Quiéreme

Epílogo

 

— ¿De verdad tenemos que hacer esto? —Preguntó Emmy jugando con sus dedos de forma nerviosa.

Logan estacionó su auto en medio del bosque.

—Sí, no hay escapatoria.

—Pero yo no soy parte de tu clan.

Él se giró, le tomó ambas manos y las sostuvo, a Emmy le gustaba eso, siempre calmaba sus nervios y ahora lo necesitaba más que nunca.

—Claro que sí, estás vinculada conmigo, ya casi eres parte de mi familia.

Logan sonrió, un brillo adornaba sus ojos dorados, desde que lo aceptó como pareja y dejó de bloquear el vínculo, siempre los tenía de ese color y cada vez que lo miraba, tenía la atención de ambos, del hombre y del lobo, se sentía adorada, Emmy todavía no se terminaba de acostumbrar a estos sentimientos nuevos que se agolpaban en su corazón.

Sugar, todo va a salir bien. Recuerda como lo hizo Yulian, solo mírame a los ojos, yo te guiaré en todo momento.

Emmy se mordió el labio, no estaba convencida de esto, se veía fácil cuando estaba del otro lado, como espectadora, pero ahora que era protagonista... Todo era diferente y de seguro tendría que tragarse las bromas que hizo cuando Yulian estuvo en esta misma situación.

La Ceremonia de Vínculos.

— ¿Es normal sentir nervios antes de casarse?

Logan rió, suave, el sonido era más que agradable, perfecto, porque cuando lo hacía sus ojos dorados como arena del desierto brillaban más.

—No vamos a casarnos —dijo en medio de su risa—. Y no hay nervios cuando eres un lobo, pero estarás bien. Te lo prometo.

Asintiendo, ambos se bajaron del auto, la luna estaba en fase creciente en el cielo, en esta parte del territorio había más estrellas brillando suavemente. El olor de los lobos lo cubría todo, haciéndole sentir incómoda, por dentro el animal daba vueltas con inquietud al estar en un entorno desconocido y lleno de extraños, estaban en pleno territorio Moon Fighter rumbo a un lugar que el clan consideraba muy importante. En una parte donde el río Everside fluía con mayor calma, había una gran piedra plana, que según Seth, a la luz de la luna, siempre adquiría un brillo plateado. Ellos creían que al estar ahí y reforzar sus vínculos mediante un tipo de votos y juramentos, las uniones se hacían más fuertes.

Emmy pensaba que era una cosa supersticiosa, pero no era quien para juzgar las creencias de los demás.

Según las historias, el tatarabuelo de Derek Miller fue uno de los tantos cambiantes lobo que fueron liberados de los laboratorios legales cuando, por presión social, fueron declarados poco éticos y se cerraron, prohibiéndose la experimentación y la modificación genética para siempre, se dice que después de años vagando de aquí para allá, llegó hasta el río y se detuvo en la piedra plana y el brillo que la luz de la luna ejerció en ella le inspiró a quedarse en esas tierras y formar el clan Moon Fighters.

El clan de Logan casi llega a los ciento diez años de antigüedad, por esa razón tienen tanto respeto y prestigio ante los demás.

—No oigo ruidos.

Logan tomó su mano.

—El silencio se mantiene hasta que llega la pareja, ¿no recuerdas?

Emmy sacudió su cabeza, de pronto sus manos comenzaron a sudar.

—Creo que los nervios me harán olvidarme de todo.

Logan se detuvo y le abrazó, estrechándole contra su pecho, le besó con ternura en la cabeza.

—Todo estará bien, no te preocupes.

—No estoy segura de esto, ¿y si lo hago mal y los ofendo? Quizá crean que no soy digna de ti y comiencen a idear un plan para separarnos.

Volvió a reír, la vibración de su pecho fue agradable, Emmy descansó su mejilla e inhaló su aroma a sal y agua de lluvia. Era delicioso, un calmante para sus sentidos alterados.

— ¿De dónde sacas eso?

—Creo que Yulian me contagió sus inseguridades.

Logan se separó y acunó su rostro con ambas manos, bajó hasta rozar sus labios y envió calma a través del vínculo.

—Nadie va a alejarme de ti, nunca, no importa si eres un felino Ice Dagger, para un lobo Moon Fighter las parejas de los demás se valoran y protegen por igual. Ahora tenemos que seguir, la luna todavía no está en lo más alto.

El suave murmullo del agua se mezclaba con el sonido de los grillos, y el ulular de un búho a lo lejos. Había tantos lobos transformados alrededor que ella no podía contarlos, tampoco quería, pues su capacidad de concentración estaba por los suelos. Identificó a Seth sentado en una piedra grande casi a la mitad del río, a los amigos de Logan, Arif, Jessie y Víctor, echados del otro lado.

Un pequeño grupo de leopardos de las nieves estaba cerca de la piedra plana, Liam, totalmente recuperado, Hunter, Alexei, Yulian, Talia y Kevin. Al pasar, todos se inclinaron ante ella, mostrando respeto.

El alfa de Logan los esperaba en la punta de la piedra plana que tocaba las aguas del río, era el único que no estaba transformado además de ellos. Una loba blanca descansaba a sus pies, supuso que debía ser la mujer lugarteniente, Jeanine.




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