿A dónde fueron todos?

Aiden se giró en su asiento y la miró con ojos preocupados, Emmy debería haberle reclamado su comportamiento con Seth cuando lo sometió en la cabaña de Evan, pero no encontró el coraje para enfrentarlo, Aiden era un sumiso, un valioso amigo que le enseñó a pelear, y solo seguía órdenes, ¿cómo podía cuestionar sus acciones?

—Liam declaró el estado de alerta en todo el territorio —respondió Alexei—. La seguridad se ha reforzado en todas las fronteras, y ahora todos están cumpliendo los turnos.

—Eso no suena nada bien. —Emmy se sentó junto a Aiden—. Tengo que hablar con Liam, ¿lo han visto?

—Está en el taller de carpintería, no volverá hasta después del mediodía.

Giró para mirar de frente al lugarteniente del clan, Hunter tenía a uno de sus hijos, Wyatt, en brazos, y era seguido por su gemelo, Cameron, los dos hijos de Aiden y Riley, el hijo de Kevin y Jane, la hija de Kaylee y Luke, el pequeño Ivan, y otros cinco cachorros más.

— ¿A qué se debe esto? —Cuestionó Aiden, su humor cambió apenas vio a Vincent y Lara correr a sus brazos—. ¿Por qué traes medio batallón de cachorros al Complejo?

—Liam ordenó ubicar a todos los menores en un solo lugar, para evitar ser tomados por sorpresa.

Emmy bajó la mirada, uno de los cinco cachorros transformados intentaba trepar por su pierna.

— ¿No crees que es un poco paranoico hacer eso?

—No, ya nos ha pasado antes que descuidamos a los menores y terminaron de rehenes.

—Sí, eso es exactamente lo que ocurrió cuando entramos en un conflicto con el clan Red Fire —dijo Alexei, alzó a Ivan por encima de la barra y lo sentó—. Reunirlos a todos en un mismo lugar suena lógico, será mejor para vigilarlos y protegerlos.

— ¿De qué? No hay problemas a la vista.

Alexei bufó molesto.

— ¿En qué mundo vives Emmy? Los lobos destruyeron al clan Red Fire, ¡tú lo viste!

—Los Moon Fighters no tuvieron nada que ver con el ataque.

— ¿Y por qué estás tan segura de eso? —Cuestionó Hunter con dureza—. ¿Cómo puedes probar su inocencia?

—Los dijes no concuerdan con la insignia real, el rastro de olor sigue siendo difuso y pudo ser cualquier otro clan de lobos el que ejecutó el ataque. Piensa, el territorio de los leopardos era pequeño, ellos apenas llegaron a tener setenta miembros adultos, para un clan similar en números y fuerza eso sería un botín fácil, ¿no lo crees?

—Entonces, ¿por qué los sobrevivientes culparon a los lobos de Derek?

—Eran los únicos enemigos posibles, un ataque por sorpresa no les habría dado el tiempo suficiente de preguntar a los agresores a qué clan pertenecían.

De pronto, las fichas comenzaron a encajar en su lugar, la conclusión era obvia, todos habían sido manipulados, guiados a través de brutales pistas falsas hacia un camino en común, la guerra.

—Nos quieren enfrentar —murmuró, se detuvo a ver a los tres hombres que la miraban como si le hubiera salido un par de astas en la cabeza—. Tengo que hablar con Liam.

Sin tiempo que perder, ella desprendió al cachorro que quería pegarse a su pierna, lo dejó en el suelo y se dirigió a la salida.

—Yo no te sugiero que hagas eso en este momento —le dijo Hunter—. Está muy enojado.

—No me importa —replicó—. Me va a escuchar por las buenas o por las malas.

El aire ya comenzaba a calentarse anunciando otro día de calor insoportable, Emmy se fue por el interior del bosque a la sombra. Y mientras se dirigía hacia la zona de estacionamiento, armó en su mente las palabras que le diría al alfa. Sintió un poco de miedo de enfrentarlo, Liam podía ser muy agresivo cuando no estaba de humor, y ahora con todo lo que estaba pasando no dudaría en usar su dominio para hacerle obedecer.

Entonces, cuando estaba tentada en arrepentirse, una idea igual de peligrosa pero más efectiva se le cruzó por la mente.

Aria.

Ella era la mejor y más cercana amiga de Liam, tenía un buen juicio, mejor capacidad crítica y siempre actuaba de forma neutral cuando aparecían conflictos. Aria le escucharía, y quizá podía convencer al alfa mejor que ella.




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