Quiéreme Pero Olvídame

Capítulo 3: ¿Es pronto para un café?

El trayecto desde Santa Mónica hasta el campus de la universidad era realmente corto y mis padres seguían reprochándome la idea de ir a vivir allí en vez de quedarme ,como ya lo había hecho Jackson en su momento, pero ahora mi vida se desarrollaría mayormente en los Ángeles ya que desde pequeña había soñado en vivir allí, a parte del hecho de que necesitaba crear mi propia vida y superar la muerte de Jackie.

Justo cuando entramos en nuestra habitación de la residencia ya se encontraban dentro nuestras dos nuevas compañeras. 

Emma como es bastante más sociable que yo, se presentó primero.

- ¡Hola!, mi nombre es Emmanuela Stevenson, aunque me podéis llamar simplemente Emma .- explicó intentando caerles bien, pues éramos nuevas y necesitábamos hacer amigas.

     Emma y yo somos amigas de toda la vida, mi madre fue compañera de la suya en la universidad, hemos      crecido junto con nuestros hermanos. Ella es la mayor de sus hermanos, tiene dos hermanos pequeños        de 11 años. Siempre venía a mi casa a jugar conmigo y con mis hermanos ya que teníamos edades              bastante cercanas, por lo que jugábamos siempre los 4. Es normal que despúes de pasar toda la vida            junto con mi hermano se enamoraran desde los 14 años. Lo que no es normal es que pierdas a tu pareja      siendo tan jóvenes. Desde el día en el que salió del hospital ha estado llendo a terapia para superarlo,            una de las pautas más importantes que le recomendó su psicóloga fue que intentara relacionarse más y        esta nueva etapa era el mejor momento. Las dos queríamos estudiar medicina desde que tomamos                nuestra primera clase de anatomía, aunque en su caso ella no entraba con beca sino que sus padres               podían pagarle la carrera.

- Encantada, soy Amy Brown, -respondió con una sonrisa la del pelo castaño y ojos verdes- y ella es Vanessa - prosiguió señalando a la rubia con ojos marronas que también sonreía a su lado.

- Un gusto Emma, mi nombre es Vanessa Miller- dijo Vanessa, y dirigiéndose a mí, preguntó- ¿Y tú cómo te llamas?

En ese momento me di cuenta de que no me había presentado.

- Oh, perdona,- dije realmente apenada- soy Jane Campbell, un placer conoceros a ambas.

- ¿Tu apellido es escocés? - preguntó Amy.

- Emmm, sí, mi padre es escocés.-respondí sin saber el por qué.

- Mi madre también, mi segundo apellido es Steward.-dijo bastante entusiasmada- no es por nada-aclaró- es que me encantan los apellidos escoceses.

- Sí, y también algún que otro escocés-bromeó Vanessa que recibió un empujón de parte de Amy.

Las 4 reímos por eso y por muchas más cosas durante un largo rato hasta que Vanessa intrrumpió.

- Oye,¿queréis venir con nosotras a una cafetería cercana?-comentó-, dicen que es muy buena y podríamos seguir hablando ahí.

-Me parece bien- asintió Emma.

- A mí tambíen- respondí con muchas ganas.

15 minutos después ya estabamos en la cafetería que se llamaba, para mi sorpresa," Remember me", aunque me pareció más un sitio para ir de fiesta que una cafetería. Cuando entramos Amy, Vanessa y Emma se sentaron y yo entré al baño, cuando salí me dijeron que ya les habían tomado la orden por lo que yo me tuve que acercar a la barra para pedir un café.

En ese momento, me paré a pensar en lo que pensaría mi hermano si viera la carta de licores que tenían. Seguramente me hubiera obligado a salir de aquel lugar junto con Emma.

Fue en ese momento en el que sentí a una persona cerca de mí.

-Tienes cara de que te gusta el vodka- dijo aquel chico que me sacaba una cabeza, tenía el pelo negro y unos ojos marrones bastante impactantes, y que a juzgar por sus brazos estaba en forma- si quieres yo te invito a uno.- me sugirió guiñandome un ojo.

- ¿Disculpa?- respondí sorprendida- ¿acaso te he pedido yo que me invites?-pregunté incrédula por ese ofrecimiento digno de un tío que quiere impresionar con su dinero- No, no quiero nada, ya he pedido algo.-sentencié con la intención de que me dejara en paz.

En ese momento el mesero me acercó el café que había pedido.

-¿No es un poco tarde para que tomes un café tan cargado?, luego no podrás dormir por la noche- dijo con tono de burla.

- ¡Nunca es tarde para un café!- respondí dolida por esa pregunta- Es más siempre es buen momento para un café.

- De acuerdo,-asintió con las manos en señal de no querer que me enfadara- ¿Cómo te llamas?- volvió a preguntar.

- ¡Qúe te importa!- dije con el mismo tono de burla que él había usado.

- Encantado, qué te importa, mi nombre es Liam- se presentó cogiéndome la mano y dándome un suave beso en la misma.

 

¡Hola! soy la autora de este libro, ¡espero que os guste!, esto recién empieza, y ¿por qué no con un café bien cargado?

 

 

 

 




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